"¡Comer sano es vivir sano!", esa es una de las máximas del vigués Julio César Ortega. Con sangre española por parte de padre y nicaragüense por parte de madre, este periodista criado entre Melilla y Andalucía ha aprendido desde niño que la cocina tradicional es cultura y la comida sana un verdadero beneficio para la vida aunque confiesa, eso sí, que no perdona unas buenas tapas con amigos y "las patatas fritas de bolsa, ¡un horror!". La urbe de cuasi todas las urbes, Nueva York, sería su ciudad gastronómica; el aceite de oliva, que casa con todo, cambia un alimento aburrido y es saludable, el ingrediente que lo definiría; y el champán, su bebida. Gracias a su trabajo para la revista Men's Healt, Ortega viaja alrededor del mundo conociendo culturas y gastronomía de la mano de cocineros y nutricionistas, esta es quizás la razón por la que es capaz de cruzarse la ciudad de Barcelona de lado a lado por un café del Satan's Coffee Corner, que al final "estaba cerrado", o disfrutar de un capricho como el de degustar una langosta en frente a la impresionante bahía de San Francisco. Ryszard Kapuściński, Tom Ford, Ana Blanco, Obama y Putin serían sus invitados a una cena-fiesta con personajes de todos los tiempos y en los fogones, queda claro quién estaría: "He tecleado 'encargar la comida' en mi buscador interno. 0 resultados".
¿Qué ingrediente te define?
Nunca me había parado a pensarlo, pero puede que el aceite de oliva: va bien con casi todo, le da un toque a cualquier alimento aburrido y es saludable.
¿Qué podemos encontrar en tu despensa?
No tomo platos preparados, y prefiero los productos frescos a las conservas, pero en ella nunca faltan atún al natural, arroz integral, aceitunas, muchos champiñones en lata, garbanzos, algo de pasta seca, quinoa y, por supuesto, aceite de oliva virgen extra.
¿Y en la nevera?
Ahí hay más variedad: pescado fresco, pechuga de pollo, ternera, yogures y leche desnatada, dos o tres tipo de queso curado, pavo, huevos camperos, espárragos verdes, ensalada, frutas, cervezas y agua mineral.
¿Cuál es tu playlist para una comida con amigos?
Si somos muchos y el ambiente es festivo, me gusta animar la velada con los últimos éxitos pop. Si es algo más íntimo, Dizzy Gillespie, Chet Baker o Dina Washigton siempre funcionan.
¿Y la canción para el fin de fiesta?
Como en las discotecas: si les pongo La abeja Maya, pillan la indirecta enseguida.
¿Qué distingue a un buen anfitrión?
La empatía. Y el cuidado de los detalles, por supuesto.
¿Qué significa para ti la cocina?
Cultura, y una manera de relacionarte con tu entorno social y natural.
¿Un placer (in) confesable?
Las patatas fritas de bolsa. ¡Un horror!
¿Una ciudad gastronómica?
Nueva York. Tienes todas las ciudades y, por tanto, todas las gastronomías en ella.
¿Un rincón gastro para desconectar?
El Mercat de la Princesa, en Barcelona, es un pequeño mundo que sirve para pensar únicamente en los platos que te faltan por probar.
¿Un aroma?
El regaliz.
¿Un capricho reciente?
Una langosta frente a la bahía de San Francisco en el restaurante The Waterfront.
¿Una locura gastronómica?
Recorrer la ciudad de un extremo a otro para tomar café en Satan's Coffee Corner. Y estaba cerrado.
¿Una bebida?
Champagne.
¿Qué llevas cuando te invitan?
Vino y flores.
¿El look perfecto para salir a cenar?
Una camisa (sin corbata), unos pantalones oscuros elegantes pero cómodos y unos zapatos impolutos.
¿A qué cinco personajes vivos o muertos invitarías a tu cena-fiesta?
¡Uf, difícil! Invitaría a Ryszard Kapuściński por su envidiable capacidad narrativa y por ser un referente para mí; a Tom Ford por su sentido de la estética y del negocio de la moda; a Ana Blanco para comprobar si es un robot o es humana; y sentaría juntos a Obama con Putin para asegurarme que la cosa no decayera.
Para esta cena-fiesta, ¿cocinarías o encargarías la comida?
He tecleado "encargar la comida" en mi buscador interno. 0 resultados.
¿Cuál sería tu última cena?
Una íntima.
¿Qué ingrediente o materia prima consideras sobrevalorado?
La sal. La mayoría de los platos se pueden preparar sin ella sin que pase absolutamente nada.
¿Tu noche favorita de la semana?
Para estar en casa, la del sábado. Para salir, cualquier otra.
Cuando entras en un restaurante, ¿en qué te fijas primero?
En cómo huele.
¿Tu último descubrimiento gourmet? Restaurante, café, bar...
Saboc, en Barcelona. Cocina de mercado clasificada por grados de cocción.