Originaria de Asia pero profundamente extendida por el resto del mundo, la alcaravea crece silvestre en zonas montañosas de Europa y el norte de África. Aunque su cultivo se desarrolla prácticamente por toda Europa, es igualmente importante en Rusia, Alemania, Inglaterra, Estados Unidos y Canadá.
Esta planta aromática se ha utilizado a lo largo de la historia como ingrediente en la cocina de diferentes culturas, así como en la medicina basada en el uso de plantas. Ya la mencionaba el farmacólogo y botánico griego Dioscórides en su Libro III, en el que relataba sus características, zonas de cultivo y propiedades medicinales. En la Roma Imperial, donde los condimentos eran de los productos más caros, los romanos utilizaban las semillas de la alcaravea para aromatizar el pan. Por su parte, el emperador Carlomagno, en una orden emitida a los gobernadores de sus dominios conocida como “Capitulare de villis vel curtis imperii”, exigía el cultivo en sus campos de determinadas hierbas y condimentos entre los que se incluía la alcaravea.
Qué es la alcaravea
El Carum carvi, comúnmente conocido como alcaravea, es una planta herbácea bienal de la familia de las umbelíferas procedente de Europa, Asia Occidental y África del Norte. Cuenta con tallos estriados y angulosos que se presentan ramificados desde la raíz. Sus hojas de color verde brillante tienen forma de aguja y disponen de pequeñas flores blancas y rosáceas que brotan en verano. Los aromáticos frutos de la planta, comprimidos en cápsulas, son de forma ovalada y puntiaguda de tamaño medio, con una textura rugosa y de un color marrón oscuro casi negro.
La siembra se lleva a cabo entre los meses de marzo y abril, iniciándose la germinación al cabo de dos o tres semanas. Al ser una planta bienal, florece cada dos años, desde finales de primavera hasta principio de verano para posteriormente producir la semilla. La planta se desarrolla en terrenos arcillosos calcáreos con buen drenaje, ya sean prados húmedos, bosques o zonas montañosas. La cosecha se lleva a cabo a primera hora de la mañana, justo antes de que el fruto madure, para entonces dejarlos secar en un ambiente seco, sombrío y con bastante ventilación. Tras una semana, se procede a la extracción de la semilla por trillado y por último, se realiza el secado.
Propiedades de las semillas de alcaravea
La alcaravea destaca por poseer un 10% de aceites esenciales como la carvona y el limoneno, y un 16% de ácidos grasos esenciales, además de por su alto contenido en vitaminas del grupo B, minerales y flavonoides con propiedades antioxidantes. Sus semillas han sido muy populares como un ingrediente básico en medicina por sus múltiples beneficios, por lo que no es de extrañar que en el año 2016 ganase el galardón de planta medicinal del año.
La alcaravea, además de ser un tónico excelente, tiene propiedades diuréticas, analgésicas y digestivas. Resulta de mucha utilidad para evitar y tratar los problemas gástricos, así como los síntomas de la indigestión, ya que gracias a su composición en aceites esenciales es un excelente estimulador del tránsito intestinal. Los frutos de la planta, por su acción antiinflamatoria, están recomendados igualmente como un remedio para combatir dolores menstruales, de cefalea, de muelas y cólicos estomacales.
Por otro lado, la infusión de sus semillas utilizada de forma tópica (aplicada sobre la piel) gracias a su función antiséptica y antifúngica tiene un efecto reparador, calmante y cicatrizante, por lo que resulta muy efectiva para el tratamiento de afecciones dermatológicas como heridas, quemaduras o problemas como el acné. La acción antiséptica de la alcaravea la convierte en un excelente remedio a modo de tónico para hacer frente a condiciones bucales como una acumulación bacteriana que puede provocar halitosis.
Para aprovechar al máximo sus propiedades medicinales, la mejor manera de consumirla según la necesidad de cada persona es en infusión o té, como ungüento para aplicar directamente sobre la piel, o bien en aceite esencial de alcaravea. Para elaborar la infusión será necesaria una cucharada de semillas de alcaravea hervidas en dos tazas de agua, dejando reposar la infusión 10 minutos antes de tomarla.
Contraindicaciones de la alcaravea
Como otras plantas medicinales, la alcaravea presenta una serie de efectos adversos que debemos tener en cuenta. En casos de mujeres embarazadas o que se encuentren en el periodo de lactancia, el aceite esencial de alcaravea resulta totalmente inadecuado, lo mismo ocurre en el caso de los niños. Igualmente personas que sean alérgicas a alguno de sus componentes deberán evitar utilizarlo.
Del mismo modo, debido a los aceites que contienen sus semillas, la alcaravea puede ser ligeramente adictiva si se consume en exceso, por lo que siempre se debe tomar en cantidades moderadas. Deberán prestar especial atención las personas que sufran de diabetes, ya que la ingesta de grandes cantidades podría disminuir los niveles de azúcar en la sangre, así como pacientes que padezcan dolencias hepáticas como hemocromatosis (acumulación de hierro en el cuerpo) deberían evitar totalmente el consumo de las semillas por el aumento de la absorción de dicho mineral. Ante cualquier duda como siempre lo mejor es consultar con un médico o especialista nutricional.
Usos en la cocina: recetas con alcaravea
Las semillas de la alcaravea se caracterizan por su sabor picante, ligeramente amargo y su aroma anisado que recuerda al hinojo fresco y al anís verde. Se pueden utilizar enteras o molidas tanto en platos dulces como salados, ya sean panes, bollería, guisos o salsas, e incluso se encuentra como ingrediente en bebidas espirituosas y licores.
En España inicialmente se empleaban para cocer patatas y col y aromatizarlas al mismo tiempo, así como lo hacían los habitantes del norte de Europa con quesos como el Tilsi, el Munster, el Havarti o el Milbenkäse. Ya que sus características organolépticas hacen de esta semilla un condimento muy peculiar, no ha dejado de utilizarse desde entonces. Los alemanes añaden las semillas de alcaravea al chucrut (repollo fermentado), si bien con moderación dado su intenso sabor. En Polonia, son tradicionales las salchichas picantes a la parrilla, preparadas con semillas molidas de alcaravea junto con otras especias y acompañadas de chucrut.
Aprovechando las propiedades digestivas de la planta, en Holanda se utiliza para preparar el kümmel, un licor dulce y transparente especiado con comino, hinojo y semillas de alcaravea, así como los islandeses elaboran el brennivín, una bebida alcohólica típica de Islandia a base de pulpa de patata fermentada y aromatizada con comino y semillas de alcaravea. Como ingrediente de la mezcla de especias que conforman el ras-el-hanout, los magrebíes la utilizan para la elaboración de numerosas recetas tradicionales como el tajín o el cous cous.
Al igual que el perejil o el eneldo, las hojas frescas de la alcaravea pueden cortarse finamente y añadirse a ensaladas, sopas y cremas de verduras. Como especia, puede añadirse a potajes, salsas, guisos de legumbres, verduras asadas o agregarla a escabeches o fermentados. Las semillas parcialmente molidas y en pequeñas cantidades pueden añadirse a quesos como el gouda o el edam, panes, pasteles, galletas y bizcochos.