Los domingos, desde el mediodía y hasta la una de la tarde, las ondas de la Cadena SER en la Comunidad Valenciana son de Elena Morales. Su voz es la de la información y el entretenimiento de la jornada dominical. Ella es la que toma el pulso a las iniciativas culturales, la que abre debates necesarios para una sociedad evolucionada, la que da espacio a proyectos que buscan mejorar la vida de las personas.
Y entretanto, cuando esta periodista y especialista en marketing estratégico no está en la radio, se dedica a disfrutar de los pequeños placeres de la vida. Como lo es comer. El espectacular sándwich de pastrami de Nómada, el apetecible restaurante de Begoña Rodrigo en Valencia. Uno de los suculentos platos de Ricard Camarena en Habitual, su casa en el Mercado de Colón. O un seguro que merecido homenaje en L’Escaleta, el restorán de Kiko Moya en la alicantina Cocentaina.
¿Cuáles son los tres primeros alimentos que te entran ganas de adquirir cuando sales de compras?
Jamón, boquerones y chocolate negro.
¿Cuál es ese restaurante que repetirías sin parar?
Nómada.
¿Y cuál el que no has ido pero te mueres de ganas por ir?
Muero por visitar todo lo que no conozco.
¿En qué placer culpable te gusta incurrir (de vez en cuando) a la hora de comer?
En el chocolate.
¿Cuál es el mejor mercado para ir de compras gastronómicas?
El Mercado Central y el de Ruzafa.
¿Qué capricho foodie te has dado recientemente o te gustaría darte?
L'Escaleta.
¿Recuerdas alguna locura que hayas hecho por amor... a la cocina?
Solo hago locuras por mi hija.
¿Qué ingrediente o materia prima consideras sobrevalorado?
Las ostras.
Y en los restaurantes, ¿qué aspecto se sobrevalora?
La decoración.
¿Y cuál se infravalora?
La empatía de quienes atienden.
¿Tu cocinero/a favorito/a?
¿Qué crees que debería ponerse de moda en la cocina?
Los productos ecológicos.
Si nos invitas a tu casa a cenar, ¿qué nos cocinarías?
Os invitaría a comer. Por las noches soy menos simpática. Os recibiría con mucho cariño. Posteriormente comeríamos verduras a la plancha y mi pollo al horno. Entre risas y mucha conversación podemos cerrar con un buen té verde y mucha hierbabuena.