La gastronomía del siglo XXI es un negocio. And business are business mal que pese a algunos tontos románticos que andamos por aquí tontamente enfuruñaos… "No, no, disculpa, no es nada personal, sólo negocios", oigo decir. Cualquier ingenua barriga, por gorda que fuere, que aún no se haya percatado que este y no otro es el bocado de la realité, sufrirá en breve de indigestión aguda. ¡No vayamos a pollas*, aunque sean en vinagre!
Madrid Fusión 2021 ha sido la evidencia rotunda de esta máxima tópica del realismo monetarizado en el que vive y vivirá ya para siempre la gastronomía, reconvertida en un pujante sector económico que ha venido estando cooking y que ya está hecho en su punto listo para ser servido en todas las mesas.
Madrid Fusión es la muestra evidente de esta evolución desde el congreso a la feria. Una evolución lógica y coherente con el mundo en que habitamos y el mercantilista devenir de la sociedad en que vivimos. Ningún otro camino parece posible. El Grupo Vocento y su división de Gastronomía lo supo prever, apostó por ello económica y seriamente, se lo curró bien currao y ahí está a la cabeza global de este negocio con gran futuro.
Aquel inicial congreso MADFUS, sus hermanos coetáneos y antecedentes y sus benefactoras circunstancias colaterales, fueron la guinda de un pavo real mayestático que se pavoneaba ante el mundo en aquel auténtico festival de la gastronomía naciente; relleno de irreverencia, libertad, entusiasmo, trabajo, descontrol y una rebeldía colectiva inconsciente y psicodélica. Aquello era amor puro y puro placer… y los lunes cook and roll, oh yeah!
Luego, empezó la feria y con ella entraron las realidades exteriores propias de los poderes económicos y sus patrocinadores, de la correcta cultura acomodada, del comercio y sus mercadeos, de los políticos y demás cosas de la vida real que hasta entonces habían sido ajenas al buen rollito reinante. El sueño subversivo y licencioso de una clase hasta entonces trabajadora, tocaba a su fin engullido y asimilado por lo que llamamos "el sistema".
El Madrid Fusión 2021 remacha, tras el interregno pandémico, la versión ya iniciada en su anterior edición de 2019 en la que el puro y duro comercio sienta sus reales en esta gran feria gastro que, por supuesto, mantiene el congreso y a sus protagonistas como parte emocional y anímica de la cosa en la que sustentar el showbusiness, aunque, al parecer, extraña y contrariamente a esa común exigencia del mercado, aún no cobren por ello. Retazos de aquel amor hermoso.
En esta realidad ferial actual, a medio camino de la virtualidad, el más famoso de los cocineros podría pasearse por entre las gentes y los stands sin siquiera ser requerido para una instantánea, no sé si por no ser reconocido, por muerte del fanatismo o porque el momento y el vivirlo han sido relegados por las redes y la conectividad a distancia. ¡No toques la mercancía, niño!
Lo cierto es que la realidad social y los grandes poderes fácticos que la conforman se han apoderado de la gastronomía para salvarla de sí misma y de aquel ruinoso e iluso mundo caótico y utópico en que vivía; para hacerla rica-real-empresarial, relegando a los históricos anaqueles, como siempre pasa, ese maravilloso mundo que vida y teta le dio. En este nuevo hogar que la adopta, estará bien alimentada, crecerá sana y fuerte, tendrá una educación comme il faut, se codeará con lo más granado de la sociedad global, vivirá con todo lujo, y todos seremos felices y comeremos perdices. Esperemos que no sean en escabechina.
*Con una pequeña ayuda de mis amigos Mark Fisher, Peter Stallybrass, Allon White y las “pollas” que no son sino el fruto con forma fálica, de ahí su nombre, del Filodendro, sustantivo de uso muy común en el lenguaje granadino y jienense.