En muchas ocasiones lo único que separa una bebida aburrida de un trago chispeante es un poco de dulzura. Los azúcares, fuentes indiscutibles de alimento fermentados, son los que añadimos en la elaboración de la cerveza, del vino o, de la grandilocuente bebida que nos atañe hoy aquí, el hidromiel o «bebida de los Dioses».
Aunque el nombre pueda resultar algo fanfarrón, lo cierto es que el hidromiel no dejó un imperio sin pisar. Desde que se originase en algún rincón puede que de Asia o de Europa, desde romanos hasta hindús tuvieron el placer de disfrutarla. De fácil e intuitiva elaboración, consiguió aportar la energía necesaria para el día y el mejor de los brindis en los banquetes. Hoy, todo sobre el hidromiel.
Qué es el hidromiel
El hidromiel es una bebida alcohólica elaborada con miel y agua que puede tomarse fría o caliente. Su graduación alcohólica ronda entre los 10º y los 14º, aunque ésta dependerá de la proporción de miel que utilicemos. A mayor cantidad, mayor graduación.
La fermentación profesional tiene lugar en barricas de madera entre dos meses y dos años. Cuanto más tiempo dura la fermentación menos azúcar y mayor graduación alcohólica. Cabe esperar por ende un sabor más afrutado y efervescente en aquel hidromiel que ha sobrepasado el año de fermentación. Eso sí, en cualquier caso, la miel predilecta es clara, con preferencia por miel de brezo o flores, por ser fácilmente fermentables y ricas en azúcares.
Lov FermentsOrigen e historia del hidromiel
Los ingredientes para elaborar el hidromiel estaban al alcance de muchas sociedades desde hace más de 2000 años. En toda probabilidad, la mezcla de agua y miel surgió paralelamente en muchos lugares. Algunos historiadores apuntan a un origen casual derivado de la fermentación de la miel en una tinaja al mezclarse con agua de lluvia.
El registro más antiguo data del 7000 a.C. en China donde se han encontrado restos de miel, azúcar, arroz y fermento. Sin embargo, la búsqueda de dulzor, energía y tragos que alegraban los banquetes parece haber sido un objetivo común a lo largo de la historia de la humanidad. Por esa razón, es difícil situar el origen del hidromiel en un escenario concreto. Lo que sí sabemos es que los mayas disfrutaban del «balché» a base de agua, miel y pedazos de un árbol bautizado con el mismo nombre. Mientras, los griegos lo conocían como melikatron y los latinos como agua mulsum.
En el norte de Europa el hidromiel era una de las bebidas predilectas de los vikingos quienes lo tomaban directamente del cuerno. Eso sí, de celtas a griegos a mayas todo indica que el hidromiel era utilizado para venerar a los dioses y animar los banquetes. Una bebida de largo recorrido histórico que todavía se bebe habitualmente en Etiopía y Eritrea, donde se conoce como tej, y que tan sólo llegó a ser desbancada en el resto del mundo por su sucesora: la cerveza.
Cómo hacer hidromiel y qué levadura se usa
Preparar hidromiel casero es sencillo, tan sólo requiere de 3 ingredientes, una olla y un recipiente bien limpio. Si alguna vez te has aventurado a elaborar kombucha o kéfir, el proceso te resultará muy familiar.
La proporción más común de ingredientes es de 2,3 litros de agua por 1 kilogramo de miel, al que hará falta añadir 2 gramos de levadura. La levadura de preferencia es Saccharomyces cerevisiae aunque se puede explorar el uso de la levadura del vino y se desaconseja la levadura del pan por su lenta fermentación.
Para elaborarlo es necesario llevar a ebullición la mezcla de agua y miel durante unos 15 minutos. El resultado vendrá cargado de una capa de espuma que debemos remover. Esta ebullición nos permite asegurar que la mezcla sea uniforme, así como eliminar cualquier patógeno indeseado.
Después debemos esperar a que enfríe antes de añadir las levaduras hasta alcanzar unos 25 ºC. Un truco clásico para saber si ya está en la temperatura óptima es separar un poco de la mezcla en otro recipiente e introducir un dedo. Si lo podemos mantener unos cinco segundos sin quemarnos, quiere decir que la temperatura es perfecta.
Así pues, tan solo es necesario añadir la Saccharomyces y remover para oxigenar bien la mezcla. Posteriormente, lo ideal es guardarlo en un fermentador, un recipiente destinado a esta etapa. Si no, podemos conservar la mezcla en un recipiente esterilizado. Lo más importante es cubrirlo con un paño transpirable para que el CO2 pueda ser liberado, de lo contrario el recipiente podría explotar.
El tiempo de fermentación varía de 3 semanas a meses, cuanto más largo sea el período más acidez, mayor graduación alcohólica y menor dulzor tendrá nuestra bebida. Con estos pasos en 3 semanas deberíamos poder disfrutar de un hidromiel de unos 10º y todavía meloso. Cabe recordar que, si deseamos algo de contraste, podemos añadir rodajas de naranja o especias como la canela o el anís.
Valor nutricional del hidromiel
El valor nutricional del hidromiel es muy difícil de calcular puesto que cada formulación cuenta con más o menos miel y puede contener otros saborizantes. Sin embargo, guiándonos por la proporción de la receta clásica de 3 a 4 partes de miel por 1 L de agua, un vaso de hidromiel (250 ml) contendría aproximadamente:
- Energía: 304 kcal
- Proteínas: 1 g
- Hidratos de Carbono: 70 g
- De los cuales azúcares: 70 g
- Fibra: 0 g
Propiedades y beneficios del hidromiel
El hidromiel es una bebida alcohólica y por ello su consumo debe ser moderado. Además, tiene un aporte elevado de azúcares, otra buena razón para destinarlo a momentos concretos como las próximas fiestas medievales de tu ciudad o como experimento casero de bebida rica y fermentada. Con ello, el hidromiel tiene sus ventajas respecto a otras bebidas destinadas a un consumo moderado.
Alivia el dolor de garganta e inflamación
Es por todos conocido que una pizca de miel en agua caliente junto con unas rodajas de jengibre es un remedio infalible para apaciguar el dolor de garganta. El hidromiel hecho a base de agua y miel puede calmar esa molesta inflamación de garganta.
Energía extra para una rápida recuperación
Una bebida hecha a base de miel no podía sino convertirse en una gran fuente de energía. De la composición de la miel hasta un 80% son carbohidratos que son nada más y nada menos que la energía más rápida y, la única, que puede utilizar nuestro cerebro. Por ello, un vasito de hidromiel en el refugio de montaña después de una jornada de excursionismo puede ser una idea estupenda (siempre y cuando la graduación alcohólica que la acompaña no nos suponga un problema).
Apta para celíacos
Una de las grandes ventajas del hidromiel como bebida es que al no requerir cereales no contiene gluten. Solo a veces se añaden maltas para dar sabores nuevos. En caso contrario, un hidromiel es 100% apto para celíacos y personas con intolerancia al gluten.
Contraindicaciones del hidromiel
Envuelta en el contexto histórico de vikingos y grandes banquetes es fácil olvidar que el hidromiel es una bebida alcohólica, y de graduación bastante alta. Como bebida alcohólica el hidromiel está contraindicado para mujeres embarazadas, personas con problemas hepáticos, pacientes con hipertensión o con problemas de corazón.
Cómo tomar hidromiel
El hidromiel es una bebida ideal para tomar a temperatura ambiente en verano tal cómo haríamos con el kéfir o un refresco. En invierno, asemeja a un ritual de vikingos, se calienta en una olla de cerámica, se añade naranja y ramitas de canela y se toma casi como una infusión dulce que recuerda ligeramente al vino caliente.