Sa Llagosta, el sabor de las aguas baleáricas

Sa Llagosta se encuentra en el puerto de Fornells, un pueblo de pescadores al norte de Menorca. En este restaurante de marcada trayectoria se cocinan tan solo productos del mar y recetas tradicionales de Menorca. El nombre del establecimiento deja claro cuál es la especialidad que mejor dominan: la langosta preparada de mil formas.

Entre los distintos platos, la caldereta es el más aplaudido. Esta preparación es la esencia viva de las costumbres autóctonas y la cultura gastronómica de pescadores y marineros. El período de apertura del restaurante va marcado por la corta temporada de langosta roja en Fornells, que suele ir desde principios de abril hasta finales de agosto. No obstante, y para poder alargar los días de apertura, algunos ejemplares de este crustáceo pasan a formar parte del propio vivero de Sa Llagosta, allí se mantienen vivos hasta mediados de septiembre o incluso más si la temporada ha sido buena.

Sa Llagosta

Además de la exquisita caldereta, David ejecuta una potente langosta salteada. Cada año aparecen nuevas recetas que son un reflejo del continuo aprendizaje del cocinero, tan dado a viajar y experimentar con las recetas de otras gastronomías. La carta consta de tres apartados, en el primero, platos tradicionales a base de langosta y atún como el famoso atún con ajo y alcaparras, un plato fijo pero que se redefine con cada nueva temporada. No faltan entrantes a base de pequeñas y finas sardinas marinadas, buen pan con el excelente aceite Son Felip y por supuesto, nobles cortes de atún con salsas dulces confeccionadas a base de frutas y verduras locales.

Sa Llagosta

La langosta puede presentarse salteada con vegetales como pencas de acelga, que se cocinan en tempura para ofrecer una textura que rompe con la carne de la langosta. Este producto también viene en elaboraciones como el ceviche, cortada cual sashimi, en tempura o como un jugoso lobster roll de tamaño reducido y aderezado con mayonesa condimentada. Destacan también las almejas locales del puerto de Mahón; el fresco tiradito de pulpo y melón; los huevos de sepia con quinoa y pesto negro y distintos pescados acompañados por guarniciones de corte asiático.

La sala está dirigida por Mónica, la mujer de David, que explica y conecta la cocina con la sala, espacio en el que un reducido número de comensales puede gozar de la relevancia para el paladar que tiene este proyecto gastronómico sumamente especial y original.