Alberto Luchini es periodista especializado en ocio y cultura desde 1990. Crítico de cine y gastronomía y Redactor Jefe de Metrópoli-El Mundo, es miembro de la Academia Europea de Cine y en el año 2014 fue distinguido con el Premio Nacional Gastronomía a la Mejor Labor Periodística, otorgado por la Real Academia de Gastronomía.
Un nómada que viaja entre el cine y el mundo culinario. Y, aunque sus conocimientos le permitirían abrir un restaurante, es consciente de que eso le impediría ejercer con justicia la crítica gastronómica. Hemos querido conocerlo más a fondo y descubrir algunos de sus secretos relacionados con el mundo de la cocina.
¿Cuáles son los tres primeros alimentos que te entran ganas de adquirir cuando sales de compras?
Queso (de cualquier tipo), espárragos extra gruesos, salchichón ibérico.
¿Cuál es ese restaurante que repetirías sin parar?
El Faralló, en Denia. Gambas rojas y unos arroces perfectos.
¿Y cuál el que no has ido, pero te mueres de ganas por ir?
Sukiyabashi Jiro, en la estación de Metro de Ginza, en Tokio. No sé si podré volver a Tokio, pero tengo claro que nunca conseguiré sitio...
¿En qué placer culpable te gusta incurrir (de vez en cuando) a la hora de comer?
Prepararme una hamburguesa de carne madurada con patatas y pimientos fritos. No es lo más sano ni lo más recomendable, pero, con una copa (o dos) de amontillado, está tan rica...
¿Cuál es el mejor mercado para ir de compras gastronómicas?
En Madrid, el de Chamartín. En España, me parece fantástico (y precioso) el de Valencia
¿Qué capricho disfrutón te has dado recientemente o te gustaría darte?
Abrir una botella de Jacques Selosse Substance porque sí, para beberlo y punto, sin tener que buscar ninguna excusa.
¿Recuerdas alguna locura que hayas hecho por amor... a la cocina?
Probar el balut en Filipinas. Da mucha cosa y no lo volvería a hacer.
¿Qué ingrediente o materia prima consideras sobrevalorado?
La trufa blanca. Sin ninguna duda. No vale lo que cuesta y sus aplicaciones culinarias son limitadísimas.
Y en los restaurantes, ¿qué aspecto se sobrevalora?
La decoración. Es absurdo invertir millones de euros en poner un sitio "mono" y luego dar de comer quinta gama. Y lo peor es que la gente hace colas en esos sitios.
¿Y cuál se infravalora?
El buen servicio. Esos camareros que están pendientes del más mínimo detalle sin que apenas se perciba su presencia.
¿Tu cocinero/a favorito/a?
El maestro de maestros Abraham García.
¿Qué crees que debería ponerse de moda en la cocina?
Parece una perogrullada, pero la cocina en sí. Cuando leo una encuesta y veo que la calidad de la comida es el séptimo o el octavo argumento que manejan los clientes para elegir un restaurante, se me caen los palos del sombrajo.
Si nos invitas a tu casa a cenar, ¿qué nos cocinarías?
Gnocchi de patatas con ragù y queso parmesano. Los bordo.