Seguro que cuentas en casa con utensilios de cocina como una batidora o licuadora, y es que batir y licuar son dos técnicas de cocina esenciales para modificar la textura de los alimentos. Y aunque creamos que son lo mismo, tienen diferencias que influyen en el resultado final de las elaboraciones.
Conocerlas no solo facilita la elección de la técnica más adecuada garantizando un resultado óptimo según lo que busquemos en nuestras recetas, ya sea incorporar espuma en alimentos, hacer una emulsión de salsas o conseguir una mezcla homogénea de ingredientes sólidos y líquidos.
Qué es batir
Batir es una técnica de cocina que consiste en mezclar ingredientes de forma enérgica y constante para incorporar aire o lograr una textura homogénea, como por ejemplo para la preparación de masas. Para ello se utilizan herramientas como el batidor eléctrico, la batidora de vaso, varillas eléctricas o manuales, robots de cocina o incluso un batidor de leche dependiendo del resultado deseado.
Para batir se realiza un movimiento circular y enérgico que permite que los ingredientes se integren correctamente o que se forme espuma. Por ejemplo, si batimos mantequilla con azúcar para preparar un bizcocho buscamos una mezcla suave y cremosa, mientras que si batimos claras de huevo, nuestro objetivo será incorporar aire para obtener un merengue firme.
La técnica de batir es esencial en preparaciones como el merengue, la nata montada, las masas de repostería para elaboraciones como bizcochos, magdalenas o soufflés, cremas, bebidas espumosas o salsas emulsionadas como la mayonesa, la holandesa o la beurre blanc.
Héctor MedinaQué es licuar
Licuar es una técnica con la que se procesan ingredientes, habitualmente sólidos, para transformarlos en una mezcla muy fina o líquida. Para llevarlo a cabo se necesitan herramientas como la licuadora de vaso o un procesador de alimentos. Se realiza introduciendo los ingredientes directamente en la licuadora y añadiendo algo de líquido si fuese necesario para facilitar el triturado. Las cuchillas giran a gran velocidad triturando los ingredientes hasta lograr una textura homogénea.
Esta técnica es fundamental para preparaciones como batidos y smoothies, salsas y cremas, sopas licuadas como el gazpacho, purés de frutas, bebidas y cócteles o salsas finas como vinagretas y aliños.
Sofía de la TorreEn qué se diferencian batir y licuar
Tanto batir como licuar son técnicas básicas en cocina, pero cada una de ellas tiene objetivos y procesos diferentes. Mientras que batir consiste en incorporar aire a la preparación para lograr una textura esponjosa, licuar se basa en triturar ingredientes generalmente sólidos para originar mezclas homogéneas. La clave está en comprender cómo funciona cada una y sobre todo, qué resultado esperamos.
Al batir añadimos aire, al licuar no
Hay una diferencia clave entre ambas técnicas: al batir añadimos aire y volumen en la mezcla, mientras que al licuar lo que hacemos es descomponer ingredientes generalmente sólidos en una mezcla líquida.
Batir implica incorporar aire en la mezcla mediante movimientos rápidos y constantes, quedando atrapado entre los ingredientes y creando burbujas que aportan volumen y una textura ligera. Esto es fundamental para preparaciones como el merengue o las masas de repostería, donde el añadir aire permite que queden esponjosos tras el horneado.
Para licuar no se incorpora aire en la mezcla, sino que se emplean cuchillas que se mueven a gran velocidad para triturar los alimentos hasta descomponerlos por completo. Se consigue romper las fibras y estructuras sólidas permitiendo la obtención de mezclas cremosas o líquidas. A menudo se añade un líquido para facilitar el proceso y obtener una textura uniforme.
Batir es un proceso más lento que licuar
Batir suele ser un proceso más laborioso y puede requerir más tiempo, especialmente si batimos de forma manual por ejemplo para montar nata o claras al punto de nieve. Licuar sin embargo es un proceso mucho más rápido, De hecho, con una buena licuadora, solo necesitas cortar los ingredientes e introducirlos dentro donde se triturarán en cuestión de segundos.
Mezclas aireadas y esponjosas o líquidas y homogéneas
Batir incorpora aire creando texturas ligeras y esponjosas, mientras que licuar genera mezclas homogéneas y más líquidas al triturar los ingredientes.
Con el batido se consiguen texturas aireadas, ligeras y con volumen gracias a las partículas de aire que se incorporan a la mezcla mientras se lleva a cabo la técnica. Así conseguimos preparaciones suaves, esponjosas y estables.
La técnica de licuar produce texturas completamente homogéneas y más líquidas ya que las cuchillas trituran totalmente los ingredientes hasta descomponerlos. Dependiendo de la cantidad de líquido añadido, y del tiempo y velocidad del licuado, se pueden obtener texturas que van desde un puré hasta batidos totalmente líquidos.
Batir modifica los ingredientes, licuar los descompone
Batir modifica la estructura incorporando aire y aportando volumen y ligereza; licuar en cambio descompone los sólidos para crear mezclas uniformes, líquidas o cremosas.
El objetivo de batir no es más que modificar la estructura de los ingredientes a través de la incorporación de aire de manera que se aporte volumen, ligereza y una textura más aireada. Es una técnica ideal para preparaciones que requieran una mezcla bien aireada que necesiten estabilidad y estructura. Igualmente es fundamental en salsas emulsionadas donde se combinen ingredientes que normalmente no se mezclarían hasta obtener mezclas homogéneas con la textura deseada.
La finalidad de licuar reside en descomponer los ingredientes sólidos hasta combinarlos en una mezcla uniforme de textura cremosa o líquida. Este método es indispensable para preparaciones donde se requiera una integración completa de los ingredientes dando como resultado mezclas más líquidas, suaves y homogéneas.
Tipos de recetas
Batir aporta volumen y ligereza para postres y emulsiones; licuar crea texturas uniformes para sopas, purés, salsas o bebidas.
La técnica del batido es esencial para recetas de repostería, especialmente para obtener esas texturas ligeras y voluminosas que todos buscamos al hornear, tartas, bizcochos, magdalenas... Del mismo modo nos permitirá obtener la textura ideal para recetas de merengues, mousses y soufflés. También es clave en la elaboración de nata montada, cremas como la pastelera para la decoración o el relleno de postres o merengues. Es ideal para preparaciones como crepes y tortitas, así como para la elaboración de glaseados y frostings más cremosos y homogéneos. Además, también se emplea con regularidad en la cocina salada con masas como la de las tempuras, en preparaciones con huevos como tortillas o al preparar emulsiones como la mayonesa, la salsa holandesa o la vinagreta.
Por otro lado, licuar se utiliza principalmente para recetas que necesitan una textura uniforme y sin grumos. Es esencial para sopas como el gazpacho, cremas de verduras, salsas finas como la de tomate y purés como el hummus. También se emplea para preparar todo tipo de bebidas, desde batidos de frutas y smoothies, hasta cócteles como el margarita o la piña colada.