El tequila se toma a sorbos, solo. Esta es seguramente la forma de consumo preferida por los mexicanos, pero existen otras que también se practican en el país y fuera de él. La más famosa fuera de México es la que une al destilado el limón y la sal. Es común verla en la cultura popular, en películas y series de televisión, y también en cualquier tipo de bar o local de ocio, aunque no se trate de una forma de consumo tradicional.
Para tomar el tequila con limón y sal básicamente se necesita tener preparada una rodaja del cítrico y un poco del condimento. Se coloca un poco de sal en la mano, en el espacio comprendido entre los dedos índice y pulgar extendidos, se lame la sal, se toma el tequila de un vaso de chupito y finalmente se muerde el limón.
Sin embargo, tratándose el tequila de un destilado con tanta calidad, tantos matices y tanta personalidad, se recomienda tomarlo como decíamos al inicio: a sorbos. Es decir, en solitario, sin ningún acompañamiento más. Un típica frase mexicana afirma que «poquito porque es bendito», y si el destilado es bueno, cobra todo el sentido del mundo. Porque un buen tequila no es difícil de tomar, no provoca ese efecto conocido popularmente como resaca, ni necesita obligatoriamente estar frío.
Lo importante, tanto si se toma el tequila solo, como si se hace con limón y sal, en un combinado o con sangrita, un particular cóctel vegetal mexicano, es que sea bueno y que lo disfrutemos. Esa será la mejor forma de consumirlo.