Benoît Sinthon (Gardanne, 1972) es uno de los pocos chefs que ofician en Portugal y que pueden presumir de distinciones y brillos estelares gracias a su trabajo al frente de Il Gallo d'Oro, el restaurante donde oficia cada día como parte de la oferta gastronómica del hotel The Cliff Bay en Funchal. Es allí, en mitad del Océano Atlántico, donde la magia se sucede.
Sinthon aprendió desde muy joven a moverse por los mercados y se vio pronto hipnotizado por los sabores y aromas de mundo de la cocina, en gran parte influenciado por su abuela. Junto a ella empezaría a cacharrear en las cocinas mientras se preparaba la comida de la familia. Cuando no había cumplido la mayoría de edad hizo las maletas y se marcho hasta los Alpes para estudiar en la escuela profesional de hostelería Gap 05 donde se licenció. Apenas salió de las clases se embarcó en las cocinas de varios restaurantes con estrella Michelin como Hostellerie du Vallon de Valrugues, Chateau de Rochegude o Cote St Jacques con tres estrellas.
La carrera profesional del chef dio con sus huesos en Madeira, donde aprendió a trabajar en armonía con el medio ambiente y donde en 2008 lograría su propia estrella. Por si parecía poco premio ser el único con tal distinción en la isla portuguesa, en 2016 su trabajo fue reconocido con una segunda. Francia y Portugal unidos por el genio creativo de un chef en plenitud.
¿En qué momento concreto de tu vida supiste que serías chef?
A los 17 años, cuando empecé a estudiar en la escuela de hostelería de Sevigné, en los Alpes franceses.
¿Qué ingrediente has descubierto últimamente y no puedes sacar de tu cocina?, ¿por qué?
El maracuyá. Porque es versátil. Puedo usarlo en pastelería y cocina. La acidez, los sabores tropicales, el perfume. Puedo usarlo con ostras, foie gras, caviar, esturión, pescado, pato o cerdo negro... Es un producto muy interesante para nosotros los chefs.
¿Qué debe tener la cocina en el futuro?
Rigor, personal excelente, productos de alta calidad, sostenibilidad y naturaleza.
¿... y qué no debe tener?
Productos industriales. (¡Dios mío!)
¿Cuál es el restaurante que no olvidarás en tu vida?
Les Prés d’Eugénie de Michel Guérard con 3 estrellas Michelin (Francia).
¿A qué restaurante, bar o taberna te gusta ir habitualmente?
Cervejaria Ramiro, en Lisboa.
¿Qué tres cosas nunca pueden faltar en el espacio físico de tu cocina?
Rigor, pasión, productos top.
¿Y qué tres cosas nunca te gusta que estén en ella?
Incompetencia, cocineros sucios, alcohol.
¿Cuando duermes sueñas con cocina? En caso afirmativo, ¿cuál fue tu sueño más sorprendente?
¡Sí muchas veces! Por ejemplo después de divertirme con las motos de nieve en los bosques de Suecia, llegar a un chalet con mi familia y mejores amigos. Abrir la puerta del chalet y encontrar en su interior una cocina fantástica, con todo el equipamiento Molteni y una de las mejores bodegas del mundo y cocinar para todos ellos.
En menos de 140 caracteres, ¿cómo explicarías tu cocina?
Las técnicas clásicas francesas se combinan con los mejores productos de Madeira. En mi cocina encontrarás elegancia, técnicas, delicadeza, grandes sabores y un toque de fantasía, creatividad y originalidad.
¿Qué plato de tu infancia te gustaría reinventar?
La bullabesa.
¿Por qué plato te gustaría ser recordado?
La Paloma Eucalipto.
Si sólo tuvieras 5 ingredientes, ¿cuáles serían y qué plato harías con ellos?
Alcachofas, albahaca, tomates, parmesano y pasta. Yo haría un buen espagueti estilo provenzal.
¿Cuál es la mejor ciudad gastronómica de todas las que has ido?
Lyon, Francia.
¿Qué restaurante en que no has estado te gustaría estar?
Restaurant de l'Hôtel de Ville de Crissier (en Suiza) con 3 Estrellas Michelin.
¿Qué haces cuando no cocinas?
Pasar buenos momentos con mi familia y amigos. Esquí, BTT, quads, ocio marítimo...
¿Qué tópico sobre los cocineros es cierto?
Que somos ejemplo de pasión, liderazgo, creatividad, trabajo duro, filosofía, trabajo en equipo.
¿Cómo sería tu día gastronómico perfecto?
Desayuno completo con mi familia en las montañas en invierno. Almuerzo: una rica bullabesa chez Michel en Marsella, Francia. Cena en el restaurante Maison Carrier, Chamonix, Francia.
¿Qué debe tener sí o sí un buen gastrónomo?
Conocimiento de la gastronomía y el vino, humildad, pasión y mentalidad bon vivant.
¿Con qué postre acabarías esta entrevista?
Con un buen París Brest.