La Navidad está a la vuelta de la esquina y con ella empieza un periodo de festividad intrínsecamente unido a la gastronomía. Son fechas que cuentan con sus propias recetas clásicas pero donde también se abren paso paulatinamente nuevas influencias con cada vez con mayor peso. Embutidos, quesos y otros aperitivos como entrantes; sopas, marisco, piezas de carne o ave como platos principales... Los mejores productos del mar y de la montaña se dan cita en diciembre en los comedores de millones de familias como paso previo a los postres, donde por supuesto hay cabida para los de toda la vida pero también para otras propuestas. Porque hay vida más allá de los dulces que a todos nos vienen a la cabeza al pensar en el final goloso de estos ágapes.
Goshua es una empresa familiar navarra que, desde el año 1950, trabaja con la leche obtenida de ovejas, cabras y vacas del Pirineo. Esa materia prima es una parte del secreto de los primeros postres que elaboraban y vendían en el valle de Ultzama donde se asientan, la otra mitad es la tradición ganadera que han cuidado, mantenido y potenciado hasta el día de hoy, cuando se han especializado en la elaboración de postres y yogures de alta calidad. La conjunción de materia prima local extraordinaria y de conocimientos pasados de generación en generación ha hecho brillar una marca única que ahora ve renovada su oferta de postres con la llegada de la Navidad.
Una de las especialidades de Goshua desde los comienzos ha sido la cuajada, ahora en una edición limitada de terracota roja, elaborada con un 100% de leche de oveja y en la que el proceso respeta fielmente los principios que hicieron famoso el producto en su lugar de origen.
Además, como broche final a las comidas o cenas navideñas dos nuevos postres de temporada entre los que elegir. Por un lado arroz con leche con manzana caramelizada, con un punto de cocción perfecto junto al contrapunto de la fruta, una alternativa fresca y dulce que reimagina un postre de toda la vida.
Quienes busquen otra alternativa y no puedan resistirse al sabor del chocolate, una segunda propuesta apostando por este imprescindible de la repostería: crema de chocolate belga con moras y arándanos, dos frutas propias de la temporada en las que nos encontramos que redondean una combinación de sabor intenso y textura sorprendente.
