¿No te ha pasado muchas veces que, tanto en tu propia ciudad como cuando estás de viaje, te encuentras con este simpático cartel en algunos bares y restaurantes? “No tenemos WiFi, hablen entre ustedes”. Si tienes un local, quizá tú también lo tengas. De primeras es verdad que la frase puede parecer simpática y quizá consiga hacernos esbozar en lugar de sonrisa una especie de mueca al leerla, pero si nos ponemos a analizarlo, este asunto puede traer bastante cola.
Los que nos dedicamos a la comunicación, especialmente la digital para hostelería y turismo, nos encontramos muchísimas veces con que el sector hostelero no está en absoluto hecho a los tiempos en los que viven. Muchos de ellos esconden sus inseguridades digitales en el chiste fácil y en el desprestigio a los que hoy vivimos con un iPhone constantemente en las manos. Detrás de ese/a a quien intentas menospreciar llamándolo/a foodie puede haber una persona que consiga ubicar tu local en el mapa gastronómico de la ciudad e, incluso, sin pedir nada a cambio, hacer que tu facturación del mes se vea aumentada. Nunca se sabe quién puede estar detrás de cada pantalla.
El no tener WiFi en tu local no es más que el reflejo de que, probablemente, sigas anclado en los años 80 del pasado siglo. Parece que te asustan las llamadas “nuevas tecnologías” (¿qué tienen de “nuevas” a estas alturas del partido?). Vemos que tiene perfiles personales a modo de página de empresa en Facebook (“Restaurante Antonio quiere ser tu amigo”), una cuenta de Twitter abandonada y restringida desde 2014, un perfil de Instagram que usas a modo personal, que no es lo mismo que dándole personalidad, y totalmente de espaldas a las tendencias actuales, pese a que la pandemia que nos azota a todos (y a la hostelería, ni te cuento), porque a ti te sobra con tus parroquianos de siempre. Y ya de una web decente, de una comunicación y una relación con medios y blogueros locales, o de tu perfil bien gestionado y actualizado en Google Maps, ni hablamos… Amigo, estás condenado al olvido.
Que sí, que tú estás por encima de todo eso, que no tienes tiempo, que no te importa lo que digan de ti en TripAdvisor, que todo esto ya lo haces tú con tu móvil (seguramente, de aquella manera) y si no te lo hace tu sobrinity manager o tu cuñado el informático por cuatro perras, si es que se las pagas. Tú verás.
No tengas WiFi, hablaremos entre nosotros o usaremos la tarifa de datos. Pero en cualquier caso, si no quieres, no aproveches el momento para sacar lo peor de ti. Al revés: fluye y piensa que cada acción tiene una reacción. Quizá consigas lo contrario con el cartel.
¿Queda simpático o realmente es antipático? ¿No me estarán haciendo publicidad gratis al compartir las fotos de mi local en sus redes? ¿Y si en vez de negarme a la evidencia, me sumo y emplato mejor el siguiente pedido? ¿Puedo fomentar que fotografíen más mi comida para que más gente venga a probar lo apetitosas que son mis tapas? ¿Cómo han llegado estos foodies a mi local y cómo me han conocido? ¿Me estaré perdiendo algo? ¿Y si busco a alguien que me asesore en todo esto? No tengas WiFi si no quieres, pero no te cierres a la realidad que te rodea. Algunos estamos aquí para ayudar.
Txema Marín (@TxemaMarin). Soy director de la web Urban Explorers, hago marketing digital para hostelería en NextGastro y me apasionan la gastronomía, los vinos y viajar para degustarlos.