Nico Bour, días de vino, buen producto y emociones

El foodie Nico Bour
Buscador de la belleza de la buena materia prima, Nico Bour disfruta acompañando sus momentos gastronómicos con grandes vinos, ya sea en restaurantes o en el entorno familiar.
Por Lidia Caro
28 de diciembre de 2017

Este es uno de esos personajes que ha conseguido virtualizar algo tan terrenal y sensitivo como es la pasión por los buenos alimentos, el vino y todos los elementos de la gastronomía. Nico Bour, francés de nacimiento y español de adopción, es descendiente de una familia eminentemente vinícola, asentada en el valle del Ródano, en los Côtes du Rhône y Côteaux du Tricastin. Sus orígenes se dejan ver cuando se le pregunta por sus lemas con el vino: «Disfrutar de una buena copa y compartir ese momento con alguien querido es lo máximo. Lo demás puede esperar». ¿Y qué hay que hacer, según Bour, para deleitarse con el caldo que tenemos entre las manos? «Utiliza tus sentidos y disfruta del placer de un vaso de vino. El vino no es sólo beberlo sino sentirlo».

Cuestiones vinícolas familiares aparte, nuestro foodie es licenciado & MBA por la escuela de negocios ESADE, y su trayectoria profesional le ha llevado a surcar los cielos del marketing en Edreams.com y en Softonic, entre otras empresas del laberíntico mundo de Internet, sin por ello olvidar los valores gastronómicos aprendidos en los viñedos, entre garnacha, syrah, cariñena y el folclore de la vendimia.

En el mes de diciembre de 2009, hace ya ocho años, dos de los caminos más transitados por Nico -el vino e Internet- se unieron ante él, una fusión que dio lugar a Uvinum, el marketplace europeo de referencia en el sector de vinos, espumosos y destilados. Una tienda online de vinos con más de 90.000 referencias de la que es CEO y cofundador junto a Albert López y Albert Garcia. La idea que subyace tras esta plataforma es democratizar el mundo del vino y hacerlo más accesible y comprensible, partiendo de un cambio disruptivo en el mundo de la distribución de estos productos, característica a la que se le añade un cercano sistema de venta y de orientación, es decir, hablar del vino en un lenguaje cálido, como quien conversa distendidamente en la barra de un bar, mientras el camarero sirve un blanco de Alsácea Gewürztraminer y la tarde cae.

¿Cuáles son los primeros alimentos que te entran ganas de adquirir cuando sales de compras?

Esto es una difícil pregunta. Pero en mi casa no puede faltar nunca mantequilla (salada), limón y arroz. A partir de allí, me encanta perderme por el mercado de La Boquería en Barcelona a comprar pescado. Me apasiona la frescura y ver esos estantes tan llenos de buena comida.

¿Cuál es ese restaurante que repetirías sin parar?

Hay muchos. Pero hace años que descubrí Can Vallès en Barcelona ciudad. Un restaurante donde se cocina sobre todo buen producto de forma trabajada pero sin hacerle perder sus esencias. Algo clave. Y le sumo 2 aspectos más: habré ido más de 10 veces y nunca me ha fallado y siempre tiene el mismo nivel de excelencia, y finalizado con el espectacular servicio que tienen. Simpatía, cercanía y te tratan tan bien que solo por eso da gusto volver allí.

¿Y cuál el que no has ido pero te mueres de ganas por ir?

Muchísimos son los que me faltan. Pero probablemente algunos con estrella Michelin en el País Vasco como Mugaritz o Akelarre entre otros. El País Vasco dignifica al máximo la buena cocina, buen producto y buena mesa.

¿En qué placer culpable te gusta incurrir (de vez en cuando) a la hora de comer?

Para comer siempre un buen vaso de vino. Sin eso, difícil es que la comida sea un éxito. Allí tengo varios que me tienen enamorados, como el Rioja Amancio de Sierra Cantabria o un Gewürztraminer para acompañar un buen foie-gras. Todos los que quieras en el surtido de Uvinum.es.

¿Cuál es el mejor mercado para ir de compras gastronómicas?

Como he comentado al principio, La Boquería. Aunque se tiene por algo turístico, es todo lo contrario. Es un mercado donde perderse y descubrir maravillas de todo tipo y a buen precio. Un lujo que este tipo de mercados aún existan.

¿Qué capricho foodie te has dado recientemente o te gustaría darte?

Algo tan básico como disfrutar un buen chuletón en el País Vasco. De eso hace 15 días y aún estoy salivando.

¿Recuerdas alguna locura que hayas hecho por amor... a la cocina?

La cocina es algo fundamental en mí o mi familia. Somos unos apasionados y a todos nos encanta cocinar. Me acuerdo que durante una época con mi mujer, cada mes teníamos que hacernos el uno al otro una cena especial. Con menú impreso, 3 platos, gran vino y servicio. Una forma de cocinar algo diferente y cuidar y enamorar a tu pareja. Moló mucho hacer eso.

¿Qué ingrediente o materia prima consideras sobrevalorado?

La ostra. Seré raro, pero jamás me ha apasionado. Siempre que hay una en la mesa, la dejo para los que les encantan. Por mucho que pruebe, no me seduce. Lo mismo que el solomillo. ¡Hay tantas carnes mejores que esa!

Y en los restaurantes, ¿qué aspecto se sobrevalora?

La belleza del sitio. Aún siendo relevante, lo clave es la belleza de lo que comes y lo que te transmite. Eso puede ser en un bar de pueblo, a mí me vale perfectamente. Y lo segundo es que haya que pagar mucho por comer bien. Otra cosa absurda: no por pagar caro comes bien y a gusto.

¿Y cuál se infravalora?

El servicio. Nos hemos acostumbrado a que no nos traten con la complicidad y atención que se merece una buena comida. No hablo de un menú del día sino de algo más elaborado. El servicio te cambia la perspectiva de una buena cena.

¿Tu cocinero/a favorito/a?

Desconozco tantos que no puedo contestar a esto. Tuve la suerte de ir varias veces al Celler de Can Roca y podría decir que Joan Roca es un dios de la cocina. Pero la verdad, mi madre es la mejor. Es capaz de cocinarte 365 platos diferentes en un mismo año sin despeinarse con toda la delicadeza y elegancia de un gran chef. Una auténtica crack, y echo de menos no poder disfrutar a menudo de sus platos.

¿Qué crees que debería ponerse de moda en la cocina?

La simplicidad. Todo lo que queremos sofisticar cuando lo único que queremos, como en el mundo del vino, es que te guste y que disfrutes de una buena velada sin complicaciones. Productos y emociones unidas, es un binomio maravilloso.

Si nos invitas a tu casa a cenar, ¿qué nos cocinarías?

Una de mis especialidades son los arroces. En esta época, me decantaría por uno con conejo, butifarra y ceps. Una delicia. Y acompañada por un buen vino, quizás un Mauro 2014 de VT Castilla y León.