Lakshmi Aguirre (Eibar, 1984) es Máster en Periodismo Gastronómico. Ejerce como profesora del Máster de Comunicación y Periodismo The Foodie Studies, donde imparte clases acerca de la gastronomía en el medio cinematográfico, una de sus grandes pasiones. Esta especialista en comunicación en todos sus frentes ha colaborado con medios como El Comidista, Condé Nast, PlateSelector, Yorokobu o este mismo, donde podemos saborear su trabajo como columnista en la sección de opinión "Arde La Mesa".
También ha tenido tiempo para destacar en el mundo editorial, como corresponsal gastronómica, en el campo audiovisual, en el publicitario, en el institucional, en el de las redes sociales o para colaborar estrechamente con instituciones como el Basque Culinary Center. Caracterizada por la capacidad de reflexión y el espíritu crítico, siempre tendremos que agradecer su trabajo de investigación y docencia poniendo rostro a mujeres relacionadas con la cocina nunca antes reconocidas por la historia. Una oportunidad perfecta para descubrir la pluma sagaz y creativa de esta gran profesional.
¿Cuáles son los tres primeros alimentos que te entran ganas de adquirir cuando sales de compras?
Fruta, queso y champán. Ya sabéis cuál es mi cena perfecta (y que se hace bastante de rogar, claro).
¿Cuál es ese restaurante que repetirías sin parar?
La Cosmopolita, de Dani Carnero, en Málaga. Soy adicta a su pepito de Atún (Don José para los feligreses), a su tartar de gambas sobre tuétano asado y a su tortilla de changurro encebollada con oloroso. Allí empecé a valorar los vinos de Jerez. A Kaleja, su nueva apertura, solo me dio tiempo a ir una vez antes de mudarme a Bilbao y sería, definitivamente, una buena razón para trasladarme de nuevo.
¿Y cuál el que no has ido pero te mueres de ganas por ir?
Al de Martha Klein, en Hamburgo. A nivel nacional, Sacha (sí, lo sé) y Les Cols. Y Central, al otro lado del charco.
¿En qué placer culpable te gusta incurrir (de vez en cuando) a la hora de comer?
El foie … Cierro los ojos ante la barbarie. Tengo ganas de probar el de Eduardo Sousa, de Badajoz, producido sin alimentación forzada.
¿Cuál es el mejor mercado para ir de compras gastronómicas?
El barrio.
¿Qué capricho disfrutón te has dado recientemente o te gustaría darte?
Haber arrancado con Mugaritz su temporada 2021. La primera de las primeras veces. Llevaba años temiendo la mesa de Andoni Luis Aduriz y por fin me armé de valor porque caí en que es como tener un hijo, nunca se está preparado para eso. Cuando aclare mis ideas os lo contaré en Arde la mesa (la mía).
¿Recuerdas alguna locura que hayas hecho por amor… a la cocina?
Dejarlo todo para escribir sobre ella.
¿Qué ingrediente o materia prima consideras sobrevalorado?
Las angulas. De niña a mi madre se le cayeron al suelo en una Nochebuena y acabamos todos relamiendo las baldosas. Y, evidentemente, no me quedó claro su sabor. No volví a probarlas hasta que mi cuñadísimo nos las preparó hace poco solo por vernos comerlas sentadas. Le cayó una buena por echarles demasiada guindilla. La segunda vez las hice yo y resulta que la culpa no había sido de mi cuñado. Pagas textura, algo fantástico por otro lado, si es ahí donde están tus expectativas.
Y en los restaurantes, ¿qué aspecto se sobrevalora?
Los nombres propios.
¿Y cuál se infravalora?
El cliente.
¿Tu cocinero/a favorito/a?
Mary Frances Kennedy Fisher. Conseguir que incluso “los ancianos y jóvenes urbanitas olviden la época en la que viven y se pongan cómodos, se refresquen y se tranquilicen durante un par de minutos” con una vichyssoise tiene su mérito.
¿Qué crees que debería ponerse de moda en la cocina?
El sentido común que, por otra parte, y como diría precisamente la abuela de Fisher, no sabía que “solo estuviera de moda en la cocina en situaciones de emergencia”.
Si nos invitas a tu casa a cenar, ¿qué nos cocinarías?
Una ensalada fresca con verdura asada acompañada de buenas conservas, una tabla de quesos y buen pan, claro. Sabiendo esto, del vino os encargáis vosotros (¿os he dicho que me encanta el champán?). Ah, y Carmen Alcaraz de las flores.