Domèstic, una casa de comidas para llevar hecha lugar de culto

Una casa de comida a domicilio puede ser otro lugar aséptico más, poco inspirador, repleto de mostradores metálicos impersonales. También puede ser otra cosa. Puede estar repleto de variedad, de cuidado, puede trasladar un discurso, una declaración de intenciones.

Eso último es lo que hace en Valencia Domèstic, una pequeña Galia enclavada junto a la Plaza del Patriarca -polo en expansión- cuyo público, alimentado por oficinas y por un entorno financiero y cultural, ha acabado volviéndose fiel de unos platos que diariamente varían y de un planteamiento que prima los productos saludables, la cocina limpia, los platos sabrosos e identificables.

Domèstic

La de Domèstic es una pequeña victoria de lo cotidiano. No se trata de un gran proyecto gourmet, ni de un rimbombante restaurante con ínfulas. Hablamos del día a día, de lo rutinario. Y que sea en ese ámbito donde los pequeños negocios alimentarios ofrecen planes saludables, seductores, bien propuestos, es un cambio decisivo frente a la dictadura de las comidas rapidísimas y el desdén a la esencia.

Quizá barajando alguna de esas ideas los valencianos Carla Gómez-Lechón y Pablo Almenar imaginaron un lugar tal que así. También decidieron habilitar unas pocas mesas en el interior formando un restaurante de mediodías con uno de los menús más competitivos de toda la ciudad. Ese rincón tiene aura, la decoración ha conseguido contar lo mismo que cuentan en sus fogones.

Domèstic

La fidelidad al cercano Mercado Central, los productos ligados a la temporada, la ligereza de los platos y el sabor de cada ingrediente configuran una propuesta con hitos como la milanesa de arroz integral y avena, la berenjena con soja y bechamel de tofu, el lomo asado en salsa crumble de patata, sus potajes, la lasaña de verduras…

Vienen haciéndolo desde 2015, superando, cómo no, los malos augurios de quienes pronostican un fracaso para un concepto de comidas para llevar sustentado por la verdura y la frescura diaria.