Económicas, sabrosas y muy nutritivas, las sardinas son uno de los pescados azules más accesibles en el mercado ya que prácticamente están disponibles todo el año. Solo tienen un único inconveniente, la gran cantidad de espinas que contienen. Y queremos facilitarte la tarea de quitarlas con un serie de trucos para que sea más fácil y llevadera.
Aunque hay varias maneras de limpiar y filetear las sardinas para bordar tus recetas con sardinas, algunas requieren cuchillos especiales para cortar pescado o emplear técnicas que quizás para hacer en casa puedan ser algo laboriosas. Afortunadamente, tenemos otro método para hacerlo sin necesidad de utilizar siquiera un cuchillo.
El secreto para limpiar y desespinar las sardinas
Todo lo que necesitarás para limpiar las sardinas será una tijera de pescado o unas tijeras en su defecto y algo de habilidad con las manos. Tras haber lavado las sardinas bajo el grifo y haberlas desescamado, córtales la cabeza y ábrelas haciendo un corte a lo largo en la parte inferior del pescado. Saca los interiores y vuelve a lavarlas bajo el grifo para limpiar los restos de sangre.
Para retirar las espinas de una vez, abre la cavidad del vientre del pescado y encuentra la espina dorsal de la sardina pellizcando cuidadosamente. Tira de ella hacia atrás de forma delicada hasta llegar a la cola, de manera que la separes poco a poco de la carne. Verás que como se soltará con bastante facilidad, no será necesario emplear nada de fuerza, evitando así además el desgarro de la delicada carne.
Una vez terminado el proceso tendrás la sardina totalmente limpia y abierta en forma de libro para poder cocinarla como gustes. Si lo prefieres puedes también cortar la cola con las tijeras antes de cocinarla. Esta manera de limpiar y retirar las espinas de las sardinas resulta ideal para recetas como las sardinas marinadas.