Conocido desde hace siglos por sus numerosas propiedades, no solo por la experiencia de usos medicinales tradicionales, sino avaladas por estudios científicos, el lemongrass es igualmente omnipresente en ciertas cocinas asiáticas, como la tailandesa o la vietnamita. Desde hace algunos años ha entrado también en las cocinas occidentales, donde aporta un gusto fino y agradable a cítricos y picante y pone un punto exótico a los platos.
Qué es el lemon grass, citronela o hierba limón
El lemongrass (Cymbopogon citratus) es un tubérculo originario de zonas tropicales y semitropicales asiáticas, especialmente Sri Lanka y el sur de la India, aunque crece silvestre asimismo en muchos lugares de África y América. En español posee diversos nombres dependiendo del país: limoncillo, hierba limón o zacate limón. Es una gramínea con propiedades medicinales bien documentadas que además se puede usar en la cocina. Se parece externamente a un puerro y generalmente solo se aprovecha el bulbo. Su aceite esencial, llamado frecuentemente citronela, es muy aromático y desprende un cierto olor a limón, de ahí su nombre. Este sabor ácido y, a la vez, ligeramente picante es lo que la hace tan atractiva para cocinar.
Para qué sirve el lemon grass
Durante siglos este tubérculo ha sido empleado para usos medicinales y farmacológicos. Es una planta tradicional de la medicina ayurvédica de la India. Pero sin duda su utilidad fuera de las cocinas más famosa es como repelente de insectos. Es herbicida e insecticida, debido a sus propiedades antimicrobianas. Si quieres usarlo con este fin, incluso como ambientador para el hogar apunta lo siguiente, es muy sencillo. Pon durante un mes algunas ramas y hojas secas del lemongrass en un tarro lleno de alcohol. Luego cuela, desecha las hojas y ya puedes utilizar este aceite contra los insectos o también lo puedes añadir a un difusor de esencias para la casa.
Para un té de hierba limón hierve un litro de agua y añade unos 15 gramos de este tubérculo, tapa el recipiente y deja hervir a fuego medio otros cinco minutos, aparta del fuego, permite que el líquido repose unos minutos, cuela y tómalo caliente. Esta infusión es desintoxicante y tiene ciertos efectos benéficos contra gripes y resfriados. Es importante no dárselo a una embarazada y para niños y personas con patologías previas consulta antes al médico. En términos generales es seguro para cualquier persona, pero en estos casos concretos es preferible preguntar antes. En cualquier caso, toma una taza al día de este té. Tomar más no va a proporcionarte un mayor efecto y puede ser contraproducente.
En la cocina es extremadamente fácil emplearlo. Le suma a los platos ese toque ácido, aromático y exótico. La cocina thai lo utiliza con frecuencia y la vietnamita lo añade a un sinfín de sus platos tradicionales. Es un ingrediente estrella de muchos curris de estilo asiático. No obstante, como es un condimento y saborizante vegetal nos sirve para un gran número de elaboraciones. Es suficiente usar un cantidad pequeña finamente picada, porque al igual que el jengibre posee un regusto algo picante. De hecho, ambos suelen combinar muy bien. Si te apetece incluir lemongrass a alguna de tus recetas, no te pierdas el apartado sobre sus usos en cocina.
Propiedades y beneficios del lemon grass
El lemongrass tiene propiedades medicinales bien acreditadas hace décadas por la ciencia. Numerosos estudios de medio mundo demuestran su efecto como antibacteriano y antimicrobiano. En algunos casos, este poder beneficioso supera el de ciertos antibióticos. Colabora además en la buena digestión, es antiespasmódico, antidiarreico y un poderoso carminativo, es decir, ayuda a expulsar gases. Es hipoglucémico (reduce el nivel de glucosa) y regula el colesterol. Otros beneficios demostrados son sus bondades como antifúngico (contra hongos) y antiinflamatorio. El aceite esencial de lemongrass posee un efecto suave como neuroconductual positivo es decir, mejora problemas de ansiedad y sueño. Los estudios en este sentido concluyen que este aceite aumenta el tiempo de sueño y ejerce un ligero efecto sedante o hipnótico. Además, es un buen antioxidante.
Cabe señalar finalmente que es rico en vitamina A y C. Proporciona también minerales como potasio, calcio, magnesio, fósforo, cobre, hierro y zinc, entre otros.
Usos en la cocina del lemon grass
Su uso más popular es como condimento culinario. En primer lugar, es recomendable darle unos golpecitos secos al bulbo antes de deshojarlo para que expulse su sabor y aromas. Luego debemos desechar las capas externas, que son duras, hasta llegar al interior. Es posible aprovechar estas hojas para caldos o infusiones, pero no es recomendable comerlas, es mejor tirarlas posteriormente.
El bulbo y algo más de 5 centímetros del tallo se pueden aprovechar y cortar en rebanadas para usos culinarios. Podemos encontrarlos en casi cualquier establecimiento de comida asiática y algunos latinos. Sin embargo, fuera de estas tiendas es muy posible que no la consigamos con facilidad y mucho menos fresca. Lo más probable es que la hallemos en polvo, que ha de ser remojado en agua caliente para poder ser útil. Lo más adecuado es usarla fresca, ya que este polvo no es válido para todas las recetas con lemongrass. Siempre tienes la posibilidad de cultivarla en tu huerto urbano. Es una planta agradecida y perenne.
“Bien, entendido” -me dirás- "pero, ¿en qué platos podría usarlo?”. Lo más habitual es añadirlo a curris y sopas, pero sirve para condimentar casi todo: aves, pescados, mariscos, postres, bebidas con y sin alcohol, salsas, gelatinas, guisos varios, aceites, etc.
¿Nunca lo has utilizado en tus recetas? No te preocupes, aquí van unas ideas fáciles para introducir el lemongrass en tus platos. En primer lugar, para el pescado va genial. Haz una pasta machacando el lemongrass con jengibre y zumo de limón. Esta pasta se la añades a la mayonesa, por ejemplo, y ahí tienes una fuente de sabor cítrica y ligeramente picante para acompañar tus platos de pescado, desde un salmón a la plancha hasta una merluza al horno. Si eres amante del dulce, este toque aromático de la hierba limón te puede conquistar. Por ejemplo, en unas natillas o unas torrijas (sí, he dicho bien, en tus torrijas). Para ello bastará infusionar la leche en un poco de lemongrass para sorprender a la familia o a los invitados. Y con el tiempo, te atreverás con algo más chic. ¿Un cóctel, por ejemplo? La alta coctelería ha estado muy avispada estos últimos años buscando creaciones con este tubérculo. Un poco de lemongrass, vodka y tónica, no necesitas más. Infusiona la hierba limón en el vodka unos tres días y luego agrega la tónica. Ya ves qué sencillo es empezar a disfrutar de todas las ventajas de esta maravillosa planta.