El tomate, ese humilde, pero omnipresente alimento en cocinas de todo el mundo, ha sido durante mucho tiempo objeto de un debate culinario, ¿o tal vez botánico? En cualquier caso, todavía parece necesario aclarar este entuerto: ¿es una verdura o una fruta?
La respuesta, en realidad, es sencilla, pero no siempre satisfactoria, al menos para los más tiquismiquis. En cualquier caso, la biología lo tiene bastante claro, aunque en cocina no lo parezca. Pero, no respondamos tan rápido. Déjame que te tiente un poco más a leer sobre esta fascinante hortaliza. Vaya, ¿pero no hablábamos de frutas o verduras? ¿A qué viene este otro adjetivo? Lejos de querer liar más la cosa, vamos a resolver la duda de una vez por todas.
Qué es un tomate
El tomate, Solanum lycopersicum, es una planta perteneciente a la familia de las solanáceas, la misma a la que pertenecen las berenjenas y los pimientos. Creo que no es necesario caracterizar a este fruto de piel lisa y color rojo intenso, cuando está maduro. Sí que diremos que existen variedades en otros colores, ojo.
Originario de América del Sur, el tomate se ha convertido en un ingrediente fundamental en muchas cocinas de todo el mundo. Como decíamos, existen muchas variedades de tomates, que varían en tamaño, forma y color. Los colores pueden ir desde el rojo clásico hasta el amarillo, naranja, verde y morado, y en tamaño desde pequeños tomates cherry hasta grandes tomates beefsteak.
Los tomates son conocidos por su contenido de vitaminas como la vitamina C y la vitamina K, además de ser una fuente rica de antioxidantes, incluyendo el licopeno, que ha sido asociado con varios beneficios para la salud, como la reducción del riesgo de enfermedades cardíacas y cáncer. El tomate, por su productividad, valor organoléptico y culinario, es, actualmente, uno de los cultivos más extendidos de forma masiva por todo el mundo.
Paula CaeiroQué es una fruta
Si definimos fruta en términos botánicos, una fruta es el ovario maduro de una planta con flor. Esta generalmente contiene semillas y son una parte fundamental del ciclo de reproducción de muchas plantas, ayudando en la dispersión de estas por su relación con los animales: en una suerte de coevolución, que es como se conoce el término, muchos animales han evolucionado a la par de la planta para alimentarse de estas frutas a la vez que propagan las semillas.
Como explicábamos, la fruta se desarrolla a partir de la flor, específicamente del ovario después de la polinización. Los tejidos del ovario se convierten en la fruta propiamente dicha, mientras que las semillas se desarrollan a partir de los óvulos fertilizados dentro del ovario. Existen varios tipos de frutas, que incluyen frutas simples, frutas agregadas (como las frambuesas, formadas por la fusión de varias frutas pequeñas procedentes de una sola flor), y frutas múltiples (como la piña, formadas por la fusión de frutas de múltiples flores).
Qué es una verdura
Al contrario que fruta, o fruto, «verdura» es un término culinario, no botánico. Este se refiere a las partes comestibles de las plantas que son consumidas por los humanos como parte de su alimentación y, por tanto, no hace ningún tipo de referencia técnica: a diferencia de la definición botánica de una fruta, la de verdura no tiene una definición botánica precisa y abarca una amplia gama de plantas y sus partes.
Además de ser un término no técnico, la otra característica más importante de las verduras, probablemente, es que puede incluir diversas partes de plantas, como hojas (lechuga, espinaca), raíces (zanahoria, remolacha), tubérculos (patata), bulbos (cebolla, ajo), tallos (apio, espárragos) e inflorescencias (brócoli, coliflor), por poner algunos ejemplos.
También hay un aspecto importante que distingue frutas de verduras: estas últimas suelen tener un sabor menos sabroso o menos dulce que las frutas y se utilizan principalmente en platos salados. Esta distinción de sabor es una de las diferencias clave entre frutas y verduras en la cocina, que no en biología, donde no tiene sentido. Sin embargo, aquí es donde está el quid de la cuestión.
¿El tomate es una fruta o una verdura?
La respuesta más rigurosa es que el tomate es una fruta y también una verdura, puesto que ambas definiciones, como hemos visto, no son excluyentes. De hecho, el tomate es una fruta simple, y por eso sus tejidos provienen de la maduración del ovario de la flor. Pero también es una verdura porque, en cocina, es de un perfil de sabor más salado o sabroso, no tan dulce como lo suelen ser lo que se consideran frutas.
Por qué los tomates se consideran verduras
Siguiendo la línea argumental de lo anterior, hay que dejar claro que no existe ninguna razón biológica o botánica para considerar un tomate como una verdura. La única, como decíamos, es por su perfil organoléptico. Aunque los tomates pueden ser bastante dulces, lo cierto es que no alcanzan, normalmente, el nivel suficiente como para ser atractivos como «postre», por poner un ejemplo simplón.
Además, su alta acidez y su ligera astringencia los apartan automáticamente de nuestras consideraciones como frutas en el sentido culinario. Que, por cierto, no son los únicos que sufren de esto: los pimientos, la berenjena o el calabacín son otros buenos ejemplos. Su perfil los encasilla automáticamente en el mundo de las verduras y las ensaladas, aunque botánicamente son frutas mire como se mire.
Si hablamos de intentos «oficiales» de definir si es una verdura o una fruta, por parte de los organismos administrativos, el Consejo Europeo de Información sobre la Alimentación (el EUFIC) reconoce que la clasificación puede variar según se hable con un botánico, que se guía por criterios botánicos, o con un nutricionista o chef, que se inclinan más por definiciones culinarias. Sin embargo, y como curiosidad, el tomate fue oficialmente reclasificado como fruta en 1887 en Estados Unidos. Esto se debe a un fuerte interés en la investigación derivado de una legislación que elevaba los impuestos a las hortalizas importadas, pero no de la fruta. Aunque inicialmente el gobierno estadounidense rechazó esta clasificación, más tarde la Corte Suprema confirmó que el tomate es una fruta, aunque tampoco es de gran valor a nivel de definición más allá de cuestiones administrativas.
Cómo saber si un alimento es una fruta o una verdura
En realidad, como hemos visto, la clasificación es bastante subjetiva. Si nos ponemos rigurosos, sabremos que cualquier fruto procedente de la maduración de la flor tras ser polinizada es, sin duda alguna, una fruta (valga la redundancia). Esto no quita para que no pueda ser, también, una verdura si su perfil culinario así nos lo hace parecer. Ambas clasificaciones, por otro lado, no son excluyentes, claro.
Desde luego, no podemos meter dentro de las frutas partes de las plantas como tallos, hojas o raíces (los tubérculos, desde luego, no son frutas), lo que puede ayudar a simplificar su clasificación. Aunque, sin duda alguna, siempre existirá el eterno debate, a pesar de que la ciencia tenga claro qué es una fruta y qué no. Y si no, que se lo digan al aguacate.