Los 8 platos más típicos de San Isidro de Madrid

Gastronomía en las Fiestas de San Isidro
Jose Javier Martin Espinoza
Te presentamos los platos más típicos de Las Fiestas de San Isidro en Madrid que se celebran en honor a San Francisco Labrador, patrón de Madrid y de los agricultores.
Por Patrizia Aymerich
04 de enero de 2022

El día 15 de mayo se celebran las Fiestas de San Isidro, patrón de Madrid y de los agricultores españoles. Esta celebración data del siglo XVII, cuando los madrileños comenzaron a venerar a este santo para pedir agua y lluvias que propiciaran las cosechas. La tradición inicial consistía en ir de romería hasta la ermita de San Isidro a beber el "agua del Santo" de la fuente que está junto a esta y continuar la celebración con un picnic en la Pradera de San Isidro, en Carabanchel, entre familiares y amigos vestidos de chulapos y chulapas.

Con el tiempo, la fiesta se ha hecho tan popular que se ha extendido por toda la ciudad en cinco días de fiestas que incluyen bailes, corridas de toros y cómo no degustar la gastronomía más tradicional. A continuación, os dejamos con los platos más típicos de las Fiestas de San Isidro para saborear la historia de Madrid.

Rosquillas del Santo (tontas y listas)

Si hay algo que no se puede parar de comer en la Pradera de San Isidro son, por supuesto, las deliciosas rosquillas del Santo, protagonistas gastronómicas de esta festividad. Y es que además de ser un imperdible, son adictivas: pruebas una y las devoras todas. Habrá que ser astuto al pedirlas, porque existen cuatro variedades: las tontas, sin glaseado; las listas, cubiertas con un baño de azúcar y limón; las francesas, llenas de azúcar glasé y almendras partidas; y las de Santa Clara, bañadas con un jarabe hecho a base de claras de huevo que le aporta su característico color amarillo. Las más conocidas son las dos primeras.

Presentación principal de las rosquillas de San Isidro

Hay quienes prefieren acompañar estos dulces con una limonada tradicional de San Isidro que no es una limonada común y corriente, sino la madrileña hecha a base de vino, limón, azúcar y fruta troceada. Si se te ha hecho agua la boca hasta aquí, debes saber que, aunque son típicas de las fechas de mayo, se pueden encontrar muy buenas rosquillas en lugares tradicionales de la ciudad como en el Horno de San Onofre o en la casa Viena Capellanes.

Barquillos

Los barquillos son otro de los dulces o postres típicos de estas fechas. Se dice que sus orígenes se remontan a la Edad Media en los monasterios de la época. Se trata de una especie de galleta muy ligera hecha a base de oblea, con forma cilíndrica hueca, que se deshace apenas entra en la boca. No lleva levadura, y suele contener azúcar, miel y canela.

Barquillos caserosMiriam García

Quienes venden estos postres son los adorables barquilleros, personajes tradicionales de estas verbenas que visten trajes de chulapos y llevan una ruleta (la barquillera) que hace un sonido particular, reconocido por todos, con la que se puede jugar y apostar barquillos. Si en la ruleta te sale 5, te tocan 5 barquillos, y así hasta saciarnos.

Bocatas de calamares

Aunque se comen durante todo el año, no se puede dejar de mencionar al bocadillo de calamares, que también se puede disfrutar los días festivos de San Isidro. Tan sencillos como ricos, se preparan con los clásicos aros de calamares rebozados en harina y colocados entre dos panes, acompañados de un toque de mayonesa. A pesar de que en Madrid no hay costa, el bocata de calamares se come en la capital desde el siglo XVI gracias al esfuerzo de los arrieros maragatos, que viajaban desde Galicia y las costas del Cantábrico llevando consigo toda clase de pescados y mariscos a lomos de mulas.

Bocadillo de calamaresMónica Prego

Este típico bocadillo, que se come en toda España, también se puede conseguir prácticamente en cualquier bar de la ciudad. Es especialmente emblemático comerlo en alguna de las barras de la Plaza Mayor, acompañado de un vermut o de una cerveza. No hay duda, esta experiencia lo convierte en el bocadillo perfecto.

Entresijos y gallinejas

Los carnívoros harán fiesta con los entresijos y gallinejas, clásicos de la casquería madrileña, que llenan de humo los puestos de comida de la Pradera. Es un plato compuesto por productos del cordero, que se fríen en su propia grasa y se sirven calientes, tal y como se preparan los torreznos. Específicamente, las gallinejas son las tripas del cordero; mientras que los entresijos son el mesenterio del animal, unos pliegues que mantienen los intestinos colocados en la zona abdominal.

Presentación principal de las gallinejas y entresijos

Es un plato que se cocina exclusivamente en Madrid y quedan muy pocos sitios donde los preparen, pero, sin duda, son una exquisitez. Su consumo nació en el siglo XIX cuando el matadero de Legazpi (hoy en día usado para la gestión cultural) entregaba gratis a personas con pocos recursos las sobras de carne que eran desechadas tras el despiece de los animales. Se comen fritas, bien en raciones, en bocadillo o en cucuruchos de papel, como se hacía en tiempos pasados.

Pinchos de tortilla

Un pincho de tortilla de patata también cae muy bien en ese mayo primaveral en la Pradera de San Isidro y los madrileños lo saben. Por eso es habitual ver estos tradicionales y sencillos pinchos en las barras de los chiringuitos de comida. En Madrid se estila la tortilla de patata poco cuajada, que queda muy bien para llevar al picnic y echar el día entre amigos.

Tortilla de patatas o españolaDamián Serrano

Está de más decir que se trata de un plato tradicional que ha pasado a convertirse en un emblema culinario muy versionado y aclamado en la actualidad. Hoy en día existen tantas tortillas de patatas y pinchos de tortillas como cocineros, bares, restaurantes, recetarios, gustos y comensales, pero, lo que sí que es cierto, es que los protagonistas de esta receta siempre serán unos buenos huevos camperos y las patatas adecuadas.

Cocido madrileño

Uno de los favoritos de muchos, el cocido madrileño es un clásico para todo el año, aunque se suele consumir más en invierno por su alto índice calórico. No obstante, es un plato que forma parte de las Fiestas de San Isidro y que cae muy bien después de haber bailado un chotis y disfrutado de todo el día en la Pradera. La receta más tradicional se prepara con gallina, tocino, huevo, carne, migas de pan y verduras como repollo, acelgas, col y cardos.

Cocido madrileño auténticoEl Oso con Botas

En ocasiones, se sirve en tres platos: en el primero, la sopa con fideos; en el segundo, los garbanzos y las verduras; y en el tercero, se sirven todas las carnes. Como no es muy práctico llevarlo de picnic, se puede probar en lugares tradicionales como la taberna La Bola, en Sol (donde aún lo sirven en pucheros de barro individuales), Malacatín en La Latina, El Charolés en San Lorenzo del Escorial o La Cruz Blanca en Vallecas.

Huevos rotos con jamón

Los huevos rotos con jamón, también conocidos como huevos estrellados, se pueden encontrar en la feria de San Isidro y son un plato, según se dice, de los más solicitados. La maravilla reside en su sencillez, debido a que solo se necesitan huevos de corral, jamón serrano y patatas fritas para prepararlo. Por supuesto, es necesario un buen producto. Es bien sabido que los huevos rotos más famosos son los de Casa Lucio, en la calle de la Cava Baja, en La Latina, pero también se pueden conseguir en los chiringuitos de la Pradera.

Huevos rotos con jamón o huevos estrellados@elcocinerocasero

Limonada y vino dulce

No se puede comer bien si no se tiene una buena bebida a la mano. ¡Y esta feria sí que la tiene! Para acompañar estas comidas, las Fiestas de San Isidro ponen a disposición una de las maravillas de la capital: "la tradicional limonada". Ya la hemos nombrado antes y la repetimos porque merece su propio espacio. Está hecha a base de vino blanco, limón, azúcar y fruta troceada para refrescar. Hay quienes le ponen también canela. Por otro lado, otra de las opciones si no gusta la limonada es beber algún vino dulce servido en pequeños vasos a los que se les llama tradicionalmente "chato". Se puede pedir como guste: "un chato de vino", "un chato" o un "vino chato".

LimonadaSonia Mas