Los licores de frutas son bebidas espirituosas, generalmente dulces, compuestas por alcohol, agua, azúcar, esencias aromáticas y otros posibles ingredientes que se obtienen mediante diferentes procesos, siendo los más frecuentes los de la destilación o la maceración. ¿De qué? Como su nombre deja bien claro, de frutas de muy diversa índole. Tanto en solitario como combinadas.
Porque es posible emplear desde melocotones y nada más, por poner el ejemplo particular de un fruto asiduamente utilizado en la preparación de licores, hasta la combinación de varias frutas como las cerezas, las fresas y las frambuesas, de las que obtendríamos un dulce resultado. Según el producto y el licor en concreto, la preparación, la receta y hasta los ingredientes adicionales a la fruta pueden cambiar.
¿Cuál es la historia de los licores de frutas?
Para hallar el origen de los licores de frutas debemos remitirnos al de los propios licores en general, el de las bebidas alcohólicas destiladas obtenidas a partir de hierbas, especias o frutas. Un principio que localizamos en torno al siglo XIII en Italia, en el momento en el que alquimistas y monjes comenzaron a preparar con profusión brebajes destinados a remediar dolencias o incluso conseguir propósitos amorosos o sexuales.
La verdad de aquellas pócimas no era otra que el alcohol. Ni propiedades mágicas ni poderes de ninguna clase. El contenido alcohólico de estas bebidas, que en la actualidad suele situarse entre los 20 y los 50 grados, era el responsable de que sus tomadores creyesen en los efectos que supuestamente poseían. Se desinhibían, se sentían mejor, al principio, y pensaban que todo marchaba sobre ruedas. Que todo era real.
De aquellas pócimas que a partir de tantas hierbas, especias y frutas se hicieron, derivan los diversos licores que conocemos en la actualidad y, en particular, los licores de frutas que continúan elaborándose, ahora con otros fines menos fantasiosos y más creíbles. Afortunadamente.
Licores de frutas caseros, una opción a tener en cuenta
Tanto los más aficionados a ponerse entre fogones como los más aficionados a los licores de frutas deberían tener en cuenta, si no lo tienen ya, que los licores de frutas son una bebida bastante fácil de preparar. Lo más sencillo es ir a la tienda especializada y hacerse con uno, pero prepararlo en casa es una opción que además de económica y de calidad, resulta divertida. Aunque eso sí, no es rápido.
Pero pongámonos manos a la obra. Para preparar una de estas bebidas en casa solamente necesitamos una o varias frutas, las que deseemos, un poco de vodka sin ningún sabor particular y azúcar.
Comenzamos lavando la materia prima para cortarla en pequeños trozos, consiguiendo alrededor de 450 gramos, depositándola en un recipiente con tapadera. Tomamos ahora la botella de vodka y vertemos alrededor de 710 mililitros en el mismo receptáculo. Es el momento de emplear la tapa y llevar la combinación de vodka y fruta a un lugar oscuro y fresco donde no vayamos a molestarla entre dos y cuatro semanas, exceptuando que tendremos que remover la mezcla cada cinco días.
Pasado este periodo, agregaremos más o menos una taza y media de azúcar y embotellaremos dejando los trozos de fruta. Llegará otro momento de reposo, en esta ocasión uno que durará en torno a tres meses, y entonces —por fin— tendremos un licor de frutas casero preparado para disfrutar.