Las Fiestas del Pilar de Zaragoza son los festejos patronales de la capital aragonesa celebrados en honor a la Virgen del Pilar. Comienzan el fin de semana anterior al 12 de octubre, el día de su festividad, y terminan el inmediato domingo posterior con un programa cargado de actividades. Desde los más tradicionales actos religiosos, como la Misa de Infantes en la Basílica del Pilar o la ofrenda de flores a la patrona, a los más populares, como la comparsa de gigantes y cabezudos o la Feria General de Zaragoza, donde la gastronomía de estas fiestas tiene gran protagonismo.
Porque los platos tradicionales son también algo a reivindicar en tiempos de júbilo. En una feria donde se muestran algunas de las mejores materias primas de la región así como sus mejores aplicaciones, en un restaurante donde se ofrezcan los mejores manjares de la zona o en cualquier rincón de la ciudad donde poder dar un bocado repleto de sabor típico. Nos vamos de pilares mordisco a mordisco.
Ternasco asado de Aragón
El ternasco de Aragón está considerado una de las mejores carnes de cordero que existen. Proviene de animales con 90 días alimentados con leche materna y cereales naturales, con un peso en canal entre los 8 y los 12,5 kilos, de las razas autóctonas aragonesas ojinegra de Teruel, roya bilbilitana y rasa aragonesa, las únicas aceptadas en la Indicación Geográfica Protegida Ternasco de Aragón. Lo más habitual y típico es disfrutar de esta carne asada, presentada en plato o en bocadillo, quizás acompañada por especias, salsas, alguna verdura e incluso queso fresco, aunque el ternasco también se hace a la brasa o en caldera.
Bacalao al ajoarriero
El bacalao al ajoarriero es otro clásico de la gastronomía zaragozana y otro tentempié de las Fiestas del Pilar de la ciudad: el bacalao al ajoarriero. Consiste en un bacalao desalado, cocinado acompañado de tomate, ajo, pimientos de piquillo, cebollas y, según la receta, algunas otras verduras más. A la preparación no le falta un buen aceite de oliva virgen y un poco de pimentón picante, que siempre añade alegría a cualquier preparación. El plato normalmente se cocina en la víspera, dicen que así está más bueno, y se sirve en pequeñas cazuelas de barro. Su sabor no defrauda ni a los menos amigos del pescado.
Mónica CánovasPollo al chilindrón
Los que sepan un poco de las fiestas en honor a la patrona de Zaragoza y de la gastronomía aragonesa en general a estas alturas ya estarían echando de menos el pollo al chilindrón. Este animal es otro habitual de las explotaciones de la provincia, desde hace décadas y décadas, y esta es una de las recetas más típicas para prepararlo. La clave está en la salsa, que se elabora con el propio pollo, a veces otras carnes como la de cordero, e incluye un amplio repertorio de hortalizas cultivadas en la zona como los tomates, los pimientos, los calabacines o las cebollas. El plato suele coronarse por muchos cocineros con un poco de jamón.
Sofía de la TorreFrutas de Aragón
Tras unos cuantos platos pensados como principales, vamos con un dulce, que a nadie le amarga, las frutas de Aragón. Una preparación típica que aunque con su nombre pueda llevar a error, la falla no será tanto. Porque aunque por fuera no dejemos de ver chocolate, eso es la cobertura, dentro está la verdadera fruta. Confitada, eso sí. Son cortadas de peras, de manzanas, de naranjas, de higos, de cerezas, de ciruelas… Su aspecto es de un dulce de tiempo atrás y es uno de los souvenirs comestibles más frecuentes. Y en las Fiestas del Pilar, por supuesto, no pueden faltar.
Adoquines del Pilar
El repaso a parte del menú típico de pilares no podría terminar sin hacer mención al clásico entre clásicos de los dulces estos días de diversión, los popularísimos adoquines del Pilar, otro de esos souvenirs comestibles que los turistas, y también los locales, no dejan de comprar en cualquier época del año, especialmente en los aledaños de la concurrida plaza del Pilar de la ciudad. Son unos caramelos de un tamaño importante, que pueden alcanzar hasta los 500 gramos de peso aunque los habituales son mucho más pequeños y manejables, pensados para chupar y chupar. Dada su talla, pueden durar hasta horas. Los hay de naranja, fresa, anís y limón y vienen envueltos en un papel con la imagen de la Virgen del Pilar y diferentes motivos, como puedan ser la bandera de Aragón o la trama del típico pañuelico, el famoso cachirulo.
CARO