Castellón es uno de los principales destinos turísticos de nuestro país por su clima, sus playas o sus parques naturales. Lo que quizás no es tan conocida fuera de la región es su gastronomía. Te descubrimos cuáles son los mejores restaurantes de Castellón en 2025, el destino perfecto para disfrutar de una experiencia gastronómica de altura. Te contamos en qué consiste su propuesta y quién estás detrás, la historia del proyecto o los reconocimientos que ha cosechado hasta la fecha.
Cal Paradis
La casa del chef Miguel Barrera es el bastión de la tradición culinaria castellonense. En esta aventura, reconocida con una estrella Michelin y dos soles Repsol, le acompaña su esposa Ángela Ribes. Juntos han creado un restaurante de mucho nivel que rezuma honestidad y pone en valor el producto del entorno, desde el pescado de las lonjas de Castellón hasta las carnes del Maestrat, pasando por la trufa de los bosques de robles y carrascas del Vall d’Alba. Su cocina combina el recetario local con la dosis justa de vanguardia, ofreciendo una experiencia única en la región. El chef sigue teniendo hoy muy presente el proyecto que regentaron sus padres a principio de los 70, que se llamaba El Paraíso y se sustentaba sobre los mismos valores que Barrera ha inculcado a todo su equipo en Cal Paradis.
Avenida Vilafranca, 30. Vall d’Alba. Precio medio: 60€-150€
Raúl Resino
Raúl Resino es un restaurante gastronómico para solo veinte comensales en el que se disfruta a lo grande de elaboraciones tan reconocibles como los all i pebres, los suquets, los arrocitos o las zarzuelas, todos ellos actualizados con ingenio por el chef, que es además quien sale con su propio barco de pesca a faenar para descubrir nuevos productos y recuperar las recetas que hacían antiguamente a bordo los marineros. La suya es una cocina creativa en constante evolución que está perfectamente condensada en un menú degustación que está enfocado exclusivamente en productos del mar. En él, en función de la temporada y del mercado, hay platos con pescados que no son los habituales, como la juliola, la peluda, el pez trompeta o la caixeta. Se encargan de redondear la experiencia las verduras provenientes de los huertos del Baix Maestrat y la Costa Azahar. Su trabajo merece una estrella Michelin y dos soles Repsol.
Calle Alicante, 2. Benicarló. Precio medio: 105€-150€
Atalaya
Atalaya es uno los restaurantes imprescindibles de Castellón. El proyecto en común de la chef Alejandra Herrador (que ha trabajado junto a Sergi Arola, Pepe Solla o Martín Berasategui) con su pareja y socio Emanuel Carlucci (que ha hecho lo propio en Via Veneto o Ramón Freixa). Precisamente en el triestrellado restaurante de Lasarte es donde se conocieron, que han sido reconocidos con una estrella Michelin y dos soles Repsol tras esta primera década de vida del restaurante de Alcocebre (abrieron en 2014), restaurante que vive una tercera juventud gracias a la reciente reforma acometida en sala, bodega, terraza y cocina pensando en la comodidad del comensal y en ofrecer cada vez un mejor servicio. La de Atalaya es una cocina libre y sin ataduras que parte de la tradición y el respeto por el producto más cercano y de temporada, una filosofía que queda reflejada en cualquiera de sus dos menús degustación. También habría que destacar su dinámica carta de vinos, ya que cuenta con una cuidada selección de referencias nacionales e internacionales de tintos, blancos, espumosos, rosados y generosos.
Camino del’Atall, 1A. Alcocebre. Precio medio: 60€-195€
Instinto Carnívoro
Su nombre no deja lugar a dudas. Este restaurante se especializa en cortes de carne premium que difícilmente vas a poder encontrar en otros lugares de la provincia, un lugar de peregrinaje para los amantes de la carne, ya que en su carta encontrarán gran variedad de razas y elaboraciones que dejan entrever que lo que Juan Traver (cocinero y carnicero) siente por este producto es pura pasión. Y no solo hablamos de Wagyu o Black Angus, sino de chuletones de Rubia Gallega, lengua de vaca madurada o asados tradicionales (cochinillo o cabrito). Lo mejor es que, tras disfrutar la experiencia, tendrás muy claro qué es lo que vas a querer llevarte a casa la próxima vez que tengas antojo de carne, ya que hacen reparto a domicilio a toda la península. Si le sumas que en su bodega se pueden encontrar más de 400 referencias de vinos y que es uno de los recomendados de la Guía Repsol, la visita está más que justificada.
Avenida de Lairón, Nave 13. Castellón. Precio medio: 70€-150€
Vinatea
Vinatea no es un bar de vinos ni una enoteca, sino un restaurante con mayúsculas gracias, en gran parte, al trabajo de la chef Ángela Milián. Lo que no quita que, obviamente, también nos vayamos a encontrar con una cuidada bodega a cargo del sumiller Diego Alcón. La propuesta gastronómica, reconocida por Michelin con una distinción Bib Gourmand y señalado por Repsol como restaurante recomendado, se basa en la combinación del producto local y de temporada con el toque exótico de otras cocinas del mundo y las técnicas más vanguardistas. Todo ello, perfectamente ensamblado por Milián, hace que esta casa fundada en 1988 siga brillando con luz propia dentro de una oferta culinaria castellonense cada vez más interesante.
Calle Blasco de Alagón, 17. Morella. Precio medio: 50€-100€
La Farola
Una experiencia a cuatro manos permanente es lo que te proponen los chefs María Adrián y José Vicente Garnés, pareja dentro y fuera de los fogones de La Farola. Aquí, en lo que era un bar de almuerzos, hoy manda una atractiva cocina de autor que se puede disfrutar a través de un menú semanal y una carta que solo está disponible los fines de semana. Es la excusa perfecta para conocer Altura, una pequeña población situada entre los parques naturales de la Sierra Calderona y la Sierra de Espadán, una zona —Alto Palancia— conocida por la calidad sus aceites, embutidos, carnes y arroces. La cocina de La Farola, que es uno de los restaurantes Bib Gourmand de Michelin por sus precios contenidos, ha sido reconocida con un sol Repsol gracias a su manera de actualizar platos de base tradicional, puestos al día, que no tienen reparo en inspirarse en otras latitudes. Por eso no es raro que en sus comandas convivan unos buñuelos de coliflor o unas alitas deshuesadas con unas gyozas, un curry o un sashimi de algún pescado de la zona.
Calle Agustín Sebastián, 4. Altura. Precio medio: 50€-70€
Rubén Miralles
En apenas seis años, el chef de Vinaròs Rubén Miralles ha conseguido hacerse un nombre en la escena gastronómica levantina gracias a su buen hacer en los fogones. Tras pasar por varios restaurantes de la zona, se atrevió con su proyecto personal, y no tardaron llegar los reconocimientos (un sol Repsol, Michelin Bib Gourmand) a este templo del disfrute donde diariamente se reivindican productos como el pato del Delta del Ebro o el langostino del propio Vinaròs. Lo que no quita que en los platos de Miralles haya guiños a cocinas como la árabe, la asiática o la peruana. Otro de los grandes atractivos del proyecto de este discípulo de Avelino Ramón radica en que su oferta es capaz de adaptarse a todos los bolsillos. De hecho, hay un menú degustación (Debé) que está disponible entre semana al mediodía por 25 euros. Aunque merece la pena dar el salto a las otras opciones: Producte y Rubén Miralles. En esta aventura, por cierto, le acompañan el sumiller Jonathan Miralles y el jefe de sala Fran Mundo, que consiguen llevar la experiencia a otro nivel. Una de esas pistas que debes guardar a buen recaudo.
Travesía de Sant Vicent, 9. Vinarós. Precio medio: 25€-100€
