Los muffins y los cupcakes son dos tipos de postres muy populares. Se parecen, pero realmente ninguno de los dos se asemeja en lo fundamental. Lo único que tienen en común estos irresistibles snacks es su característico horneado en pequeñas cantidades. Todo lo demás las diferencia, desde la manera de elaborar la receta hasta la estética. ¿Sabrías diferenciarlos? Te damos las claves para que no vuelvas a tener dudas cuando te preguntes cómo diferenciar un muffin de un cupcake.
Qué es un muffin
Un muffin es una masa mezclada dulce o salada, horneada en porciones individuales, que se sirve habitualmente en el desayuno o en la merienda. Se puede elaborar con varios tipos de harina y con ingredientes muy diversos: fruta, frutos secos, queso, pimiento, etc. Es opcional que se le añada algún glaseado en la parte superior, pero no es tradición decorarlo. Su origen está en Inglaterra en el siglo XVIII, pero empezaron a popularizarse en los años 50 del siglo pasado gracias a su popularidad en Estados Unidos. Es uno de los productos industriales de bollería más vendidos en el mundo.
Qué es un cupcake
Un cupcake es una especie de tarta individual. Literalmente su traducción es 'pastel en taza'. Consiste en una masa de harina y mantequilla parecida al muffin, pero su forma, elaboración y textura es completamente diferente. Este tipo de masa se bate, no se mezcla, siempre es dulce y se corona con una decoración o cobertura sofisticada (llamada en inglés frosting), que puede incluir crema, galletas, fruta, y un largo etcétera de ingredientes. Se preparan y sirven en eventos y fiestas ya que son dulces en los que prima la estética. Su origen se atribuye a Amelia Simmons en el año 1796 a través de su famoso libro American Cookery. En él, se recogía, por primera vez en la historia, la receta de un pastel horneado en forma de tazas, en lugar de hacerlo en bloque, que era lo habitual.
Marina Corma¿En qué se diferencian los muffins de los cupcakes?
El sabor, la textura y la estética final de un muffin y de un cupcake son absolutamente distintos. El proceso de elaboración de ambos es la clave principal de la que parten sus diferencias. Ni siquiera su origen es el mismo, uno es británico y el otro todo un yanqui. Muffins y cupcakes son masas horneadas en tamaños individuales pero ahí acaba su parecido. ¿Curiosidad? Te lo contamos todo.
Origen de los muffins y los cupcakes, de Reino Unido a Estados Unidos
Los muffins —cuya palabra proviene del francés moufflet, que significa pan suave— son un invento inglés, probablemente londinense. En recetarios de principios del siglo XVIII ya aparecen nombrados y en la época victoriana algunos jóvenes los vendían por la calle para sacar algún dinero extra. Se tomaban en el desayuno o entre horas y a partir del siglo XIX se popularizaron en Estados Unidos gracias a los inmigrantes británicos. Desde los años 50 del pasado siglo comenzaron a fabricarse de forma industrial, este hecho los convirtió en productos cotidianos en las mesas de los estadounidenses.
Los cupcakes son creaciones pasteleras que se recogen de forma escrita por primera vez en 1796 en el recetario estadounidense American Cookery. En este libro Amelia Simmons explica la receta de un 'pastel cocinado en pequeñas tazas'. La imagen que ilustraba la receta reflejaba un bizcochito de ese tamaño, de forma redondeada y con una cobertura con crema. Otros afirman que el nombre puede derivar también de la costumbre de usar tazas para medir las cantidades de los ingredientes, truco que aún resulta muy práctico. Un siglo más tarde, la autora Eliza Leslie rescató la receta y la bautizó como cupcake. Miss Leslie (también conocida por este apodo), una escritora gastronómica muy reconocida en su época, la popularizó en 1828 gracias a su libro 'Seventy-five receipts for pastry, cakes and sweetmeats'.
Elaboración: de la masa densa a la aireada
Los muffins se elaboran mezclando en primer lugar los ingredientes secos y posteriormente se agregan los húmedos. Esto crea una masa densa, espesa y compacta que permite que los ingredientes sólidos, como los frutos secos, no se vayan al fondo. Se puede usar diferentes tipos de harina, desde la de trigo hasta la de avena. Pueden ser dulces o salados: los dulces pueden contener chocolate y frutos secos, por ejemplo, los salados suelen llevar carne, verduras o queso.
Los cupcakes se preparan batiendo mantequilla y azúcar en primer lugar, luego se agregan el resto de ingredientes. Esta masa resulta esponjosa y más liviana. No es recomendable añadir ingredientes sólidos, ya que estos sí se quedarían en la base de la masa, lo que podría estropear la receta. Es imprescindible usar una cápsula de papel para hornearlos ya que su masa liviana requiere de un elemento que le dé la forma deseada para que salgan perfectos del horno.
Marina CormaSabor, ¿dulce o salado?
Los muffins admiten ingredientes dulces o salados como hemos visto. Puede contener una cantidad inmensa de ingredientes, ideales para golosos y no tan golosos. Los dulces pueden llevar ingredientes clásicos como el chocolate, yogur, fruta fresca o frutos secos. No se decoran, pero es posible añadirles un ligero glaseado o incluso un streusel, una cobertura de mantequilla y azúcar. Por su parte, los amantes del salado pueden añadir queso, jamón, tocino o pimientos. De hecho, son perfectos no solo para merendar, sino tambien para desayunar.
Los cupcakes siempre son dulces. Recordemos que, en realidad, son básicamente porciones individuales de tarta, por lo que es frecuente que la masa lleve vainilla y que se le agregue leche, yogur o cereales. Y si la masa no basta a los golosos, la decoración casi infinita de un cupcake les encantará. La crema de mantequilla de la cobertura es una pasta muy dulzona que siempre va acompañada de fondant o de toda clase de elementos coloridos hechos con más azúcar. Este tipo de decoración tan elaborada los convierte en el dulce ideal para cumpleaños y fiestas.
Forma y presentación: copetes y decoraciones son la clave
Las masas de los muffins y de los cupcakes son densas. Aunque la del cupcake es algo menos compacta, lo cierto es que ambas son más espesas que las de nuestras magdalenas, por ejemplo. Este tipo de masa y la forma en la que se elabora crean bollitos con poco copete o tupé. Los muffins tradicionales británicos pueden tener algo de elevación en la parte superior en forma chata, como un hongo o ninguno. Sin embargo, los cupcakes son planos. Esta forma plana es la que va a permitir una exuberante decoración.
Un muffin se puede glasear ligeramente, pero jamás se decora, En cambio, un cupcake se distingue rápidamente por su colorida y vistosa decoración. Un cupcake no tiene copete o tupé, la masa no se debe levantar en la parte superior, lo que permitirá decorarlo sin problema de manera tan creativa como queramos. La primera alternativa decorativa se denomina frosting, una crema de mantequilla (buttercream) bastante densa y azucarada. Otra segunda opción de frosting es una crema de queso untable, con menos mantequilla y algo más ligera. También es habitual cubrir la superficie del cupcake con fondant, una pasta elástica de azúcar. Sobre estos frostings se colocan otros elementos decorativos coloridos como fideos de chocolate o fruta. Todo depende de la creatividad de quien los prepara, no hay límites.
Recetas de muffins y cupcakes
El chocolate es un ingrediente clásico tanto de los muffins como de los cupcakes. Los muffins de chocolate son muy fáciles de preparar, ya que incorporan este ingrediente en la masa. Otro clásico es el muffin con pepitas de chocolate. Este bollito es de vainilla y tiene las pepitas dentro de la masa. La combinación de las dos texturas, el bollito avainillado con las pepitas es irresistible. Pero para los auténticos chocolateros, los que prefieren una dosis extra de su dulce favorito, están los cupcakes de chocolate. El bollito con cacao y la crema de la cobertura de este dulce hacen las delicias de nuestros adictos al chocolate.
@conkdekiloLos muffins, además, pueden ser salados. En este caso, habitualmente se elabora una masa menos dulce y se le agregan huevos, tocino, queso o verduras. Una idea de desayuno nutritivo y delicioso, de ese que va a gustar a toda la familia, consiste en unos muffins de jamón y queso. Son igualmente sencillos de preparar, y a esta receta básica le podemos añadir algunas verduras.
Los cupcakes, por su parte, son perfectos para cualquier tipo de celebración, y para muestra unos cupcakes de vainilla, unos cupcakes navideños o estos otros cupcakes de calabaza y chocolate ideales para Halloween. Necesitan más tiempo de elaboración, especialmente si deseamos que nuestra decoración de estos dulces resulte espectacular. Si no tienes mucha experiencia en la repostería, puedes probar a hacer una crema de cobertura sencilla, y luego añadir trocitos de galleta o fideos de chocolate. En las tiendas especializadas encontrarás multitud de elementos para la decoración de tus cupcakes ya listos para usar. Y poco a poco puedes ir intentando decoraciones más complicadas. Anímate, es más fácil de lo que parece. Para empezar a enamorarte de la repostería los muffins y los cupcakes son opciones más sencillas de elaborar que una tarta, por ejemplo. ¡Y la creatividad sin límites está asegurada!