En casa de las hermanas Gil siempre se cocinó, se comió y se habló de comida. En su familia no hay celebración ni encuentro que se precie que no tenga lugar alrededor de una buena mesa. Les va en la sangre. Por eso ellas salieron tan cocinillas y por eso un buen día, venidas de su Argentina natal e instaladas en Valencia, decidieron poner en marcha un proyecto gastronómico en forma de blog, Hinojo.
En esta cuidadísima publicación, tanto en contenido como en continente, con fotografías de gran belleza y textos claros y al grano, María y Milagros Gil comparten lo que cocinan y lo que comen. Sacan los platos de sus casas y se los cuentan a la gente que quiera escucharlas.
Porque son defensoras de un estilo de vida sana, de una alimentación equilibrada a la par que rica y quieren demostrarle al resto que comer saludable y bien es algo fácil que no requiere de tanto tiempo como pensamos. «No nos gusta complicarnos, y queremos que la gente también deje de hacerlo», nos confiesan. Nos asomamos a su universo culinario repleto de tradición argentina e influencia mediterránea.
¿Cuáles son los tres primeros alimentos que te entran ganas de adquirir cuando sales de compras?
Esta es fácil. Aguacate, no puede faltar en los desayunos; fruta, mucha y de temporada, y siempre comprada en el mercado; y garbanzos, para hacer hummus, ensaladas y lo que sea, a todo le va bien.
¿Cuál es ese restaurante que repetiríais sin parar?
El restaurante Zacarías, comida marroquí de verdad.
¿Y cuál al que no habéis ido pero os morís de ganas por ir?
Siempre queremos ir al Ma Khin Café, en el Mercado de Colón. Una vez fuimos a tomar el postre, increíble. ¡Morimos por comer allí!
¿En qué placer culpable os gusta incurrir (de vez en cuando) a la hora de comer?
Bacon bacon bacon.
¿Cuál es el mejor mercado para ir de compras gastronómicas?
Nos gusta comprar mucho producto local así que solemos ir al mercado del barrio, el de Ruzafa, ahí siempre encontramos de todo. Si buscamos productos más especiales o exóticos vamos al Mercado Central pero nos agobia un poco porque está demasiado masificado.
¿Qué capricho foodie os habéis dado recientemente u os gustaría daros?
Morimos por comprarnos una batería de hierro fundido de Le Creuset.
¿Recordáis alguna locura que hayáis hecho por amor... a la cocina?
Hacer cola de 2 horas para cenar en Sarkis, un restaurante sirio de Buenos Aires, que siempre está lleno y donde no cogen reservas. Créanos que valió la pena.
¿Qué ingrediente o materia prima consideráis sobrevalorado?
El caviar, no hay por donde cogerlo.
Y en los restaurantes, ¿qué aspecto se sobrevalora?
La estética. Preferimos un bar con buena comida y productos de calidad que un restaurante con mucha inversión en el local y comida del montón.
¿Y cuál se infravalora?
La sencillez. Hay restaurantes donde hacen platos demasiado rebuscado y al final no sabes ni lo que te estás comiendo. Nos gusta que los alimentos sepan a lo que son.
¿Vuestro cocinero/a favorito/a?
Podríamos nombrar algunos chefs muy buenos, pero siendo sinceras, somos fieles seguidoras de Jamie Oliver. Su cocina es simple y rica. Creemos que gracias a él la mayoría aprendimos que se puede comer bien todos los días sin tener que pasarnos horas metidos en la cocina.
¿Qué creéis que debería ponerse de moda en la cocina?
Las legumbres. Nosotras las comemos casi a diario y de todas las maneras posibles.
Si nos invitaseis a vuestra casa a cenar, ¿qué nos cocinaríais?
Ahora que llegó el otoño estamos desesperadas por volver a poner una olla al fuego y encender el horno sin morirnos de calor. Así que empezaríamos con una sopa de verduras, seguramente haríamos la de nuestra abuela materna, es única.
De segundo nos gusta mucho hacer pollo o pavo al horno, lo hacemos a fuego lento durante unas tres horas, para que quede bien jugoso.