Mejillones y clóchinas no son lo mismo. Aunque su aspecto sea similar y respondan igual de bien a elaboraciones parecidas, difieren en tamaño, sabor y temporalidad. Aprender a diferenciarlos nos ayudará a pagar el precio justo y sacar el máximo partido a sus particularidades propias.
Qué son las clóchinas
Las clóchinas (Mytilus galloprovincialis) también conocidas como «clóchinas valencianas» o «mejillones mediterráneos» son un tipo de bivalvo más pequeño que los mejillones que se cultiva y cría en Valencia, España.
Las clóchinas crecen en bateas, unas estructuras flotantes con cuerdas de hasta 12 m de longitud donde los moluscos viven adheridos. La temporada de clóchinas es estival, siendo los mejores meses para consumirlos frescos de mayo a agosto. En Valencia podemos adquirir clóchinas en lugares tan emblemáticos como el Mercat Central de Valencia, con precios que rondan entre los 5 € y los 15 € el kg.
Las clóchinas son consideradas organolépticamente superiores a los mejillones por el sabor sutil de su carne. La corta temporada de consumo también aumenta su valor.
Emma GarcíaQué son los mejillones
Los mejillones (Mytilus edulis) son moluscos bivalvos de gran versatilidad culinaria que se distribuyen por el atlántico norte occidental y oriental, lo que incluye las costas desde Canadá hasta Noruega, y por supuesto, del norte de España. Existen cientos de tipos de mejillones en el mundo, aunque solo 4 variedades habitan la península: el mejillón común (Mytilus edulis) aquí descrito, el mejillón mediterráneo o clóchina (Mytilus galloprovincialis) que mencionábamos al inicio del artículo, el mejillón Chile o chorito (Mytilus chilensis) de sabor similar a la chlóchina y originario del Pacífico aunque también presente en Galicia y el mejillón majorero (Perna perna) oriundo de África y presente en Islas Canarias.
Gracias a su amplia distribución, los mejillones juegan un importante papel en muchos países, tal y como ocurre en la gastronomía de Bélgica, donde han sido protagonistas desde la Edad Media de preparaciones sencillas con ajo y puerro.
Rías Baixas, en Galicia, es el segundo máximo productor del mundo y cuentan con un gran prestigio internacional. Los mejillones gallegos también se cultivan con un perfeccionado sistema de bateas. La mejor época para comprar mejillones frescos es de septiembre a abril. Eso sí, no es recomendable tener los mejillones frescos en la nevera más de dos días, ni tampoco en agua más de un par de horas. Es igualmente importante no comer mejillones que desprendan un olor desagradable, o cuenten con una carne verdosa-oscura ni tengan la concha rota. Lo ideal es ponernos manos a la obra en la cocción de los mejillones frescos en cuanto nos hagamos con ellos.
Cómo diferenciar clóchinas y mejillones
Una vez sabemos de unos y de otros, nos decantaremos por, ¿clóchinas o mejillones? Ambos mariscos comparten usos culinarios y un sabor similar. Para facilitar la decisión, listamos a continuación las principales diferencias entre mejillones y clóchinas.
Diferencias biológicas: tamaño, forma y color
Los mejillones son de color negro azulado y miden de 8 a 15 cm. La clóchina, en cambio, tiene una cáscara de color negro intenso, una carne más pálida y su tamaño medio es de 5 a 7 cm. El hábitat marca otra de las grandes diferencias entre clóchinas y mejillones. Las clóchinas crecen en el mar mediterráneo, en la costa valenciana (España), mientras los mejillones se extienden a lo largo de todo el atlántico norte pudiéndose encontrar desde las costas de Bélgica y Francia hasta las de Canadá. En España el principal productor de mejillones es Galicia.
Emma GarcíaValor nutricional clóchinas vs mejillones
El valor nutricional de clóchinas (Mytilus galloprovincialis) y el valor nutricional de los mejillones (Mytilus edulis) es muy similar, aunque se asume que, por su menor tamaño y la sutileza del sabor, las clóchinas contienen una menor cantidad de nutrientes y minerales como el hierro.
Además, las clóchinas han sido menos estudiadas por lo que nutricionalmente se le suele adjudicar el mismo perfil nutricional que a los mejillones. Por esta razón recogemos en una tabla única los valores para ambos tipos de bivalvos,
- Energía: 61 kcal
- Proteínas: 10,8 g
- Grasas: 1,9 g
- Fibra: 0 g
- Colesterol: 58 mg
- Hierro: 4,5 / 25 mg – 56 % del CDR
- Zinc: 1,8 mg / 20% del CDR
- Fósforo: 236 mg / 33% del CDR
- Selenio: 56 mcg / 93% del CDR
- Vitamina B12: 8 mcg/ 200% del CDR
- Vitamina B9: 33 mcg / 8,25% del CDR
*CDR (Cantidad Diaria Recomendada)
Tanto clóchinas como mejillones contienen una gran cantidad de vitamina B12. Al punto de que una ración de 100 g aporta hasta un 200% de la cantidad recomendada diaria. Esta cualidad de por sí valiosa, es especialmente importante a la hora de combatir la deficiencia de vitamina B12, la cual es esencial para un buen funcionamiento cognitivo y para evitar la anemia y la fatiga. Clóchinas y mejillones también son ricas en selenio, fósforo y zinc, minerales que colaboran estrechamente reforzando nuestro sistema inmunológico y reduciendo radicales libres. Otro mineral de interés es el hierro, que dependiendo de la variedad del bivalvo puede aportarnos entre un 40 y un 60% de la cantidad diaria necesaria.
Ahora bien, ¿los mejillones en escabeche también cuentan con beneficios para la salud? Aunque fuente de proteína y minerales, su contenido en grasa se eleva hasta los 14 g por cada ración de 100 g. De estas grasas, el porcentaje de grasas saturadas es superior al de los mejillones al vapor. Además, los mejillones en escabeche contienen casi el doble de calorías. Por ello, aunque pueden presentar algunos beneficios, la mirada global sobre tu perfil nutricional nos alerta de que lo ideal es consumirlos esporádicamente, priorizando la preparación al vapor.
Diferentes usos culinarios entre clóchinas y mejillones
Hay un par de preparaciones que sacan lo mejor de mejillones y clóchinas -por ejemplo la receta al vapor y a la marinera, tanto las clóchinas al vapor como los mejillones al vapor son una oda a la frescura del producto, y sea del lado del Atlántico o del Mediterráneo, siempre podemos optar por los clásicos mejillones a la vinagreta o mejillones en escabeche.-, y prácticamente en cualquier caso un producto se puede sustituir con el otro. Sin embargo, las diferencias también llegan hasta los usos culinarios, pues cada región cuenta con recetas singulares, y no solo nos referimos a Valencia o Galicia.
En el Mediterráneo las clóchinas cuentan con el sabor propio de la pebrera valenciana. Están disponibles en casi tantas elaboraciones como los mejillones, pero unas clóchinas con carácter propio en la costa suelen venir marcadas por esta guindilla valenciana y la pimienta.
Por lo que respecta a recetas de mejillones, en Galicia, la salsa marinera es utilizada para preparar mejillones a la marinera -aunque casa estupendamente con la clóchina valenciana para hacer unas clóchinas a la marinera-, otorgando un nivel extra de suculencia, y en Madrid triunfan los mejillones tigres. En el Atlántico norte, Bélgica se decanta por bañar los mejillones en vino blanco, perejil, ajo y chalotas, la hermana dulce de la cebolla. Francia lleva a cabo una receta similar pero más cremosa al añadirle una pizca de crema...
En cualquier caso, cocer mejillones o las clóchinas de forma correcta es clave para conseguir disfrutar de las recetas. Poca agua en la cazuela (de 4 a 5 cucharadas), acompañar la cocción con apenas un chorrito de limón y taparlos desde el primer momento. Siguiendo estos pasos en apenas 5 minutos tendremos unos mejillones o unas clóchinas deliciosas de intenso sabor y aroma.
Al servirlos en la mesa, la manera correcta de comerlos es con el uso del tenedor, aunque está igualmente aceptado hacer uso de la concha a modo de cuchara y tomar la carne de su interior con la ayuda de los propios dientes. En cuanto al precio el kg de mejillones ronda entre los 3€ y los 5 €, algo más económico que las clóchinas.