Lavoe, la aventura valenciana repleta de arroces de un antiguo bróker

Valencia bascula entre dos tópicos en torno a su relación con el arroz: que no hay lugar mejor para degustarlos y al mismo tiempo que es complicado encontrar en la ciudad un buen lugar donde tomarlos. Cómo se entiende. Probablemente no está toda la verdad en ninguna de las dos afirmaciones. Frente a las constantes estafas arroceras, el regular incremento de buenas sedes en las que tomarlos sin miedo a sucumbir. La ciudad de Valencia sí es lugar para arroces.

Una reciente constatación se llama Lavoe. Está situado en el entorno de la Plaza del Patriarca, apenas un erial ayer, hoy una pujante ventana para el bienestar gastronómico a pocos pasos de la Plaza del Ayuntamiento. Ha sucedido que ante el virus de las franquicias y la oferta nociva, una suerte de reacción inmunitaria ha facilitado la apertura de prometedores espacios en pleno kilómetro cero. Con sólo unos pasos uno puede circular por Entrevins, Mar de Avellanas, Federal o Lavoe sin errar. Oferta bien variopinta, aires nuevos, en progreso.

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En Lavoe el arroz es el rey junto a productos de mar, un planteamiento canónico y prudente para los primeros pasos de una aventura que ha embarcado en la travesía a dos viejos amigos: Toni Boix y Arturo Berenguer. ‘Qué hacen un antiguo bróker y un empresario en un lugar como éste’. Son ellos la palanca de un sueño íntimo y son sus inquietudes la respuesta al interrogante.

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Una de las derivadas más apasionantes de un restaurante -además de comer, claro- es descubrir rascando qué vidas hay tras el zaguán y los fogones. Boix fue bróker, guiado por el frenesí bursátil. Pero como las mejores historias se alimentan del cambio, decidió cerrar el primer gran capítulo, apearse de la bolsa y arrimarse a la cocina. Escapando a Ibiza encontró acomodo cocinando paellas para amigos y eventos privados. Así, pendiente de los fuegos y el arroz, han transcurrido sus últimos años.

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Era el momento de volver a Valencia. Aliado junto a Berenguer, empresario de la urbe nocturna, vislumbraron Lavoe como una fórmula actual de servir las creaciones de Boix basadas en las propuestas marinas. El espacio, que se nutre de un público empresarial y del paso sereno de la zona, ha sido diseñado por el interiorista Ramón Bandrés.

Los arroces y las fideuàs están escoltadas por platos como las cigalas de playa, la cococha, la gamba rayada o la quisquilla… Sencillez y esencia sobre la creatividad. Un paso calmado para el gran reto de Toni Boix, un valor al alza con una apuesta recién estrenada.