Higos y brevas provienen de la higuera (Ficus Carica), especie vegetal que tiene su raíz en Oriente y que parece ser uno de los primeros frutales que comenzó a cultivar el ser humano. Estudios israelíes han encontrado pruebas en el valle del Jordán que muestran la presencia de esta especie hace más de siete mil años, lo que daría medida de la antigüedad de su domesticación: ¡hace mucho que comemos higos y brevas! Estos frutos son un manjar que conocieron bien las civilizaciones antiguas que habitaron esta región del mundo.
Aunque hoy las higueras se encuentran también en otros lugares, no necesariamente mediterráneos, distribuidos por el mundo y también por España, su historia está absolutamente vinculada a los pueblos mediterráneos, para los que resultó un alimento de gran valor que ya en la Grecia Clásica se recomendaba por sus propiedades. Dulces, sabrosos, con una textura granular que los hace únicos… ¿sabes qué diferencia a los higos de las brevas?
Qué son los higos
El higo es el fruto de la higuera y, como tal, presenta la particularidad botánica de ser una infrutescencia. De acuerdo con la definición que aporta la RAE, una infrutescencia es una «fructificación formada por agrupación de varios frutillos con apariencia de unidad». Es decir, un higo no es estrictamente un solo fruto, sino la suma de varios de ellos, por lo que podríamos hablar de un grupo de «frutos». Delicados, precisamente por rechonchos y regordetes, si están maduros deben transportarse con extremo cuidado. Existen muchas variedades distintas de higo, que presentan diferentes colores y tipos de piel.
Qué son las brevas
Fruto del mismo árbol las brevas son los higos que no completan la maduración en su temporada, cuando el calor termina, y que quedan en la higuera en estado latente, sin evolucionar, a la espera de su oportunidad. Llegada la primavera estos frutos maduran convertidos en este otro bocado, las brevas. Es importante señalar que no todas las higueras tienen doble cosecha, la de higos y la de brevas, siendo las segundas más excepcionales que los primeros, que sí se dan en todas las higueras. Cuando el árbol sí fructifica dos veces se trata de una higuera bífeda o refloreciente y, entonces sí, el primer fruto que da en el año son las brevas.
¿Breva o higo? Cómo diferenciarlos
Aunque como hemos visto brevas e higos fructifican y se recolectan del mismo árbol —la higuera—, unas y otros tienen características organolépticas propias, que los hacen distintos entre sí y únicos en el mundo de las frutas. Aunque a simple vista encontrar la diferencia entre ellos pueda ser complicado, si tomamos como referencia los parámetros que a continuación vamos a mencionar, la tarea resulta más sencilla.
Tiempo de maduración y temporada de recolección
Mientras que las brevas maduran durante los meses previos al verano, motivo por el que contienen una mayor cantidad de agua, y se recolectan en junio y julio, al comienzo del verano, los higos se cosechan entre agosto y septiembre, o incluso en octubre. Es decir, el higo es una fruta que pertenece al lado opuesto del calendario de verano, cuando este toca a su final, y cuya recolección puede alargarse hasta el principio del otoño. Es decir, aunque ambos se recolectan en la mitad más cálida del año, cada uno tiene su momento óptimo de maduración.
Color: las brevas, más oscuras
El color de la piel exterior del higo, que es más gruesa y aromática que la de la breva, puede variar, yendo de los tonos verdes de algunas variedades hasta los morados y negros de otras. Una vez abierto, la capa que se encuentra entre la piel y la pulpa es blanquecina y su interior puede oscilar del rosado pálido al fucsia intenso.
La breva, sin embargo, siempre tiene piel de color morado oscuro, tirando a negro, más fina y, por tanto, más delicada y quebradiza. La capa entre la piel y el interior es también blanca, y su pulpa de un color rosa intenso.
Tamaño: las brevas son más grandes
Si analizamos la diferencia entre estos frutos desde el aspecto de su tamaño, sale ganando la breva, que es mayor que el higo. Este, pequeño y de forma redondeada, se diferencia de la breva, que presenta una forma más tendente a una pera, con el extremo que la une al árbol más achatado.
Sabor: los higos, más intensos y dulces
De interior igualmente carnoso, que permite un bocado jugoso a pesar de que ambos comparten la textura interior granulada, en el aspecto del sabor, a diferencia del anterior referido al tamaño, gana en intensidad y dulzura el higo, que es un bocado en el que estas dos características están más concentradas. La breva es, en comparativa, menos sabrosa y dulce, teniendo en cuenta que su proceso de maduración es previo al verano y que posee un mayor contenido de agua.
Contenido nutricional: más agua en las brevas
Compuesto por hasta un 80% de agua cuando se consume en fresco, el higo es una fruta rica en azúcares naturales y que presenta un alto aporte energético. Caracterizado por tener muchas ventajas nutricionales, entre las que son remarcables su alto contenido en sales minerales, como el calcio, el hierro, el magnesio y el potasio y también en fibra, es un alimento muy saciante y cargado con vitaminas B y C y grasas omega 3 y 6. Si los consumimos en versión seca, se potencia su carga en hidratos de carbono como alimento energizante.
Como el higo, la breva contiene una gran cantidad de agua, incluso más que el higo, y es rica en hidratos de carbono y fibra que, además de saciante, es beneficiosa para regular los problemas de tránsito intestinal. Por su contenido en vitamina A tiene también poder antioxidante y está cargada de ácidos orgánicos y minerales (potasio, calcio, hierro y magnesio).
¿De dónde viene el dicho de higos a brevas?
Esta popular expresión se acuñó para referir precisamente el tiempo que pasa entre la temporada de higos, a final del verano–comienzo del otoño, hasta el año siguiente, cuando estos frutos no maduran y quedan en el árbol hasta convertirse en brevas.
Se emplea para referir algo que sucede con una frecuencia escasa, muy de vez en cuando o cada mucho tiempo, teniendo en cuenta que la medida de la que se parte es precisamente que de los higos cosechados entre agosto y septiembre hasta las potenciales brevas que podrían llegar a darse al año siguiente hay un periodo largo.
Recetas y usos culinarios de higos y brevas
Como frutas, degustadas al natural, en su punto perfecto de maduración, ambas son una delicia. Higos y brevas funcionan sin más acompañamiento, como bocado protagonista, pero también son buenos ingredientes para incluir en ensaladas que queramos equilibrar con un toque dulce o en salsas en las que busquemos aportar este matiz de manera natural. Por ejemplo, para acompañar carnes.
También encajan a la perfección en tartaletas de base salada que lleven, por ejemplo, queso y verduras, y que queramos animar con un toque dulzón. Son perfectos para postres elaborados con masas de todo tipo, especialmente en tartas, y si hay masa de hojaldre o una coca de por medio, se convierten en manjar.
Crudos, limpios y cortados, higos y brevas son perfectos compañeros para endulzar productos lácteos: quesos de todo tipo, yogur, kéfir… y, entre las opciones más populares por la posibilidad de su conservación, son también una materia prima excelente para preparar en confitura y convertirlos en mermelada que nos acompañe a lo largo del año. Hasta la próxima cosecha.