Si la astronomía fuera un arte sería el arte de explorar la incertidumbre para encontrar todavía más incertezas. Poner El Astrónomo a un restaurante -con vocación de algo más que eso- es una casualidad profética del deseo de explorar lo desconocido; nada hace avanzar más.
Cuando unos tipos (muy) decididos encontraron en su local su destino se fijaron en el nombre de la calle: Jerónimo Muñoz. Y quién es ese. “Resultó que era un importantísimo astrónomo valenciano del siglo XVI. Un tipo que tuvo que recorrer Europa para encontrar un reconocimiento que su tierra no le daba (era judío). De alguna manera veíamos que podría ser la historia de nuestra generación, nos pareció que teníamos una oportunidad de sacarla a la luz. Por supuesto nadie en el barrio conocía quién era Jerónimo Muñoz y desde entonces es un tema de frecuente de conversación. ¡Misión cumplida!”, exclama el diseñador Sergio Mendoza, uno de los intrépidos autores del proyecto.
En Bon Viveur nos gustan las historias, las buenas historias, por eso nos detenemos en El Astrónomo, casa de comidas en Valencia que desde un barrio periférico, Patraix, ha ensanchado el centro de los núcleos de interés hasta dar con ese mágico canturreo. “¿Fuiste ya?”.
Hay que ir porque el escenario es matriz de las esencias hogareñas. Tras el proyecto un grupo de amigos (‘El Taller de Radios’) que encontraron en un restaurante la mejor probeta para ponerse a prueba. “Te permite construir un mundo entero. Una idea, un espacio, su gráfica, sus muebles, sus lámparas, sus uniformes, sus platos, sus vasos. Hemos hecho la mayor parte de estas cosas con nuestras propias manos. Hemos hecho la obra nosotros mismos, y hacemos mesas o lámparas nuevas a medida, cuando lo creemos necesario. Llevamos 6 meses abiertos y nada es intocable, todo es ensayo y error. La hostelería es como el día de la marmota: en cada turno todo vuelve a empezar, es una nueva oportunidad de probar y aprender. Ahora por ejemplo estamos haciendo platos nuevos con Juan Carlos Iñesta, maestro ceramista de Domanises. Hace 6 meses no nos hubiésemos atrevido, pero ahora sí sabemos que necesitamos”. La incerteza. La exploración. Adentrarse en territorios desconocidos para hacer lo nuevo.
Fotografía cortesía de El AstrónomoPero si el envoltorio es un comunal experimento, la confección gastronómica es tradición, maneras clásicas. Si se pudiera coser sería un mantel de ganchillo. Tanto que basta este deseo para explicarlo: “ojalá tuviésemos un equipo de abuelas dirigiendo la cocina, sería un sueño”. ¿Entonces por qué esa dicotomía entre forma novedosa y fondo tradicional? “Es cierto -responden- que el espacio sí es poco habitual, pero todo en él está encaminado a hacerte sentir como en casa. Tratamos a quien viene a comer o cenar como tratas a un grupo de amigos que vienen a tu casa, o a esa cita especial por la que arreglas el salón”.
Si lo pienso hay una comida ancestral tan eficaz que siempre resulta nueva. “Es todo tan sencillo y normal, que sorprende. La versión no oficial dice de nosotros algo así como: Es un sitio un poco raro, pero se come muy muy bien. Y la verdad, nos gusta”. El envoltorio hecho a mano que guarda una manera inmortal de entender el hecho gastronómico: es en la mesa donde ocurren sucesos extraordinarios.
Fotografía cortesía de El AstrónomoAntes de poner el ojo en nuevos planetas los de El Astrónomo se golpearon en su anterior experiencia. Un restaurante que funcionaba pero que colisionó con una vecina que les obstruía el avance. “Aprendimos muchas cosas de aquello. Tener razón o no, no es importante. Poder o no poder, sí lo es. Y no pudimos. Así que decidimos abandonar la lucha y huir hacia adelante. Proyecto nuevo, desde cero”. Eso.
Y entonces, una pirueta. La vecina que les cerró su anterior restaurante reservó una mesa en El Astrónomo. “ Al coger la reserva no caímos en el nombre hasta colgar el teléfono. Shock. Tensión. Al día siguiente la vimos girar la esquina, nos vio en la puerta y se quedó un poco paralizada. Se giró, se fue. A los cinco minutos llamaron para cancelar la reserva”.
Fotografía cortesía de El AstrónomoPor mucho que el empeño estético trate de encubrir las diferencias, la verdad universal marca distancia entre los lugares hechos a mano y los que no lo están. El Astrónomo lo está.
Fotografía cortesía de El AstrónomoRestaurante El Astrónomo
Calle de Jeroni Munyós, 1546007 Valencia
960623300
www.facebook.com/elastronomodepatraix
De mercado, Mediterránea
15€-30€