Las filloas gallegas y los crepes son preparaciones sencillas, finas y versátiles. Típicas de Galicia y otras regiones del norte de España, las filloas son una receta tradicional que puede prepararse tanto en versión dulce como salada. Elaboradas con harina, leche o agua y caldo en algunas ocasiones (si se trata de recetas saladas) son muy apreciadas en fiestas populares. Por su parte los crepes, originarios de Francia, son conocidos mundialmente debido a su versatilidad, ya que admiten una gran variedad de rellenos que van también desde lo dulce a lo salado. Te adelantamos que, aunque a priori puedan parecer iguales, cada uno tiene unas características propias que los diferencian.
Qué son las filloas
Las filloas son una preparación tradicional de la cocina gallega que en sus orígenes se elaboraba para aprovechar ingredientes básicos como harina, agua o leche, dando lugar a recetas sencillas, versátiles y sabrosas. En Galicia son tradicionales durante el Carnaval, por eso también son conocidas como filloas de Carnaval. Hay tanto saladas como dulces y una receta en cada casa. Las más tradicionales se hacen con agua (que puede sustituirse con caldo o leche, en cuyo caso tendríamos unas filloas de leche), harina de trigo, huevos y sal. Incluso existen las filloas de sangre asociadas con la época de la matanza.
Extremadamente versátiles, pueden servirse solas, con miel o azúcar o rellenas con nata, mermelada o crema pastelera. En su versión salada, son perfectas para acompañar embutidos, quesos y guisos gracias a su textura fina y elástica.
Qué son los crepes
Originarios de Francia y conocidos en todo el mundo, los crepes son un icono de la gastronomía disfrutados tanto en su versión dulce dentro del mundo de la repostería como salada. La masa de crepes se elabora a base de leche, huevos, harina de trigo, sal y mantequilla, una mezcla líquida que tras cocinarse en una sartén se convierte en una masa muy delgada y flexible.
Gracias a su versatilidad, los crepes dulces suelen rellenarse con chocolate, frutas, crema de castañas, mermelada o helados. Además, suelen acompañarse con nata montada, azúcar glas e incluso un chorrito de licor como Grand Marnier. Si se trata de crepes salados, son ideales para rellenar con espinacas, champiñones, queso, jamón o incluso mariscos.
En qué se diferencian filloas y crepes
A pesar de su aspecto similar y algunos ingredientes en común, a continuación veremos cuáles son las diferencias clave entre las filloas y los crepes.
Las filloas son gallegas, los crepes bretones
Las filloas son un plato tradicional de Galicia y otras regiones del norte de España como Asturias o León, cuyo origen está relacionado con las costumbres rurales donde se aprovechaban los ingredientes habituales para preparar una fina masa que acompañaba tanto a platos dulces como a salados. Especialmente populares durante el Carnaval y otras festividades gallegas, las filloas son una de las recetas tradicionales más apreciadas de la región.
Los crepes por su parte tienen su origen en la región de Bretaña y se han convertido en un plato universal muy apreciado a nivel mundial. Especialmente consumido en las creperías francesas, están asociados a la Chandeleur, una festividad tradicional gala.
Los crepes llevan mantequilla y las filloas pueden cambiar la leche
La gran diferencia en lo que a ingredientes y elaboración se refiere es que la receta de crepes lleva mantequilla y las filloas no. Además, tanto crepes como filloas llevan leche, pero en el caso de estas últimas la leche se puede sustituir por agua, caldo o sangre de la matanza en versiones saladas.
Las filloas pueden llevar leche, agua o caldo en versiones saladas, huevos y harina. En cuanto a los crepes, se prepara una masa que incluye harina, leche, huevos, mantequilla derretida y una pizca de sal. Además, en caso de recetas dulces, la masa puede incluir azúcar.
Las filloas suelen ser más finas
La masa de las filloas suele ser mucho más fina y delicada, aunque todo dependerá de la receta en concreto del «amoado», nombre que recibe la masa en Galicia. Los bordes, si se cocinan durante un tiempo mayor, suelen ser más crujientes.
Los crepes suelen tienen una textura algo más densa y espesa, siendo más consistente que las filloas. Su masa líquida se extiende rápidamente por la sartén logrando una capa muy delgada que se cocina rápidamente, dando como resultado un bocado suave y flexible.
Los crepes, más versátiles sobre el papel
Si se trata de filloas dulces se sirven acompañadas de miel, azúcar, mermeladas o confituras, mientras que en la versión salada se rellenan con embutidos, quesos, carnes e incluso guisos. Además, en caso de preparar las tradicionales filloas de sangre, éstas se sirven con caldo o acompañadas con productos de la matanza. En general, se buscan menos florituras con los acompañamientos.
En cuanto a los crepes, pueden rellenarse con casi todo lo imaginable. Si hablamos de dulces, se rellenan de chocolate, frutas, mermelada, confituras, nata, crema pastelera y se pueden servir acompañados de helado. Por otro lado, las versiones saladas pueden rellenarse con todo tipo de ingredientes, siendo los más comunes las espinacas o acelgas, champiñones, pimientos, jamón, queso e incluso huevos.
En qué se parecen las filloas y los crepes
A pesar de las diferencias existentes entre filloas y crepes, ambos platos comparten ciertas similitudes. Por ejemplo, son preparaciones a base de una masa líquida cocinada en una sartén, dando como resultado en un platillo fino y delgado que puede servirse tanto en versiones dulces como saladas.
Ambos se caracterizan por su versatilidad ya que admiten una gran variedad de ingredientes como rellenos o acompañantes. Además tanto las filloas como los crepes son símbolos de la tradición culinaria de su región disfrutándose en celebraciones y festividades.
