Vicky Sevilla (Quart de les Valls, 1993), se formó en Castellón. Una vez completado el paso por la escuela de hostelería, comenzó a adquirir competencias prácticas junto a algunos de los cocineros más relevantes del panorama de la Comunidad Valenciana, es decir, Susi Díaz, Begoña Rodrigo o Vicente Patiño. Con solo 25 años decidió dejar de trabajar para otros y emprender con su propio restaurante, el Arrels.
Esta cocinera que supo –y sabe– arriesgar inauguró el 12 de octubre de 2017 su establecimiento, un acogedor restaurante ubicado en las antiguas caballerizas del Palacio de los Duques de Gaeta (Sagunt, Valencia). Con pocos meses de recorrido su cocina llamó la atención de gastrónomos, crítica y periodistas culinarios, que vieron en sus platos elegantes un brillante presente y un fulgurante futuro.
Vicky fue nominada al premio Cocinero Revelación 2020, un galardón que se entrega en el congreso Madrid Fusión. Con esta nominación se reconocía su culinaria que defiende lo propio y busca entre las raíces vivenciales y gastronómicas. Premios aparte, la labor de Vicky Sevilla en Arrels pone en relevancia la vitalidad de la cocina valenciana, que no tiene porqué estar siempre ubicada en la capital de la comunidad.
¿En qué momento concreto de tu vida supiste que serías chef?
El primer año que trabajé en cocina. Me atrapó. Creo que no podría (o me gustaría) dedicarme a otra cosa.
¿Qué ingredientes has descubierto últimamente y no te puedes quitar de la cocina? ¿Por qué?
El café. Me encantan los matices que aporta.
¿Qué debe tener la cocina en el futuro?
Sostenibilidad.
¿... y qué no debe tener?
Hipocresía.
¿Cuál es el restaurante que no olvidarás en tu vida?
El Celler de Can Roca.
¿A qué restaurante, bar o taberna te gusta ir habitualmente?
La Salita y Nozomi.
¿Qué tres cosas nunca pueden faltar en el espacio físico de tu cocina?
Limpieza, orden y buen rollo.
¿Y qué tres cosas nunca te gusta que estén en ella?
Dejadez, desorden y mal rollo.
¿Cuándo duermes sueñas con cocina? En caso afirmativo, ¿cuál fue tu sueño más sorprendente?
Sí. He soñado más de una vez. Hay noches que sigo marchando mesas y mi pareja me tiene que despertar porque no paro.
¿Cómo explicarías tu cocina?
Cocina de raíces, donde cuidamos el producto y le aportamos nuestra personalidad.
¿Qué plato de tu infancia te gustaría reinventar?
No lo sé. ¡Hay muchos! Mi madre y mi abuela cocinan muy bien.
¿Por qué plato te gustaría ser recordada?
Por el que más le guste a cada uno.
Si tuvieras un máximo de 5 ingredientes, ¿cuáles serían y qué plato harías con ellos?
Cebolla, ajo, tomate, carne y especias. Cualquier guiso.
¿Cuál es la mejor ciudad gastronómica de todas las que has ido?
Puff… ¡Hay muchas! Londres, Madrid, Valencia, Barcelona…
¿Qué restaurante en que no has estado te gustaría estar?
El Bulli o Can Fabes porque sé que es imposible. A los otros siempre tendré oportunidad de ir.
¿Qué haces cuando no cocinas?
Casi siempre estoy en cocina pero el tiempo que tengo libre lo empleo en la familia, amigos, y salir a comer.
¿Qué tópico sobre los cocineros es cierto?
Que estamos un pelín locos (risas).
¿Cómo sería tu día gastronómico perfecto?
Comer en el Celler de Can Roca y cenar en Etxebarri con mi familia.
¿Qué debe tener si o si un buen gastrónomo?
Gusto, memoria y empatía.
¿Con qué postre acabarías esta entrevista?
Naranja, clavo y jengibre.