La larga y gruesa raíz del raifort es conocida en toda Europa desde la época medieval. Su origen parece estar en zonas de Rusia, pero se expandió con gran velocidad y hoy puede encontrarse de manera silvestre en gran parte del mundo. Su cultivo, sin embargo, se ha concentrado en los países donde todavía hoy es más utilizado, como Francia o Inglaterra.
El caso inglés va unido de manera casi indisoluble al consumo de su plato nacional, el roast beef. Este asado de intenso sabor se consume acompañado de salsas de sabor avinagrado y potente, como la mostaza, pero sobre todo del horseradish, que es como se llama al producto obtenido a partir de la raíz molida y mezclada con vinagre. Nadie en Reino Unido se puede imaginar un sándwich de roast beef sin este tipo de salsa.
En Francia también se prepara una salsa parecida, que lleva el mismo nombre que la raíz, raifort. Se prepara de la misma manera, mezclando la raíz molida con vinagre, aunque también es muy habitual su uso como condimento, tras pasar por la molienda, para dar más intensidad a algunos guisos.
Aunque es probable que el raifort sea más conocido por ser el sustituto principal del wasabi japonés. La dificultad para el cultivo y exportación de este rábano picante ha encontrado en esta raíz su contrapartida europea. Tan sólo se le añade un poco de tinte verde y se obtiene una pasta muy parecida.
T.Tseng con licencia CC BY 2.0Dentro de la medicina natural, las raíces y las hojas se han usado desde hace siglos, gracias a sus propiedades para tratar y prevenir enfermedades como el escorbuto o el raquitismo. Su consumo resulta digestivo y diurético; preparado en cataplasmas es útil para aliviar la congestión pulmonar.