Mejillones, así se conoce a los individuos de la especie Mytilus galloprovincialis, una clase de moluscos bivalvos, de conchas negras y carne anaranjada. Los mejillones son animales filtradores, es decir, obtienen su alimento, el plancton, mediante la filtración del agua a través de sus filamentos branquiales.
Los mejillones son muy apreciados gastronómicamente ya que son económicamente asequibles, muy nutritivos, destacando en ellos la presencia de yodo, hierro, vitaminas del grupo B y proteínas de alto valor biológico, y muy fáciles de preparar. Al vapor, en escabeche, e incluso en lata, están deliciosos.
La presencia de este molusco, es muy abundante en las rías gallegas, donde gozan del reconocimiento Denominación de Origen Protegida. En época estival, también pueden encontrarse en la costa mediterránea, donde se les conoce como clóchinas o clótxinas. Estos ejemplares del Mediterráneo son de menor calibre, sin embargo, son especialmente tiernos y sabrosos.
Durante la degustación de los mejillones, se puede apreciar cómo unos presentan la carne de un tono anaranjado vivo mientras que otros son más bien de color amarillo pálido. Pues bien, esta diferencia tonal, no tiene más explicación que el hecho de que los mejillones de color más anaranjado son mejillones hembra, mientras que los más pálidos son mejillones macho. Esto es debido a que las gónadas en los mejillones maduros, ocupan la mayor parte de su cuerpo, siendo de un tono anaranjado más intenso en el caso de las hembras.