6 lecciones que un influente debería grabarse a fuego para no perder la dignidad

Artículo de Alexandra Sumasi
Me van a perdonar: soy absolutamente permeable a todas aquellas palabras nuevas o recién conocidas que me convencen como listículo e influente. Lean, lean, y verán la relación.
Por Alexandra Sumasi
22 de diciembre de 2020

La anécdota corrió como la pólvora, ¡hasta en el telediario salió! Unos tal Roberta y Mikel, autodenominados influencers, tuvieron la desfachatez de, con la que está cayendo, pedir una invitación a comer a un restaurante de Barcelona a cambio de los miles de ‘me gusta’ que conseguirían en el posible comentario (o post, o story o reels, ¡vaya usted a saber!) que compartieran en sus redes sociales. Esta vez llegó a todos los medios, pero la práctica es habitual. Buenos restaurantes, restaurantes de postureo, incluso establecimientos de barrio cuentan, en petit comité…, la de veces que se encuentran con situaciones similares.

Con todo mi cariño al influente -palabra en español recogida en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española en 1803 y que significa lo mismo que la anglosajona influencer- quisiera brindarles un listículo* donde recojo unos consejos para que no pierdan la dignidad.

LISTÍCULO AL INFLUENTE

No te proclames influente

Si lo eres o no, no lo decides tú, lo decide el mercado. El número de seguidores, falsos o verdaderos, no da buena cuenta de tu influencia. Sí el dinero que te ofrezcan por tus comentarios.

Escribe sin faltas de ortografía

Regla primordial para todo aquel que quiera comunicar, aunque en su espacio no escriba más que unas pocas palabras.

No mendigues producto

Si te gusta cocinar y exhibir tu cocina en redes sociales te lo pagas como se paga todo el mundo sus propios hobbies. ¿Acaso la ropa de deporte, la tabla de windsurf o la cometa de parapente son gratis?

Si tú no regalas tu trabajo, ellos tampoco

No sé a qué te dedicas, pero sea lo que sea, ¿lo haces gratis? SI tu respuesta es no, ¿cómo pensar que los demás deberían decir sí?

Aceptar invitaciones no te denigra…

Siempre y cuando partan de los demás y nos las impongas tú.

¿Tienes una oferta económica por una campaña? ¡Ya eres influente!

Y sí, ¡debes cobrar! Y lo debes hacer porque es una transacción de negocios en la que la empresa que te contrata quiere algo de ti, de este modo convirtiendo tu hobby en trabajo de verdad.

*No es un listículo una lista, es algo más. Del inglés listicle, un listículo es un compendio de cosas o conceptos con mayor desarrollo que una simple sucesión de nombres. Los listículos ya son casi un género del periodismo digital, dada la proliferación de estos en todos los medios de comunicación en Internet.