Un batido y un smoothie tienen mucho en común: fruta, verdura, lácteos, endulzantes a voluntad y una batidora. Dado que el término smoothie es un extranjerismo, se recomienda usar la palabra batido siempre. Pero, en la práctica, sí existen diferencias entre ambos. Un batido suele ser una bebida para golosos, fría o caliente. Un smoothie es una mezcla equilibrada de nutrientes crudos o congelados, siempre fríos, en un vaso bien grande. ¿Te quedan dudas? Aquí van detalladas sus principales características, para que nunca más los confundas.
¿Qué es un batido?
Un batido es una bebida fría o caliente elaborada con leche o helado, que suele llevar fruta y/o verdura, chocolate, nata, y otros ingredientes generalmente dulces. Esta receta comenzó a popularizarse a finales del siglo XIX gracias a la creación de los frigoríficos y, sobre todo, debido a la invención de la batidora eléctrica en las primeras décadas del siglo XX.
Es una bebida frecuentemente consumida en los desayunos y las meriendas, muy popular debido a la facilidad de su preparación. Basta poner todos los ingredientes en la batidora y hacerla funcionar. En los batidos la fruta y la verdura se aprovecha totalmente, ya que estos alimentos se usan enteros, lo que nos concede todos sus nutrientes intactos. Porque, además, al ser alimentos crudos sin cocinar, no existe pérdida alguna de beneficios y propiedades.
¿Qué es un smoothie?
Un smoothie es una bebida densa que se elabora con fruta y/o verdura fresca o congelada. Habitualmente estos ingredientes se baten con leche, bebida vegetal, agua o yogur. Otros ingredientes que también puede contener son frutos secos, semillas o suplementos alimenticios. Para endulzar, opcionalmente, se puede agregar sirope o miel.
La palabra proviene del adjetivo inglés smooth, que significa "suave". Este término en su idioma original servía para diferenciarlo del término milkshake, que también es un batido, pero en el que predominan las grasas y el azúcar al contener ingredientes que evocan más a un postre. De hecho, se popularizó después de la década de los 70 del pasado siglo como una opción más saludable que el milkshake. En España, generalmente, se usa como sinónimo de la palabra batido, ya que no distinguimos entre batidos saludables y no saludables con términos distintos. Aunque, como veremos, existen en su uso práctico diferencias entre ellos, que desgranamos a continuación y que te ayudarán a precisar cuál de los dos te están sirviendo en cualquier parte del mundo.
Diferencias entre un batido y un smoothie
Las principales diferencias entre un batido y un smoothie son los ingredientes con los que se elabora, la textura que adquiere la bebida y su origen histórico y etimológico. Recuerda que en España se recomienda usar la palabra batido para el smoothie, pero si vas a cualquier cafetería o bar y en la carta aparecen ambos o solo la palabra smoothie, necesitarás saber lo siguiente.
Ingredientes del batido y del smoothie, parecidos pero no iguales
Empecemos por aquello que sí tienen en común: la fruta y/o verdura, y algún tipo de leche o bebida vegetal. Sin embargo, un batido es usualmente una bebida asociada más al sabor agradable que a un producto saludable, y es común que se le añadan ingredientes como chocolate en polvo, azúcares, galletas, nata montada, etc.
Un smoothie tiene por costumbre prepararse y venderse con un objetivo saludable. Por ello, sus ingredientes suelen buscar cierto equilibrio nutricional entre las vitaminas, las proteínas y los hidratos de carbono. Pueden llevar frutas y verduras bien combinadas con frutos secos, semillas o suplementos nutricionales como la espirulina o la levadura de cerveza. Deben ser refrescantes y para ello se les puede agregar hielo (siempre para batir en la batidora junto al resto de ingredientes y no luego). Esta combinación de nutrientes de los smoothies es ideal para el desayuno o la media mañana o como reconstituyente tras hacer deporte.
Textura y densidad, ¿más o menos ligero?
Los batidos y los smoothies tienen una consistencia parecida, densa y cremosa. Estas características dependen mucho de los ingredientes usados. Las fruta y verduras que se usen en su elaboración les proporcionará distinta textura y densidad. El resto de ingredientes también influye en esto. En general, un batido es menos denso y con una textura más líquida que un smoothie. Este último, en cambio, posee en su mayoría una textura menos lisa, más densa y contundente.
Origen de ambos términos
La palabra batido aparece escrita en España por primera vez en 1607 en un libro de cocina, pero en referencia a un agregado de huevos para elaborar una masa que debía servir para rebozar. Los primeros batidos hechos con fruta y leche como aquí los entendemos se popularizaron con la comercialización de los frigoríficos a finales del siglo XIX. Las primeras batidoras eléctricas llegaron en las primeras décadas del siglo XX. Así que el término para designarlos también apareció por esas fechas, gracias a la fama de neveras y batidoras.
La palabra smoothie, sin embargo, apareció a finales del siglo XIX en Estados Unidos para denominar a algunas bebidas que se publicitaban como tónicos y reconstituyentes, pero no fue hasta la década de 1960 cuando se hicieron tremendamente populares debido al auge social de la alimentación vegetariana o macrobiótica, los gimnasios y la vida saludable. En 1973, impulsado por esta corriente, un joven llamado Steve Kuhnau de Louisiana con problemas de salud creó la primera empresa conocida de esta bebida: Smoothie King. Kuhnau probaba sus propias mezclas con suplementos nutricionales para intentar mejorar su salud y se le ocurrió montar una empresa que ayudara a otras personas en su situación. Actualmente la empresa está presente en tres continentes, sobre todo en dos países: Estados Unidos y Corea del Sur, que adquirió el franquiciado estadounidense en 2012.
Algunas recetas y usos culinarios de los batidos y de los smoothies
La fruta es la protagonista estrella de los batidos y los smoothies, casi todos ellos llevan una o varias frutas. Son recetas fantásticas para aprovechar la fruta de temporada. Además suelen encantar a toda la familia, sobre todo a los niños, y únicamente necesitamos una batidora. Así que es casi imposible resistirse a prepararlos en cualquier época del año.
En los meses de calor, un batido de sandía o de melón, por ejemplo, nos ayudará a aprovechar la fruta que nos sobre. Además se puede usar en ambas recetas fruta congelada, ya que si se conserva adecuadamente, tiene las mismas propiedades que la fruta fresca. Las fresas y los frutos rojos, en general, son ideales para estas recetas con fruta congelada. Si no deseamos echarle endulzantes las frutas más dulces son la mejor opción: plátanos, mangos o dátiles aportan ya esa dulzura extra, será suficiente que estén maduras. ¿Hay algo más fácil de preparar y con mejor resultado y aceptación en casa que un batido de plátano? A los más golosos, chocolate en polvo, miel, jarabe de arce, siropes o nata montada les harán muy felices.
Los smoothies, aparte de fruta (¿has probado ya un sencillo smoothie de fresa?), suelen llevar otros ingredientes como verduras de hoja verde: lechuga, espinacas o apio por ejemplo. También podemos usar en nuestros smoothies aguacates, pepinos o menta. Los frutos secos como almendras o nueces les aportan muchos nutrientes y proporcionan sabor y textura. Es frecuente también agregarles algo de yogur natural. Algunas personas les añaden suplementos alimenticios naturales o industriales. Aquí también las opciones son enormes: espirulina, semillas de lino, levadura de cerveza, bayas de goji, maca en polvo o polen, entre otros. El truco está en aprender a combinar estos ingredientes para que el resultado sea nutritivo aparte de delicioso. Y si no le has pillado ese truco aún, puedes seguir nuestras recetas de batidos y smoothies para disfrutarlos totalmente.