El uso de la levadura nutricional llegó al clímax en las últimas décadas debido al aumento de adeptos a la dieta vegetariana. Y es que su gran contenido en vitaminas, minerales y proteínas, la han convertido en una aliada esencial en los menús libres de productos de origen animal. Además, sus beneficios, como la ayuda preventiva de la anemia o el buen desarrollo cognitivo, junto a su versatilidad culinaria, han hecho que despierte el interés de vegetarianos y no vegetarianos. Ahora bien, ¿qué es exactamente, para qué sirve? ¿Qué beneficios tiene? Descubrámoslo.
Qué es la levadura nutricional
La levadura nutricional es un complemento alimenticio que podemos encontrar en herboristerías, tiendas especializadas y, a día de hoy, en muchos supermercados. Se presenta en forma de copos o en polvo y se trata, nada más y nada menos, que de la levadura denominada Saccharomyces cerevisiae. A este hongo unicelular le debemos dos de los grandes inventos de la historia: la cerveza y el pan. Y ahora también, este complemento nutricional.
A diferencia de la levadura para hacer pan, ya sea fresca o deshidratada, la levadura nutricional es una levadura inactiva. Es decir, mientras la levadura del pan cobra vida instantáneamente al introducirla en un vaso de agua templada, y nos lo hace saber con su burbujeante efecto, la levadura nutricional ha pasado por una serie de procesos que han conllevado la muerte de la célula, dejándola inactiva, pero conservando todos sus beneficios.
Para qué sirve la levadura nutricional
La levadura nutricional sirve para regular el azúcar, el colesterol, prevenir la anemia, mejorar el desarrollo cognitivo, reforzar el sistema inmune, mantener piel, uñas y cabello fuertes. Un cóctel de vitaminas, minerales y aminoácidos que, además, se alían para reducir la fatiga, aumentar la concentración y superar el estrés. De vital importancia también para complementar las dietas vegetarianas las cuales deben hacer hincapié en asegurar el aporte adecuado de proteínas de calidad, minerales como el calcio y el hierro, de los que la levadura nutricional cuenta en abundancia.
Cabe destacar que también sirve como elemento gastronómico, sea como condimento o como ingrediente principal, su peculiar aroma a queso la aleja del entristecido cartel de complemento nutricional y le otorga un papel de suma importancia en recetas muy apreciadas por veganos, intolerantes a la lactosa, alérgicos a la proteína de la leche y curiosos gastronómicos. Bondades que la han convertido en uno de los complementos alimentarios más recomendados para la población en general.
De dónde proviene la levadura nutricional
El cómo alguien llegó a darse cuenta de que esas levaduras eran útiles para nuestra alimentación y además, podían serlo de forma apetitosa, se debe principalmente a dos razones.
La primera, reside en la propia fabricación de la cerveza. Producir esta bebida que nos ha alegrado tantas tardes de verano, requiere de una fermentación alcohólica. Esto es nada más y nada menos que transformar un azúcar en alcohol. Nosotros no somos capaces de hacerlo, pero la levadura, sí. En el caso de la cerveza, el microorganismo toma el azúcar de la malta o la cebada, lo digiere y otorga como resultado alcohol (y CO2, un gas al que todavía no le hemos descubierto propiedades nutricionales).
Lo que ocurre a continuación es que, una vez llevada a cabo la transformación del azúcar, la levadura muere por el calor requerido durante la fermentación. Los restos de las levaduras, pueden ser entonces deshidratados y empaquetados dando lugar a la levadura de cerveza.
Esta era, de hecho, la versión más vendida como complemento alimentario en los años 90. Especialmente recomendada para estudiantes en época de exámenes. Sin embargo, contaba con una gran desventaja: su tremendo sabor amargo. Si bien podía consumirse igualmente en copos, añadida a ciertos platos, lo más común era hacer uso de ella en forma de insípidas píldoras.
Esto cambiaría con el descubrimiento de la remolacha azucarera como fuente de azúcar. Si recordamos, en el proceso de la fermentación alcohólica la levadura de cerveza tomaba los azúcares de la malta o la cebada para obtener el resultado alcohólico, la cerveza. La diferencia en el proceso de la levadura nutricional, es que ésta toma esos azúcares a partir de la remolacha azucarera en lugar de la malta o la cebada. El calor del procedimiento vuelve a dejarla inactiva, y puede ser igualmente deshidratada y comercializada. La gran diferencia es que en esta versión abunda la reminiscencia a queso y un toque a nueces.
Diferencias entre levadura nutricional y levadura de cerveza
Las diferencias, no obstante, no acaban aquí. El proceso de fabricación también influye en la calidad nutricional y en la presencia de aditivos.
Más nutrientes, menos sulfitos
La levadura de cerveza surge como resultado del proceso de fabricación de la cerveza. Esto conlleva una serie de diferencias notorias respecto a la levadura nutricional, la cual se obtiene a través de un proceso especializado. La primera de ellas es que el calor requerido en el proceso para obtener cerveza inactiva la levadura de cerveza de forma drástica, dando como resultado la pérdida de una buena cantidad de nutrientes, que, dependiendo de la marca comercial, puede representar hasta 5 veces menos vitaminas y minerales que la levadura nutricional.
En segundo lugar, la levadura de cerveza puede presentar sulfitos, un aditivo que no está presente en la levadura nutricional, pero se utiliza en la fabricación de cerveza para evitar el crecimiento de microorganismos indeseados. Por esta razón, las personas sensibles a sulfitos podrían sufrir cierto malestar digestivo o reacciones epidérmicas al consumir levadura de cerveza.
Sabor: el paso del amargo al salado del queso
Tal y cómo veíamos anteriormente, en cada proceso se utiliza una fuente diferente de azúcar en el proceso de fermentación. Esta particularidad sumada al uso gradual del calor, es lo que permite que la levadura nutricional adquiera un sabor suave, aromático, seco y ligeramente punzante como un pedazo de cheddar acompañado de pan con nueces. Aun así, cabe decir que aquellos que no sienten la llamada de la exploración culinaria cuentan a su alcance con la versión en cápsula de estos complementos alimentarios, otra forma de hacerse con sus propiedades y beneficios.
Propiedades y beneficios de la levadura nutricional
Debido a la gran cantidad de minerales, vitaminas, proteína y fibra la levadura nutricional cuenta con muchas propiedades y virtudes beneficiosas. Estas son algunas de las más recalcables.
Aporte de vitaminas y minerales: cuidado desde la piel hasta el sistema inmune
Es difícil escoger por cuál de los beneficios de la levadura nutricional deberíamos empezar a hablar. Este producto bajo en calorías es rico en vitaminas del grupo B, entre las que destacan vitamina B9, o ácido fólico, niacina, riboflavina, tiamina y vitamina B6. El ácido fólico, junto a la riboflavina, tiene un papel fundamental en la síntesis de glóbulos rojos, lo que, sumado a la cantidad de hierro de la levadura nutricional, le otorga capacidad preventiva contra la anemia. Por su lado, el aporte en niacina colabora en la mejora de la piel, disminuyendo el acné, y el conjunto de vitaminas B, en alianza con el zinc, ayuda a mantener un pelo y uñas fuertes.
Así mismo, la levadura nutricional suele enriquecerse con vitamina B12. Una vitamina, que conjuntamente con la vitamina B6, es fundamental para el buen desarrollo neuronal y el funcionamiento cognitivo. Su incorporación a la levadura nutricional, es de especial importancia para las dietas vegetarianas, ya que esta vitamina tan sólo puede encontrarse en alimentos de origen animal, en suplementos a base de algas o, como en este caso, en productos enriquecidos. De esta forma, se convierte en uno de los suplementos más completos para vegetarianos y veganos.
Entre sus minerales destaca el zinc, que ayuda al buen funcionamiento del sistema inmune, a la división celular, a la cicatrización de tejidos y promueve la síntesis de queratina y colágeno, razón por la que conjuntamente con el grupo de vitaminas B fortalece pelo y uñas.
Proteínas y fibra: mejora del ánimo y salud cardiovascular
Cuenta además con otras dos grandes bazas: su alto contenido en proteína y fibra alimentaria. La fibra contribuye a la regulación del colesterol y de los niveles de azúcar, lo que hace que la levadura nutricional sea conocida por su papel protector cardiovascular.
En cuanto al contenido en proteína presenta todos los aminoácidos esenciales, incluyendo el triptófano, responsable de la síntesis del neurotransmisor del bienestar denominad serotonina. Esta cualidad la hace especialmente recomendable para personas con un estado anímico bajo o de intensa fatiga.
Contraindicaciones de la levadura nutricional
Las contraindicaciones a la hora de tomar levadura nutricional están ligadas a sus cualidades intrínsecas. El gran contenido en minerales como el hierro, la convierten en un complemento no recomendado para personas con enfermedades hepáticas. Asimismo, personas con deficiencias renales deben consultar con su médico antes de incorporar la levadura nutricional en su día a día, para evitar un sobreesfuerzo debido al metabolismo de minerales.
De igual forma, su alto contenido en proteínas, de hasta 50 g por cada 100 g, debe tenerse en cuenta para no sobrepasar la ingesta recomendada diaria (0,8 – 1 g/kg corporal), en caso contrario, podría derivar en síntomas como náuseas o dolor de cabeza.
Cómo tomar levadura nutricional: Usos en la cocina
La virtud innegable, e incomparable, de la levadura nutricional es que más allá de un complemento nutricional es un magnífico aliado de la cocina creativa.
Amantes del queso que dejaron de consumirlo, por una o varias razones, han encontrado en ella la puerta abierta a decenas de recetas. Recreaciones de queso parmesano, queso cheddar o incluso queso fundido, son posibles gracias a su aroma y sus propiedades nutricionales. La ausencia de lactosa y de proteína de la leche, extiende la satisfacción de su consumo entre la población no sólo de vegetarianos y veganos, sino también de intolerantes a la lactosa o alérgicos a la proteína de la leche, que gracias a estas imitaciones pueden disfrutar de noches de fondue.
Por descontado, su formato en polvo permite, además, hacer uso de ella como condimento para verduras a la brasa, guisos, sopas, ensaladas y toque de gratinado para preparaciones al horno.