El noveno capítulo de la historia del periodismo gastronómico en España se centra en los cambios esenciales surgidos en la gastronomía de los años próximos al cambio de siglo: la consolidación de la conocida como la Vanguardia Española, la aparición de las primeras agencias de comunicación gastronómica y la aparición de nombres como los de Carlos Maribona, Cristina Jolonch, Julia Pérez o Pau Arenós.
El cambio de siglo
El comienzo de los años 90 supuso una eclosión económica, cultural y también gastronómica sin precedente en España. Tras el boom de las olimpiadas y la Expo de Sevilla, sin embargo, llegaría una importante crisis económica que dejaría muchos aspectos en suspenso y ralentizaría otros, aunque el germen de una nueva etapa de nuestra gastronomía estaba sembrado.
España deja atrás definitivamente, en estos años, la posmodernidad para adentrarse en lo que acabará conociéndose en gastronomía como la Vanguardia Española. Son años de cambios que quizás no tengan un reflejo inmediato en la percepción social que se tenía de la gastronomía, pero que sentarán las bases de todo lo que ocurrirá en las décadas siguientes.
Es el caso de El Sabor del Mediterráneo, hoy un libro icónico, la primera publicación del equipo del restaurante elBulli que, si bien en su momento tuvo cierto éxito y colocó al restaurante y a Ferran Adrià en el centro de todo lo que ocurría en el ámbito de la cocina de restaurante española, hoy es casi un símbolo, una de esas referencias imprescindibles que marcan un antes y un después.
Y esto es lo que ocurre, también, en el ámbito periodístico. Es cierto que hay toda una serie de nombres ya consolidados que van a continuar ejerciendo en estos años y que hay otros, como veremos, que aunque habían empezado a escribir en la década anterior alcanzarán ahora una mayor popularidad o un momento de especial productividad en sus carreras. Pero junto a ellos nace una nueva generación de periodistas gastronómicos que tendrá su relevancia en aquellos años, pero que sobre todo será imprescindible para entender lo que ocurra ya en las dos primeras décadas del S.XXI.
Es el caso de Carlos Maribona, el asturiano que llegó al diario ABC en 1976 y que comenzó a escribir sobre gastronomía en el año 1995 para acabar convirtiéndose en uno de los críticos más respetados del primer cuarto del S.XXI. De aquellas primeras crónicas de los años 90 acabarían naciendo, con el paso de los años, el primer blog gastronómico escrito por un crítico, Salsa de Chiles (2006), un programa en Punto Radio y los premios Salsa de Chiles.
Es el caso también de Xavier Agulló, una figura imprescindible para entender las nuevas tendencias estilísticas y que, llegado del ámbito cultural y de la escena rock barcelonesa, se convierte en heredero de la escuela barcelonesa de periodismo gastronómico en sus etapas en Diario de Barcelona, El Periódico de Cataluña, posteriormente Grupo Zeta, El Mundo y un largo etcétera hasta conseguir en el año 2006 el primero de los cuatro premios nacionales de gastronomía que se le han otorgado hasta la fecha (a su tarea individual o como parte de proyectos editoriales).
Fotografía del periodista gastronómico de Barcelona Xavier AgullóSon los años, también, en los que comenzarán su carrera gastronómica otros nombres que, quizás en aquel momento tuvieron menos relevancia, pero que con el tiempo se han ido convirtiendo en esenciales en el panorama de la escritura gastronómica estatal. Es lo que ocurre con Cristina Jolonch, que ha desarrollado toda su carrera en La Vanguardia y que poco a poco fue derivando desde otras temáticas a centrarse esencialmente en la gastronomía, lo que en este periodo acabó por materializarse en reconocimientos como el Premio Nacional de Gastronomía 2008 o el premio de la Academia Catalana de Gastronomía 2010.
Algo semejante ocurrirá con autores como Mikel Zeberio, quien en 1995 cierra el restaurante que había regentado durante más de una década para centrarse en la escritura y en la investigación, o con Julia Pérez, que de 1999 a 2008 escribe en ABC. Otros nombres importantes del momento son los del desaparecido Gaspar Rey, fundador en 1999 de la revista Cocina Futuro y el de Pepe Martínez Peiró, por entonces director de la revista Sobremesa.
Igualmente importantes, aunque con una trayectoria más vinculada a ámbitos territoriales más restringidos, son los los nombres de escritores como Pablo Amate, quien comienza en Radio Granada y en 1993 da el salto a Antena 3 Radio y de ahí a Canal Sur y a Onda Cero; Pau Arenós, que llega a El Periódico de Cataluña desde el diario El Observador y que será autor de otro de esos libros esenciales que marcan una época, Los Genios del Fuego (2000) y del término cocina tecnoemocional.
Juan Barbacil comienza a escribir en El Periódico de Aragón a principios de la década de los 90, cuando se integra también en Spain Gourmetour y funda en 1995 Barbacil Comunicación, una de las primeras empresas que exploran la relación entre gastronomía, sector agroalimentario y periodismo.
Otros nombres significativos son los de Raquel Castillo, quien comienza en el grupo Restauradores a mediados de los años 90 y pasa luego a Cinco Días; Nono Díaz, con una extensa trayectoria centrada fundamentalmente en Castilla-La Mancha, Luis Cepeda, vinculado en estos años a El País, Paz Álvarez, que empieza en El País y pasa luego a Cinco Días, Pedro Mocholí, que comienza en Radio España junto al periodista Ramón Palomar y que en las décadas siguientes se convertiría, a través de su participación en Valencia Te Ve, Punto Radio o el diario Las Provincias en un nombre esencial para conocer la gastronomía valenciana, Toni Massanés, procedente de los Joves Amants de la Cuina, al frente de la Fundación Alicia y colaborador, entre otros, en 7Canibales y La Vanguardia, Salvador García Arbós, quien durante dos décadas escribiría en el diario El Punt o Federico Óldenburg, quien comienza a escribir en Vogue en el año 1998
Hay, junto a ellos, algunos nombres que estaban ya en activo en los años anteriores, pero que por un motivo o por otro son particularmente relevantes en este momento. Es el caso de Andrés Proensa con la revista Vinos de España, el de Jaume Fábrega, que si bien venía publicando desde los 80 en prensa, atraviesa ahora una fase de amplísima actividad editorial con libros clave como La Cuina Mediterrània (1998, 3 volúmenes) o La Cultura del Gust als Països Catalans (2000), o el del inclasificable Óscar Caballero, quien empezó en Cambio 16 y es desde 1981 corresponsal de Club de Gourmets en París, además de colaborador en La Vanguardia y otros medios, y que en estos años escribe Texto y Pretexto a Texturas, el primer libro sobre elBulli publicado fuera de nuestras fronteras.
Es el caso también de dos nombres importantes de la escritura gastronómica asturiana, que vivirá en estos años una etapa brillante. Eduardo Méndez Riestra, quien estuvo vinculado a la guía Gourmetour en esta época, y José Manuel Vilabella, autor de literalmente miles de artículos gastronómicos en La Nueva España, El Progreso, ABC, La Voz de Galicia, El Heraldo de Aragón y un largo etcétera.
Ellos dos son el antecedente para una nueva generación de escritores asturianos entre los que destacan el heterodoxo Pepe Iglesias, que comienza en 1991 en Club de Gourmets para vincularse luego a El Correo Gallego, El Progreso, la cadena Cope o La Voz de Avilés y Eufrasio Sánchez, quizás el más conocido de los críticos gastronómicos asturianos aún en activo, quien desde la guía Gourmetour pasará a la revista Restauradores, a la televisión local de Gijón, a Club de Gourmets o al diario El Comercio.
En el área mediterránea hay que hablar de Lluis Ruiz, otro de los salidos de la cantera Gourmetour, quien pasará por Club de Gourmets, Cadena Ser o el diario Levante hasta integrarse en el año 1996 en el diario Información de Alicante. En Mallorca, Andoni Sarriegi comienza en 1998 en el diario Última Hora para integrarse en Gourmetour entre los años 2003 y 2009 y pasar a colaborar con Club de Gourmets. Un caso particular será el del catalán Jordi Estadella, quien por entonces gozaba de una enorme popularidad televisiva, que estrenó en el año 2000 De Boca en Boca, un programa radiofónico de temática gastronómica emitido por COM Ràdio.
Es importante, también, mencionar programas televisivos como Cuines, de TV3, que arranca en 1997 y que a lo largo de su historia estará vinculado a diferentes nombres, o A Cociñar con Paco Feixó (TVG), estrenado en 1993 y pionero de la cocina televisiva en gallego.
Algo más tardía es la especialización de Rosa Rivas, quien llevaba décadas vinculada a El País, en temática gastronómica, hacia la que fue derivando progresivamente a partir del cambio de siglo y de la que hoy es uno de los nombres de referencia. A esta etapa más tardía se vinculan también los nombres de Pilar Salas (Agencia EFE), Tana Collados (TV3), Tatiana Ferrandis (La Razón) o el de Emma Sueiro, la hija del gastrónomo Jorge Víctor Sueiro, quien escribe en ABC desde 2007.
Juan Pedro Plaza desde Extremadura, Xurxo Fernández en Galicia, Enric Ribera, con base en Lleida, o José Aguilar, que coordinaba la sección de gastronomía de El Semanal bajo el pseudónimo de Antonio Sicre, son otros de los nombres que ponen de manifiesto el momento de ebullición que la gastronomía escrita atravesó en aquellos años y que sentó las bases para todo lo que ocurriría en las décadas siguientes.