Victoriano y Lourdes, Lourdes y Victoriano. El matrimonio Saralegui es parte vital de la gastronomía navarra, papel que se han labrado durante más de 60 años de esfuerzo y trabajo dedicados a ofrecer sus productos. A finales de la década de los 50, este matrimonio procedente del Valle de Ultzama recorría los restaurantes de Pamplona ofreciendo un postre único: una cuajada tradicional presentada en un envase de barro individual capaz de hacer recordar inmediatamente el sonido y el sabor de las cosas deliciosas en el norte. Eran los primeros pasos de Goshua, del euskera goxua, que significa delicioso, la palabra perfecta para definir un proyecto hoy más vivo que nunca.
Durante todo este tiempo no han dejado de hacer lo que mejor sabían. Un largo pero reconfortante camino en el que su empresa ha crecido, se ha expandido y ha acumulado logros y éxitos que son parte de su identidad. Aquella cuajada tradicional de oveja sigue tan vigente como entonces, pero por el camino nuevos productos, nuevos anhelos e ilusiones han visto cómo Goshua se abría a la exportación y al desarrollo de nuevas gamas de postres y yogures elaborados con leche de oveja, vaca y cabra. Lo que era un proyecto familiar es hoy una empresa gracias al trabajo y al compromiso de todos los que han formado parte de ella ayer y hoy, los verdaderos responsables de que la marca se haya mantenido fiel a sus valores: tradición, frescura y autenticidad.
Postres para todos los paladares
Una de las características principales de los postres de Goshua es el uso de leche fresca del Pirineo para la elaboración, que además llega hasta la fábrica en un plazo máximo de entre 24 y 48 horas procedente del entorno más cercano.
Es el ingrediente clave a la hora de encontrar el sabor y la autenticidad en todas y cada una de sus elaboraciones. En Goshua, emplear materias primas naturales de la máxima calidad y crear productos libres de gluten, colorantes o conservantes artificiales es indispensable junto a su buen hacer y experiencia. Ahí reside el valor añadido, su marca identificativa y distintiva capaz de cautivar los paladares más exigentes como ha sucedido desde el primer día.
GoshuaMaterias primas de primera calidad, máxima frescura y una forma de elaborar postres y yogures única son las claves para lograr que el sabor tradicional, clásico y genuino llegue hasta nuestra mesa.
El tarro se viste gala
Uno de los símbolos más reconocibles de Goshua es el tarro que utilizan para la distribución de sus postres. Y es que, más allá de ser simples recipientes, los tarros empleados en Goshua son la garantía de que cada uno mantendrá intactos el aroma, el sabor y la textura de las recetas.
El tarro se convierte en protagonista del 60ª aniversario de Goshua con la aparición de los cinco postres que presenta en tarro de barro y vestidos para la ocasión. Un nuevo packaging a la altura de una ocasión especial y que esconde tras de sí la intensidad de bocados palpitantes: la cuajada, el arroz con leche, las natillas de huevo y vainilla, las natillas de huevo y caramelo y la crema de chocolate belga. La mejor forma de celebrar una vida ligada a la satisfacción de todos nuestros sentidos.
Además, más allá del simbolismo, los postres seleccionados incluyen premios en su interior (donde incorporan un código QR), para agradecer a los consumidores su confianza en la marca y reconocer su fidelidad.