La tarta de queso, conocida también como cheesecake o pastel de queso, es uno de los postres más populares y apreciados alrededor del mundo. Ya sea una tarta de queso fría o estés ante una receta de tarta de queso horneada, su textura cremosa y sabor suave hacen de este postre una delicia irresistible. La elección del tipo de queso es crucial si estás buscando cómo hacer una tarta de queso, ya sea una tarta de queso sin horno, un pastel de queso horneado, una tarta de queso en freidora de aire o una tarta de queso japonesa.
Aunque el queso crema sea uno de los más utilizados (especialmente popular es la tarta de queso con Philadelphia clásica), existen otras muchas opciones que pueden realzar el sabor y la textura. Te explicaremos cómo elegir el mejor queso para hacer todo tipo de recetas de tartas de queso, incluyendo detalles de cada uno o cómo combinar distintos tipos de queso.
La importancia de elegir el queso correcto para una tarta de queso
Elegir el queso correcto es fundamental para preparar cualquier receta de tarta de queso y que sea un éxito. El tipo de queso que utilices influirá directamente en la textura, el sabor y la consistencia de la tarta. Un queso de buena calidad aportará una textura cremosa y suave, mientras que uno que no lo sea podría dar como resultado una tarta con textura granulosa, seca, demasiado húmeda o insípida al paladar.
Además gracias a la variedad de quesos, éstos aportarán matices de sabores únicos que pueden transformar una tarta con queso común en un pastel extraordinario. Ya optes por el clásico queso Philadelphia, quesos suaves de origen internacional como Ricotta, Mascarpone, Quark o Cottage, o prefieras probar con otras combinaciones, incluyendo las que usan quesos españoles, la elección adecuada te permitirá preparar una tarta de queso que destaque.
Los mejores quesos para hacer tarta de queso
Desde los quesos frescos y suaves hasta los más intensos y curados, cada tipo ofrece características únicas que pueden transformar tu tarta en un postre excepcional. Esta es nuestra selección.
Quesos frescos
Caracterizados por tener un alto contenido de humedad y por no haber pasado por un proceso largo de maduración, estos quesos tienen una textura suave, ligera y cremosa con un sabor delicado. Algunos son el queso crema —el más empleado y el que de hecho se usa en la receta de tarta de queso La Viña, quizás la más famosa del mundo—, el Ricotta, el requesón, el Quark, el queso fresco, el Cottage o el Mascarpone.
Estos quesos son ideales para crear una base suave y homogénea, facilitando la integración de otros ingredientes complementarios. Su textura untuosa asegura una mezcla uniforme, lo que da como resultado un pastel de queso de consistencia sedosa muy agradable al paladar. Sin embargo, debido a su alto contenido en humedad, estos quesos pueden volverse líquidos durante el horneado o al cortar la tarta, lo que requiere un tiempo adicional de enfriado para asegurar la firmeza del pastel. Si es el mejor queso para la tarta La Viña es por algo.
Quesos tiernos
Los quesos tiernos tienen una textura blanda cuya corteza suele ser comestible, así como un interior suave y ligeramente cremoso. Al pasar un breve periodo de maduración, estos quesos conservan una textura más firme que los quesos frescos y también tienen menos contenido en humedad. Pertenecen a este grupo quesos como el Camembert, el Brie, el Reblochon, el Taleggio o el Morbier.
En cuanto al uso de este tipo de quesos para la elaboración de tarta de queso, su textura suave y cremosa permite una mezcla fácil y aporta una consistencia sedosa en la tarta. La corteza comestible de determinados tipos de quesos tiernos puede aportar un sabor adicional interesante. Tendrás que tener en cuenta que, como su contenido en humedad es menor que en los quesos frescos, la receta puede requerir algún ajuste para evitar que el pastel quede seco. Si te apetece probar una tarta con este tipo de queso, no te pierdas nuestra receta de tarta de queso Camembert con frambuesas.
Quesos prensados
De textura más firme y compacta, los quesos prensados han pasado por procesos más largos de maduración, por lo que se caracterizan por tener sabores más intensos y desarrollados que los quesos frescos o tiernos. Algunos quesos prensados son el Cheddar, el Gouda, el Emmental, el Edam, el Gruyère o el Idiazabal.
Su estructura firme puede proporcionar estructura y estabilidad a tu pastel de queso, además de un sabor más intenso y concentrado. La única desventaja que pueden presentar este tipo de quesos es que debido a su firmeza, pueden ser más difíciles de integrar a la mezcla de la tarta, requiriendo mayor tiempo y esfuerzo durante la preparación e incluso que no terminen de fundirse del todo durante el horneado dando como resultado una tarta que carezca de esa característica textura homogénea.
Quesos de pasta dura
Los quesos de pasta dura se caracterizan por tener una textura firme, compacta y granulada debido a un proceso de maduración prolongado que puede durar desde varios meses hasta años. Esto les confiere su firmeza y su sabor complejo, intenso y bien desarrollado. Quesos como el Pecorino Romano, el Parmigiano Reggiano o el Manchego curado pertenecen a este grupo.
Los quesos de pasta dura, con sus sabores fuertes y complejos, pueden potenciar significativamente el sabor de la tarta de queso, mientras que su textura granulada añade un toque distintivo en caso de que te guste este tipo de textura. Sin embargo, presentan una dificultad considerable para derretirse de manera uniforme, lo que puede resultar en una mezcla menos homogénea y finalmente en un pastel menos suave. Si decides experimentar, es recomendable rallarlo finamente antes de incorporarlo a la mezcla para que se integre mejor, y del mismo modo sería apropiado mezclarlo con otros quesos de textura más cremosa para lograr una buena consistencia.
Quesos azules
Conocidos por sus características distintivas, los quesos azules destacan por sus vetas de moho verdosas o azules que les confieren ese sabor y aroma únicos. Dependiendo del tipo y del grado de maduración pueden tener una textura que varía de cremosa a semidura, con una pasta ligeramente quebradiza cerca de las vetas. De sabor fuerte, salado y ligeramente picante, existen diferentes variedades regionales como el Roquefort, el Gorgonzola, el Stilton, el Cabrales o el Bleu d'Auvergne que pueden funcionar bien.
Caracterizados por su sabor intenso y salado, pueden aportar notas muy distintivas a cualquier receta. Sin embargo, su sabor podría resultar demasiado fuerte para algunos paladares. Además, dependiendo del tipo de queso, su textura podría no integrarse tan suavemente en la mezcla, afectando a la cremosidad. Por eso, si decides preparar una tarta con queso azul, te recomendamos mezclarlo con otros quesos cremosos como el queso crema o el mascarpone para equilibrar el sabor y mejorar la textura del postre.
Marina CormaCómo elegir el mejor queso para cheesecake
Como acabamos de ver, las características del queso tales como la cremosidad, acidez, textura y sabor, son determinantes para el resultado final. Ya sea que optes por quesos locales o importados, elegir el queso adecuado para tu cheescake es fundamental para asegurar que tu tarta tenga la consistencia y el sabor deseado. Además de la elección del queso, la técnica de preparación también juega un papel importante, ya que los métodos como el batido, mezclado y horneado influirán igualmente en el resultado final del postre.
Antes de elegir el queso para tu cheesecake, piensa también en el resto de ingredientes complementarios del pastel como la base de galleta, las diferentes coberturas, y otros elementos como pueden ser frutas, frutos secos, virutas de chocolate, etc. Además teniendo en cuenta el contenido graso y las calorías según el tipo de queso, podrás preparar tartas de queso bajas en calorías (si optas por un queso fresco bajo en materia grasa) o incluso buscar opciones sin lactosa.
Teniendo en consideración los criterios que te presentaremos a continuación, podrás seleccionar el queso que mejor se adapte a tus necesidades y preparar un fabuloso cheesecake con tu queso favorito.
- Textura: para lograr una tarta suave y homogénea, es fundamental elegir un queso cremoso y fácil de mezclar. Esta característica del queso asegurará que tu cheesecake tenga una consistencia sedosa y uniforme. Si quieres un truco para que la textura sea lo más homogénea posible, las tartas de queso en Thermomix siempre tienen una textura inmejorable.
- Sabor: el perfil de sabor del queso es otro aspecto crucial. Si prefieres un cheesecake más dulce, opta por quesos como el mascarpone (conocido por su dulzura natural) o el Ricotta (suave y dulce al paladar). Por otro lado, el queso crema tradicional ofrece un equilibrio perfecto entre dulzura y acidez, ideal para quienes buscan un sabor más clásico. Por su parte, el queso quark puede ser el idóneo para quienes busquen algo más de acidez y menos dulzor.
- Capacidad de fundido: la mayoría de recetas requieren que el queso se funda bien durante el horneado. Por tanto uno de los aspectos fundamentales a la hora de elegir el queso para el cheesecake es seleccionar uno que se funda de manera homogénea y garantice una tarta de textura suave y uniforme.
- Disponibilidad: asegúrate de que el queso elegido sea fácil de encontrar en tu localidad, en caso contrario, siempre puedes optar por quesos que se encuentren dentro del mismo grupo y que tengan características similares. Los quesos comunes como el queso crema, el brie o el mascarpone, están disponibles en la mayoría de los supermercados, facilitando su adquisición.
- Precio: la relación calidad-precio es también un factor importante a considerar. Determina tu presupuesto antes de salir al supermercado y busca quesos que ofrezcan la mejor calidad dentro de ese rango, asegurando un buen balance entre coste y sabor.
- Técnica de cocción: del mismo modo debes tener en cuenta el método de preparación de tu cheesecake. Aunque la mayoría se hornea o se prepara en frío, algunos métodos alternativos, como el uso de Thermomix o la airfryer para la cocción de la tarta, pueden influir en la elección del queso. Asegúrate de que el queso que quieres se adapte bien al método de cocción que planeas utilizar para garantizar que tu tarta de queso casera sea un éxito.