El kiwi es una de las frutas más consumidas en todo el planeta. Verdes, amarillos, de tamaños varios y siempre con un toque ácido y dulce característico, forman parte de una dieta rica y variada. Conocemos más sobre su origen, propiedades y cómo utilizarlo en las recetas del día a día.
¿Qué es el kiwi?
El kiwi es una baya de nombre científico Actinidia Chinensis que cuenta con hasta tres variedades aptas para su consumo. De tamaño ovalado o esférico, es una auténtica bomba de vitaminas y nutrientes que logra conservarse durante largos periodos de tiempo gracias a la dura piel que lo rodea. Su dermis está cubierta por unos pelillos característicos que hacen que sea de tacto suave. Su carnosa pulpa es de color verde esmeralda o amarillo anaranjado, con pequeñas semillas negras comestibles.
Dentro de la especie, podemos encontrar hasta tres variedades diferentes: chinensis, setosa e híspida. La primera es la más conocida y más consumida en todo el planeta, con una producción anual que supera los cuarenta millones de toneladas.
Su cultivo se realiza en lugares húmedos, por lo que es frecuente ver plantaciones de kiwis en las riberas de los ríos o en los valles profundos, donde las condiciones de temperatura, suelo y viento son ideales. Es un tipo de cultivo que necesita de suelos parcialmente acidificados, con baja concentración de calcio pero grandes aportes de nutrientes a través de materia orgánica.
Los cultivos de kiwi deben estar bien protegidos del viento ya que sus ramas, poco flexibles, pueden dar lugar a roturas. Tampoco pueden cultivarse en climas con temperaturas muy extremas o rangos de temperatura elevados entre la noche y el día; esto explica su mala producción en zonas de heladas, ya que una temperatura por debajo de los 0 ºC puede impedir el correcto de los brotes. Además, temperaturas inferiores a los 5 ºC hacen que se dañe toda la zona aérea de la planta.
Origen e historia del kiwi
Aunque su origen podría creerse neozelandés, nada más lejos de la realidad. El kiwi, tal como lo conocemos hoy en día, es originario de China. Y, en concreto, de las vertiginosas laderas de la cordillera del Himalaya. Allí, rodeado de los picos más altos del planeta, vastos glaciares y profundas gargantas fértiles, crece este fruto de manera salvaje. Su escasa comercialización y exportación hizo que esta fruta quedase relegada al territorio comprendido por el valle del río Changjiang. Conocido allí como mihotau, o melocotón de mono, esta baya recorrió miles de kilómetros hasta Nueva Zelanda en los años 30 del siglo pasado gracias a un viaje de misiones. Las buenas condiciones climáticas del país oceánico, con inviernos templados y ausencia de heladas, hicieron el resto.
China continúa siendo el mayor productor de kiwi del mundo, con más de dos millones de toneladas al año. Pese a la fama, Nueva Zelanda se queda en unas cuatrocientas mil toneladas anuales. No obstante, el kiwi también ha llegado a nuestro país; en los años 70, la provincia de Pontevedra (que reúne unas condiciones climáticas excepcionales y similares a las de Nueva Zelanda o China) fue el primer lugar donde se consiguió producir kiwi de calidad.
Entre mares de eucaliptos, Asturias es una de las regiones que mayor producción de kiwi tiene en España. La desembocadura del río Nalón es, de hecho, un auténtico paraíso lleno de plantaciones de kiwi que jalonan la ribera del río más largo del Principado. Los meandros que se forman cerca de la desembocadura crean el hábitat perfecto para fructíferas pequeñas islas, ricas en nutrientes, repletas de árboles de kiwi.
Según los datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, la recolección de kiwi español en 2020 superó las 27000 toneladas, con Pontevedra, A Coruña y Asturias como las provincias con mayor producción.
Valores nutricionales del kiwi
Bajos en calorías y grasas, los kiwis son una deliciosa fruta que destaca por unos valores vitamínicas destacables. Así, es rico en vitamina A —ayuda a la formación del tejido óseo y mucosas— y vitamina E —mejora la producción de glóbulos rojos y permite ayudar al sistema inmunitario—. Aporta hasta un 10% de las necesidades de ácido fólico diarias, un tipo de compuesto imprescindible para la regeneración celular y que es vital durante las etapas del embarazo. Este es el perfil nutricional según el Centro de Investigación de Endocrinología y Nutrición Clínica —datos referidos a 100 g de producto—:
- Agua: 85 %
- Calorías: 50 kcal
- Hidratos de carbono: 10 g
- Proteínas: 1 g
- Grasa: < 0,5 g
- Fibra: 2 g
- Potasio: 0,29 g
- Vitamina C: 0,06 g
- Ácido fólico: 45-60 μg
- β-caroteno: 16-32 μg
Aunque, si por algo son conocidos los kiwis, es por su aporte de vitamina C. Una única pieza de tamaño medio aporta más del cien por cien de vitamina C que nuestro sistema necesita. Una vitamina hidrosoluble que actúa en la cicatrización natural de los tejidos, ayuda a la absorción del hierro y actúa en la síntesis proteica de nuestro organismo.
Propiedades y beneficios del kiwi
El kiwi es una de las primeras frutas que se nos vienen a la mente cuando tenemos episodios de estreñimiento. Su alto contenido en fibra así como sus elevadas concentraciones vitamínicas, su fácil consumo —apto para toda la familia— y su versatilidad en cocina hace que sea una de las frutas más consumidas en nuestro país.
Fuente de fibra y vitaminas
Además su aporte vitamínico ya descrito, el kiwi es una fuente de fibra natural importante. Mejora la digestión y facilita el tránsito de manera natural, siendo una de las frutas más recomendadas para episodios de estreñimiento.
Recomendable por su bajo índice glucémico
Contiene un bajo índice glucémico, lo que supone una fruta sabrosa y jugosa para dietas bajas en azúcares o personas con diabetes, evitando peligrosos picos de glucosa.
Recomendado para una buena digestión
Los kiwis contienen un enzima, conocida como actinidina, que ayuda a la metabolización de los alimentos en nuestro sistema digestivo.
Contraindicaciones del kiwi
A la hora de consumir kiwi hay que tener precaución con la acidez, poco recomendable para la salud de las encías y el esmalte de los dientes, en el caso de que sufran episodios de gastritis, si se está en tratamiento médico o incluso ante posibles reacciones alérgicas.
Acidez, enemiga de tu salud bucodental
La acidez propia de la baya hace que, un consumo excesivo, lastime las encías y provoque daños en el esmalte natural de los dientes.
No recomendable si sufres gastritis
No es apto para personas con gastritis. Mientras que su consumo es óptimo en periodos de estreñimiento, una dieta rica en kiwis puede provocar irritación del estómago debido a la acidez de las bayas.
Cuidado con los medicamentos
Su elevada concentración en vitamina K hace que no se recomiende su consumo si estamos en tratamiento farmacológico. Por ejemplo, los anticoagulantes, como el popular Sintrom, puede sufrir reacciones de competencia entre sus principios activos y esta vitamina, haciendo que el efecto del anticoagulante no sea eficaz y provocar daños no deseados.
Alergias
Existen personas que pueden tener episodios de hipersensibilidad, es decir, alergias si consumen este tipo de fruta. La razón principal es la capacidad alergénica del kiwi, con hasta treinta compuestos diferentes, donde el que más incide es la quitinasa.
Recetas con kiwi y usos en cocina
El kiwi es una fruta versátil en el recetario popular. Además de su consumo en fresco, el kiwi es una fruta que permite jugar con sus texturas. Cuando el calor aprieta, es una fruta perfecta para disfrutar en un granizado de kiwi por su aporte ácido y su toque dulce. Todo un clásico de la repostería, es habitual encontrar mermelada de kiwi así como los "instagrameables" açaí-bowl que suelen emplearlo, toda una tentación que no te puedes perder.
Con la actual renovación gastronómica, no es extraño encontrar salsas a base de kiwi en platos a base de caza, donde la acidez de la baya asiática deja de lado las —ya vistas— compotas de arándanos. Y, donde siempre es un acierto, es una variada y colorida macedonia de frutas, perfecta para cubrir nuestras raciones diarias de frutas y verduras recomendadas.
Si quieres que los más peques de la casa tomen fruta, nada como estos polos de sandía y kiwi. Con una base de kiwi que nos recordará a la corteza de la fruta del verano, lograremos unos polos fáciles, ricos y sumamente refrescantes.