Quizás no la reconozcas a primera vista. Es probable, incluso, que tampoco te resulte familiar si te decimos que su nombre científico es “Moringa Oleifera”. Pero, ¿has oído hablar alguna vez del árbol de la vida? Popularmente, la moringa es conocida con este nombre -entre otros- gracias a los beneficios que se le han atribuido desde hace siglos.
Acompáñanos hasta el final para descubrir también de qué formas puedes tomarla, siempre como parte de una alimentación equilibrada y un estilo de vida saludable.
Qué es la moringa
La moringa -Moringa Oleífera en términos científicos- es un árbol originario del norte de la India cuyo cultivo se extiende en la actualidad a todo el trópico. Sus múltiples beneficios y sus propiedades saludables hacen que se le conozca también como el “árbol de la vida” o “árbol milagro”, aunque si viajáramos por otros lugares comprobaríamos que esta planta recibe también otros nombres. En algunas zonas de la India y de África, por ejemplo, se le conoce como “palo tambor” debido a la forma de sus vainas y también se le ha llamado “árbol del rábano picante” ya que los británicos utilizaban sus raíces como sustituto del rábano silvestre. Si nos trasladamos al este de África, la moringa es conocida como “el mejor amigo de mamá”, lo que demuestra una vez más el gran valor que allí se le atribuye a este árbol.
Si buscamos su definición en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua (RAE), este nos remite directamente al término “ben” descrito como: “árbol de la familia de las moringáceas que crece en países intertropicales, con tronco recto, de mediana altura y flores blancas, y cuyo fruto, del tamaño de la avellana, da por presión un aceite que no se enrancia y que se emplea en relojería y perfumería”.
¿Qué es lo más interesante de la moringa? Saber que de ella no solo se aprovechan sus hojas, sino también todas y cada una de las partes que la componen: las semillas, las raíces, el fruto, las flores, la corteza, etc. Un auténtico regalo de la naturaleza que puede alcanzar hasta los ocho metros de altura.
Propiedades y beneficios de la moringa
No por nada la moringa es conocida como el árbol de la vida. La medicina ayurvédica lleva años utilizando sus hojas para aliviar algunas enfermedades. En este sentido, a la moringa se le atribuyen de manera tradicional una gran cantidad de propiedades medicinales, destacando su capacidad para reforzar el sistema inmune y su alto poder antiinflamatorio. Esto ayuda a fortalecer los huesos y a prevenir, por tanto, afecciones comunes como la artrosis o el reumatismo.
Otra de las principales bondades de la moringa es su elevado poder antioxidante, muy beneficioso para frenar el envejecimiento de las células del organismo, regular el llamado estrés oxidativo, cuidar nuestra salud ocular, e incluso el buen funcionamiento de los riñones.
Su alto poder antioxidante también ayuda a proteger la salud capilar y la piel a través del aceite que se extrae de las semillas. Su aplicación sobre el cabello o la dermis actúa de protector natural contra los agentes externos, además de ser altamente hidratante y cicatrizante, sobre todo durante las épocas más frías del año.
Además, aporta energía en forma de hidratos de carbono y sus hojas poseen un alto contenido en hierro, por lo que su consumo natural podría ayudar a prevenir y combatir patologías como la anemia.
Además, esta planta se utiliza como complemento en el tratamiento de algunas afecciones respiratorias, incluso se dice que posee diversos componentes que reducen la fatiga, la depresión o la ansiedad. Por otro lado, la moringa es un buen aliado para nuestra salud cardiovascular, controlando los niveles de colesterol y glucosa en sangre, muy importante para las personas diabéticas.
Según el informe ‘Moringa Oleífera, un árbol con enormes potencialidades’ publicado por la FAO, “el árbol brinda una innumerable cantidad de productos valiosos que las comunidades han aprovechado por cientos, tal vez por miles de años. Las vainas verdes, las hojas, las flores y las semillas tostadas son muy nutritivas y se consumen en muchas partes del mundo. El aceite de la semilla se puede utilizar en la cocina, para producir jabones, cosméticos y combustible para lámparas. Diferentes partes del árbol se utilizan en medicinas naturales”.
Valor nutricional de la moringa
Ahora bien, ¿qué nos encontraríamos si leyésemos una etiqueta con los valores nutricionales de la moringa? Un largo listado de compuestos beneficiosos para la salud como son: vitamina A, vitaminas del Grupo B, vitamina C, calcio, potasio, magnesio, fósforo, y como hemos destacado anteriormente, hierro. ¿Y dónde se encuentran estos compuestos? Principalmente en las propias hojas de la moringa, que además de ser también muy ricas en fibra y proteínas, resultan muy sabrosas.
Según se cita en el mismo informe de la FAO, de hecho, “las hojas de la moringa tienen cualidades nutritivas sobresalientes, que están entre las mejores de todos los vegetales perennes. El contenido de proteína es del 27%; además tienen cantidades significativas de calcio, hierro y fósforo, así como vitamina A y C”.
Muy destacable es también el potencial que ofrece el aceite que se extrae de esta planta. Las pruebas realizadas en laboratorio para la realización de este mismo informe demuestran que su semilla “tiene un 40% de aceite, cuyo perfil de ácido graso indica un 73% de ácido oleico. Esto significa que el aceite de moringa tiene el mismo nivel de calidad -y por lo tanto podría tener el mismo valor de mercado- del aceite de oliva”.
Nos encontramos, por tanto, ante una planta con multitud de beneficios y valores nutricionales. Sin embargo, es importante saber que estos no serán igualmente percibidos en todas las personas y que sería necesario un estudio médico o nutricional personalizado que indique en cada caso qué cantidades de moringa se debería consumir. Entre otros motivos, para prevenir algunos de los posibles efectos secundarios que explicamos a continuación.
Contraindicaciones, riesgos y efectos secundarios de la moringa
Como sucede con otras sustancias con grandes propiedades, es importante conocer si existen casos en que haya que consumir moringa con moderación o, directamente, no tomarla porque podría ser perjudicial para el organismo.
Por ejemplo, las mujeres embarazadas deben tener precaución si quieren consumirla, siendo recomendable que siempre lo consulten antes con su médico. Lo mismo sucede en aquellas personas que sean hipoglucémicas, ya que esta planta refuerza este estado.
Uno de los efectos secundarios de la moringa, sobre todo cuando lo consumes por primera vez, es su efecto laxante. Un consumo excesivo de su raíz o de extractos preparados de ella podría provocar diarreas, vómitos o náuseas, por lo que hay que tenerlo en cuenta si sufres problemas de tránsito intestinal o patologías relacionadas con la salud digestiva.
Es importante saber también que el consumo de moringa puede entrar en conflicto con la toma de ciertos medicamentos, como pueden ser los destinados a tratar problemas de tiroides, pues los compuestos en la hoja de moringa pueden influir en la función tiroidea. Otros fármacos a tener en cuenta son aquellos que tratan la diabetes, la presión arterial elevada o problemas hepáticos graves. El mejor consejo en cualquier caso es, como siempre, consultar con un profesional sanitario, nutricionista o experto en dietética, si en tu caso en particular existe algún riesgo de tomar moringa, en cualquiera de sus formas.
Tampoco es recomendable tomar moringa por la noche si tenemos problemas de insomnio o dificultad para conciliar el sueño, pues nos activará como puede suceder con otras infusiones como las que contienen jengibre o los tés con teína.
Cómo tomar la moringa: usos en la cocina
Los conocimientos que se tienen en Occidente sobre los beneficios, usos y aplicaciones de la moringa, podríamos decir que son relativamente recientes. Todo lo que sabemos de ellos se lo debemos, en gran parte, al legado que nos dejaron las antiguas tradiciones de la India donde su consumo era habitual.
Como hemos visto, sus semillas poseen un aceite de gran valor nutricional, y las propias hojas de la planta resultan un enorme manantial de salud. ¿Cómo aprovecharnos de todo ello? Por ejemplo, se pueden preparar infusiones que, además de resultar muy sabrosas, tienen un alto poder antioxidante.
La moringa se puede tomar en polvo, siendo recomendable añadir como máximo una cucharada pequeña (1 a 3 gramos) a un vaso de agua caliente para té, jugos, sopas, café o yogures, etc. Si queremos tomarlo en cápsulas como complemento alimenticio natural, debemos antes consultar qué cantidad es la recomendada, ya que además cada marca contiene una concentración diferente de moringa.
Ahora bien, ¿dónde podemos comprarla? Es fácil conseguir este producto en herbolarios o tiendas de alimentación ecológica, por ejemplo. Normalmente encontrarás moringa procesada, ya sea en cápsulas o molida, aunque también se pueden conseguir las semillas o las hojas listas para infusionar.
¿Y cuánta moringa se puede tomar? Si no existe un seguimiento médico, lo recomendable es no consumir esta planta durante más de dos o tres semanas seguidas, precisamente, para evitar sus posibles efectos secundarios antes mencionados.
Para concluir, no podemos más que recalcar el gran valor que esta planta ha tenido desde la antigüedad. En la actualidad, la moringa sigue siendo para muchas personas una gran desconocida, por lo que conocer sus beneficios y poner en práctica todas sus posibilidades culinarias y no culinarias será de vital importancia para que la moringa siga regalándonos todo su potencial.