Marc Vidal es divulgador económico y consultor en transformación y estrategia digital y siempre tiene oportunidad de probar la mejor cocina posible. Lo suyo no es meter las manos en la masa, más allá del pan que busca en su dispensario. Ahí está claro que mejor dar paso a los profesionales. Mientras tanto, las conferencias internacionales, su papel como analista y profesor en escuelas económicas y de negocios, su faceta como inversor o la escritura le emplean la mayor parte de su tiempo, aunque siempre quede hueco para su familia más cercana, la música de Sinatra o algún libro de Ray Bradbury.
Ha trabajado junto a empresas como Microsoft, IBM o Allianz. Fue presentador de programas de TV como Economía de Bolsillo y Economía de Futuro en TVE, y colabora habitualmente con medios como CNN, La Sexta o TV3. Ha publicado diversas obras, algunos bestellers como Una hormiga en París. Un camino de constancia, tesón y éxito profesional al que toca poner sabor.
¿Cuáles son los tres primeros alimentos que te entran ganas de adquirir cuando sales de compras?
Tengo que admitir que me encanta ir a comprar a tiendas de proximidad. Cada vez que cambio de ciudad de residencia, exploro las tiendas especializadas y busco las que ofrecen alimentos de calidad. Los que primero busco son legumbres, especialmente lentejas, pan de masa madre de cocción lenta y zumo de naranja. En ese orden.
¿Cuál es ese restaurante que repetirías sin parar?
Sin dudarlo el Azul Histórico en el centro de México DF. De hecho es donde voy cada vez que visito esa impresionante ciudad. Si vas no dudes en pedirte su 'Mole Negro', plato típico de Oaxaca y te aseguro que allí lo hacen de aurora boreal.
¿Y cuál el que no has ido pero te mueres de ganas por ir?
Ahora que vivo en Madrid tengo en mente ir al Étimo de Begoña Fraire. Me han hablado muy bien, va caer pronto.
¿En qué placer culpable te gusta incurrir (de vez en cuando) a la hora de comer?
Pan integral en rebanadas muy pequeñas, tostado pero blando, aceite de Jaén, un poco de sal y sus pertinentes cachos de chocolate negro al menos 70%. La cosa va de echarle bocado a la rebanada y no masticarla sin haber mordido también el cuadradillo de chocolate. Si no es así no vale. Tampoco colocar el chocolate encima del pan. No es un bocata. Es un protocolo inalterable. Si lo haces bien rozas un placer lírico.
¿Cuál es el mejor mercado para ir de compras gastronómicas?
Cuando vivía en Dublín visitaba un mercado de calle los sábados por la mañana cerca de Rathmines. Allí iban los agricultores de la región de Leinster. Sus productos son extraordinarios debido a la obligatoriedad legal de no incluir ni conservantes ni elementos químicos en ningún producto. A mi no me gusta la leche y allí me la bebía como si fuera vino.
¿Qué capricho foodie te has dado recientemente o te gustaría darte?
Sentarme en la mesa de la cocina de mi madre y compartir con ella un docena de galletas 'de las de siempre', mojadas en un 'colacao' hasta casi dejar el contenido de la taza en estado sólido. Se me caían las lágrimas y a ella también viéndome disfrutar como cuando tenía 8 años.
¿Recuerdas alguna locura que hayas hecho por amor... a la cocina?
Una vez no utilicé el microondas.
¿Qué ingrediente o materia prima consideras sobrevalorado?
La sandia densuke. No puedo llegar a comprender la locura que hay por ella ni lo que se paga por una.
Y en los restaurantes, ¿qué aspecto se sobrevalora?
Creo que hay restaurantes que deberían poner en su puerta 'galería de arte' y ya está.
¿Y cuál se infravalora?
Creo que es uno de los trabajos con un mayor espíritu de sacrificio que conozco. No sólo por los horarios, sino por el grado de exigencia y estabilidad que precisa.
¿Tu cocinero/a favorito/a?
Montserrat Fontané, la mamá de los hermanos Roca. Tengo la impresión que los 'garbanzos con bacalao' los debió inventar ella.
¿Qué crees que debería ponerse de moda en la cocina?
De moda no, normalizarse sí. El uso de algo parecido a Moley, un robot cocinero que nos explicará cuál va a ser la relación entre humanos y tecnología en lugares reservados a la creatividad y a los estímulos propios de las personas. Es por curiosidad.
Si nos invitas a tu casa a cenar, ¿qué nos cocinarías?
Quedaríamos en un restaurante.