Cuando pensamos en las delicias gastronómicas del País Vasco, seguramente lo primero que se nos venga a la cabeza son sus chuletones, sus marmitakos de bonito, su bacalao al pil-pil o, por supuesto, los numerosos pintxos que podemos degustar en cualquier taberna vasca que se precie. Si bien todos estos platos se pueden acompañar de un buen vino, tampoco debemos hacerle ascos a las diferentes cervezas de origen vasco y de muy alta calidad con las que podemos maridar estas delicatassen. Por ello hemos elaborado una lista con las que son en nuestra opinión las mejores cervezas que podrás probar en las provincias de Álava, Vizcaya y Guipúzcoa.
Laugar EPA
Fotografía cortesía de Laugar BreweryLaugar Brewery es el proyecto cervecero de cinco amigos (Eneko, Sergio, Txus, Aingeru y Eder), rondando la treintena, que un día decidieron juntarse para trabajar en lo que más les apasionaba y con la idea de proponer un cambio ante lo que ellos consideraban un panorama aburrido copado por cervezas de origen industrial. El concepto de Laugar apareció por primera vez en 2010 cuando los cinco se reunieron en un pequeño local de Barakaldo para elaborar sus propias recetas. Tres años más tarde se instalaron en Gordexola (Vizcaya) y en 2014 pusieron en marcha su propia fábrica en la que llevan varios años produciendo cervezas que destacan sobre todo por su contundencia e innovación.
La primera cerveza lanzada por esta pequeña microcervecería fue su Laugar EPA en mayo de 2014. Se trata de una reinterpretación de una american pale ale que ellos mismos han rebautizado como euskadiko pale ale, lo que da lugar a las siglas EPA. Con una graduación alcohólica de 5,2%, es una cerveza rubia cargada de lúpulos americanos, refrescante y con predominio de sabores y aromas cítricos y florales. A destacar su etiquetado que nos muestra una oveja bastante peculiar, con la que nos invitan a salir del rebaño de las cervezas tradicionales.
Olbea Bock
Fotografía cortesía de Olbea PilsnerOlbea Pilsner es una microcervecería alavesa establecida en Salvatierra-Agurain que lleva desde 2014 apostando por la fabricación cervezas artesanales siguiendo una filosofía sustentada en cuatro principios. Apuestan por un producto local, comprometido con el concepto de proximidad; de calidad, seleccionando cuidadosamente las materias primas empleadas y controlando el proceso de producción; exclusivo, elaborando cerveza a la medida del cliente; y con valor añadido, garantizando la estabilidad del producto final y optimizando los recursos y el precio.
Y siguiendo estos dogmas elaboran su Olbea Bock, una cerveza lager de estilo bock muy característico de la ciudad alemana de Einbeck en la Baja Sajonia. Es una birra fuerte y robusta, de color ámbar oscuro y tonos rojizos. Tiene una graduación alcohólica en torno a 7% y su sabor y aromas son bastante acaramelados. También se perciben ciertos aromas especiados y a uvas y frutos secos, además de un ligero toque ahumado.
Bidassoa Kasper
Fotografía cortesía de Bidassoa Basque BreweryLos cimientos de la microcervecería Bidassoa Basque Brewery se pusieron en 2012 en Estados Unidos, donde Carlos Arrecubieta trabajaba como doctor en microbiología en Nueva York y además fabricaba sus propias cervezas a pequeña escala. Ahí contactó con el maestro cervecero Scott Vaccaro, estableciéndose una importante cooperación entre ambos lo que acabaría sentando las bases de la empresa ahora sita en Irún (Gipuzkoa). Pronto se sumaron Íñigo Pérez y Gregorio Villalabeitia a un proyecto que nació con la intención de ofrecer una cerveza de calidad, con un marcado acento norteamericano, aunque adaptado a los gustos del mercado del País Vasco y Navarra.
Una de sus cervezas más representativas de esa intención es su Bidassoa Kasper, una reinterpretación americana del estilo kölsch alemán, originario de la ciudad de Colonia. Se trata de un homenaje a Michael Kasper, un alemán estudioso de la cultura vasca que promovió la Marcha de la Paz en el 68º aniversario del bombardeo de Gernika. Se trata de una cerveza rubia de alta fermentación, ligera, refrescante y algo dulce, con una graduación alcohólica de 4,7%. En ella encontramos un equilibrio perfecto entre las maltas de cebada españolas y el trigo alemán, con matices florales y especiados debido al uso de lúpulos alemanes y americanos.
Falken Runnin Out
Fotografía cortesía de Falken BrewingFalken Brewing es una empresa cervecera independiente ubicada en Álava y que lleva en marcha desde 2011. No dispone de instalaciones propias, por lo que se dedican a producir versiones limitadas llenas de calidad, frescura y creatividad bajo el concepto de cuckoo brewing. A diferencia del gypsy brewing del que hemos hablado en otros artículos, en este caso los chicos de Falken suelen usar las instalaciones y equipamiento de una microcervecería o dos a lo sumo, mientras que los gypsy brewers no suelen repetir colaboración a menos que se vean en necesidad de ello.
Y entre esas cervezas que produce usando los fermentadores, maceradores, decantadores y embotelladoras de otros cerveceros, nos gustaría destacar su Falken Runnin Out. Se trata de una india pale ale típica de la costa oeste de EE.UU. con una graduación alcohólica de 6%. Es una cerveza rubia muy amarga (80 IBUs) con toques a frutos tropicales y cítricos como mango, maracuyá, lima, pomelo y lychee. Como curiosidad, el nombre y el etiquetado de esta West Coast IPA, con su flamante Ferrari Testarossa a la cabeza, rinden homenaje al videojuego clásico de los años 80 Out Run distribuido por Sega para máquinas recreativas.
Olañeta Blonde
Fotografía cortesía de Licorera VascaNo es la primera ni la última vez que os hablamos de Olañeta y sus impresionantes cervezas. Se trata de la microcervecería regentada por los hermanos José Luis, Pablo e Iñigo Olañeta, la tercera generación familiar al cargo de la empresa Licorera Vasca fundada en 1921 y que lleva en el mundo de las cervezas artesanas desde 2011 desde su fábrica en Rentería (Gipuzkoa). Ahí fabrican unos 35.000 litros de cervezas anuales entre sus diferentes variedades permanentes Olañeta Blonde, Olañeta IPA y Olañeta Brown Ale, todas ellas galardonadas con varios premios internacionales, y otras novedades que van sumando a su proyecto cada año.
Justamente la primera de ellas, Olañeta Blonde, ha sido premiada en los World Beer Awards de 2016 con la medalla de oro a la mejor cerveza española rubia de estilo belga. Se trata de una cerveza blonde ale, de alta fermentación y color dorado, y sin filtrar. En su elaboración se emplean tres tipos de maltas (pilsen, pale y cara pils) y Agua del Añarbe, además de dos tipos de lúpulos, copos de trigo y avena, y un toque de cilantro. Con una graduación alcohólica de 5,9% se trata de la birra ideal para maridar con pasta, carne de ave y queso curado.
Baias IPA
Fotografía cortesía de Baias GaragardotegiaBaias Garagardotegia es un proyecto cervecero nacido en 2007 en la localidad alavesa de Oiardo. Todas sus cervezas se producen en un antiguo caserío, de forma artesanal, y empleando agua del río Baias procedente del macizo de Gorbea que da nombre a la microcervecería. Sus productos son lo que se conoce como cervezas vivas, que fermentan en botella, con el carbónico generado de forma natural a partir de la levadura, y no son filtradas tras el proceso de fermentación y maduración, por lo que todas sus botellas contienen el sedimento tan característico de las cervezas artesanas.
Y su Baias IPA es una cerveza realmente especial y potente. Se trata de una imperial IPA o double india pale ale, es decir, lúpulo y alcohol por doquier, hasta tal punto de contar con una graduación de 8% y 100 IBUs de amargor, lo que la hacen una cerveza con mucho carácter. A pesar de ese amargor y fuerte lupulización, esta birra destaca sobre todo por sus fragancias exóticas y su sabor a frutas dulces y tropicales, tales como mango, piña y maracuyá. Una cerveza muy recomendable que en la Barcelona Beer Challenge de 2016 se hizo con la medalla de plata en la categoría de american strong ale.
Basqueland Brewing Project Capt. Norb Kölsch
Fotografía cortesía de Basqueland Brewing ProjectBasqueland Brewing Project es una microcervecería fundada en 2013 en Hernani (Gipuzkoa) por tres estadounidenses: Kevin Patricio, Benjamin Rozzi y Benjamin Matz, a los que se ha sumado recientemente Borja Bereciartua. Su intención siempre ha sido elaborar cerveza artesana equiparable al mínimo nivel de exigencia de la cocina vasca. Para ello, y en sus propias palabras elaboramos nuestras cervezas, fieles a la tradición de sus estilos para los refinados paladares de nuestros paisanos adoptivos. Lo que a priori es un objetivo complicado, de momento parece que se va cumpliendo gracias a la excelente calidad de sus cervezas.
Una de ellas es su Capt. Norb Kölsch o Captain Norbert Kölsch, una cerveza de color dorado y de alta fermentación. Se trata de una birra de estilo kölsch elaborada con lúpulos nobles alemanes, siguiendo la tradición de esta cerveza originaria de la ciudad de Colonia, lo que le otorga ciertos aromas y sabores florales. Una cerveza muy bien valorada por la crítica que ya se ha alzado con la medalla de oro en la Brussels Beer Challenge de 2015 y otra medalla de oro en la Barcelona Beer Challenge de 2016.
Býra Alpha
Fotografía cortesía de Cervezas BýraBýra es una palabra griega que significa cerveza y da nombre a la microcervecería con la que concluimos nuestro paseo por las mejores cervezas vascas. Ubicada en Nanclares de Oca, cerca de Vitoria, y nacida en 2014, desde Býra están empeñados en producir cervezas premium, de la más alta calidad, modernas y jóvenes, y totalmente naturales. Su logotipo representa uno de los elementos arquitectónicos más característicos de la capital alavesa, y está cubierto de cuatro círculos que simbolizan los cuatro ingredientes esenciales de cualquier cerveza: agua, malta, lúpulo y levadura.
Esta fábrica produce tres variedades, todas ellas con todavía más referencias griegas en su nombre (Alpha, Gamma y Sigma). Es precisamente la primera de ellas en la que nos queremos detener, una doble malta de estilo american pale ale, de color cobrizo y espuma densa y abundante. Býra Alpha cuenta con una graduación alcohólica de 5,2%, aromas a frutos tropicales y notas florales, y un ligero amargor y retrogusto a pomelo. Dicen de ella sus creadores que con cada trago, esta cerveza nos acerca al Océano Pacífico, así que ya sabéis, debe ser el trayecto más corto entre Vitoria y las Islas Fiji.