Arrocería Maribel, creatividad gastronómica a orillas de la Albufera

Cuando uno visita la ciudad de Valencia es imposible no detenerse en el Parque Natural de la Albufera y para los más intrépidos, sentarse a la mesa de un restaurante en busca de un arroz que cumpla las expectativas. Es una zona con una oferta hostelera vibrante y no resulta difícil encontrar mesa aquí o allá, lo que no deja de ser una lotería para gastrónomos despistados y turistas desinformados. Por suerte aún quedan locales donde se puede degustar la cocina tradicional en su máximo expresión al tiempo que descubrir una nueva propuesta que la fusiona con sabores del recetario internacional.

Arrocería Maribel se ubica en la población de El Palmar, a 20 kilómetros del centro de la ciudad y a orillas del canal que atraviesa la población, habilitando el sosegado paseo de los transeúntes junto a los barcos, cautivos por la tranquilidad que se respira en la terraza. Aquí, lejos del bullicio turístico y acogidos por el murmullo fluvial, se disfruta de la gastronomía en mayúsculas con la seguridad que aporta lucir el Plato Michelin 2019 y la sabiduría que da la experiencia. Un local remodelado en 2017 en forma y sobre todo en contenido, lo verdaderamente importante, donde la chef María José Estevens ha logrado equilibrar una propuesta tradicional y a la vez creativa, haciendo evolucionar esa cocina puramente valenciana que ofrecieron en el pasado en otra de actualidad, exquisita y reconfortante, sin perder sus raíces.

Bajo la cálida luz de los grandes ventanales que presiden los dos comedores del local, uno para 60 comensales y otro más intimista para 20 comensales que se aprovecha también de un tragaluz interior para crear una atmosfera única, se suceden los platos: 3 menús de alta cocina que se organizan entorno a una propuesta diaria y cambiante según la temporada y el criterio de María José y dos menús creativos, Evolución corto y Evolución Largo, con propuestas de la casa que dejan ver todo su potencial. Por la mesa desfilará el all i pebre o el esgarraet más tradicional, conviviendo en armonía con un crujiente de algas y gambas o un bao de pato al curry, invocación de los sabores exóticos.

El arroz cobra protagonismo en los segundos para presentarse en sus mejores versiones clásicas o en propuestas nuevas y palpitantes, tanto secos como melosos. Aquellos que busquen el sabor tradicional del arroz meloso de bogavante, el arroz del senyoret o el de pollo y conejo acertarán en las manos de Estevens. Para los que prefieren apostar por la innovación y creatividad, propuestas como la paella de gambas rayadas y plancton marino o la de magret de pato, boletus y foie. También hay espacio para la fideuá. Productos de la tierra llevados hasta la mesa con sumo respeto y el sabor como bandera.

La nota dulce del postre no podía más que respetar los principios impuestos en una carta de este nivel y presentar elaboraciones totalmente caseras, incluidos los helados. De esta manera es posible cerrar un ágape con la exquisita tarta de manzana con salsa inglesa y helado artesano o chocolates del mundo, donde el cacao cobra protagonismo para cerrar el acto. Todo regado con una buena carta de vinos y opciones de maridaje para redondear una experiencia única.