Brindamos por muchos motivos y lo hacemos empleando diferentes bebidas. Por lo celebrado, por los que celebran y, también, por los que ya no están. En vasos pequeños o en largas copas, con cerámica o cristal. Con carga ritual o simbólica, con actitud festiva, pero siempre acompañados.
Con una razón específica o sin un motivo en especial, rara es la ocasión en la que estando acompañados a una mesa u ocasión especial en la que se respira la celebración no se alcen los vasos y las copas para, tras decir unas palabras que articulen la alegría compartida, adelantarlos hacia el centro y producir el choque característico entre bebidas tras el que todos los llamados al brindis toman un trago. Ahora, sostén tu copa, ¡que vamos a brindar!
¿Qué es el brindis?
El brindis es el momento de la celebración en el que dos o más personas toman sus bebidas, las levantan y las chocan entre sí manifestando sus buenos deseos. Puede haber, además, una palabra común que cambia con el idioma y el contexto (salud, salute, santé, sláinte, cheers, prost, kanpai, y un largo etc.) en el que se produzca este ritual social que, si algo tiene en común en el mundo, es su componente de comunidad.
Aunque el propósito del gesto tiene hoy un carácter festivo, los motivos del brindis pueden ser muy variados: puede tratarse de un hito vital o de la celebración de una buena noticia puntual, o dedicarse a una persona en concreto (cuando brindamos por los novios, en una boda, o por un amigo o familiar el día de su cumpleaños) o a su recuerdo.
En otras ocasiones, el brindis no tiene un propósito tan concreto o delimitado, sino que lo más importante, lo que ponemos en valor cuando alargamos el brazo y bebemos a una, es precisamente el hecho de estar rodeado de las personas que alzan la copa con nosotros y ser conscientes de la fortuna de compartir tiempo y espacio con ellos.
Si buscamos pistas sobre el origen de esta acción en el significado literal recurriendo a la etimología de la palabra "brindis" para ver qué información nos puede aportar, detectamos que su raíz es alemana. El nombre, "brindis", que empleamos en el español, puede relacionarse con la acción —en alemán— de "traer u ofrecer algo", no de que el origen de la acción sea necesariamente alemán. Aunque a eso llegaremos más adelante.
Origen e historia del brindis
¿Cuál fue el motivo por el que empezamos a hacer este golpeteo de bebidas? ¿cuál era la inquietud que nos llevó a ello? A falta de un origen exacto y documentado, existen diferentes versiones del comienzo del brindis, al menos en la cultura occidental: aunque hay presencia de esta acción en la mitología griega, la primera versión nos traslada al tiempo de las antiguas civilizaciones en el Mediterráneo.
El brindis en la antigua Grecia y Roma (origen ritual)
En primer lugar, parece que la antigua Grecia podemos encontrarlo asociado a los banquetes característicos de las clases altas en la época, conocidos como Simposios y que, aunque con matices, los romanos reproducirían posteriormente, cargándolos de lujos y siendo este un ritual que posicionaba a los invitados socialmente.
En estos eventos, que hoy entenderíamos como super exclusivos, la acción de brindar puede asociarse en primer lugar a las libaciones, rito popular en estas civilizaciones griega y romana, por el que se derramaba bebida sobre el suelo o sobre un altar, o sobre el fuego. De esta manera, el brindis previo a la libación cobraría un significado ceremonial cuando se daba en los Simposios y banquetes griegos y romanos. La expresión "salud", podría venir destilado no solo con los dioses a los que se hacen las ofrendas y se dedica la libación, también con el hecho de desearle buena salud los vivos.
El brindis en la antigua Grecia y Roma
El brindis también se asocia a la toma palabra por parte del anfitrión, que nos recuerda al uso más habitual que hacemos hoy en día, cuando quien convoca a la mesa se levanta y se dirige a sus invitados. Hasta aquí, resulta parecido. Pero en la Antigua Grecia el hecho cobra una importancia mayor, pues sería el dueño de la casa el primero en beber con el objetivo no solo de dar una bienvenida, sino de hacer una muestra pública de que la bebida no estaba envenenada, alzando su copa y bebiendo de ella el primero, para disipar las dudas.
Además, se suma la idea de que chocar las copas cuando hacemos un brindis tendría que ver también, en esencia, con una muestra de confianza. Aquí se apunta tanto al mundo antiguo romano como a la Edad Media, pues en el pasado los envenenamientos eran un arma eficaz para eliminar a enemigos. Ante este hecho, se entiende que quienes brindaban pudieran temer que les estuvieran envenenando con sus bebidas y lo que se pretendía con el gesto era que parte de las bebidas se entremezclara, saltando entre copas, haciendo a todos conscientes de que, si uno bebía y moría, lo harían todos, pero que, al brindar, la demostración era la contraria.
El brindis en el mundo anglosajón
Para los anglosajones, el verbo brindar se traduce en "to toast". Toast nos da la pista de tostada y esta nos remite al pan. Y es que los ingleses tuvieron una original particularidad en la historia de sus brindis, pues implica un segundo elemento: el pan especiado, tostado, y que habían agregado a su bebida, en la que cumplía un papel de alterar sabores y olores y absorber sedimentos. El trozo de pan no era necesariamente ingerido a posteriori, después de haber brindado los vasos en honor de alguien o a su salud.
El brindis y Carlos V
Retomando el origen alemán de la palabra "brindis", proveniente de "bring dir's", nos encontramos otra referencia que sitúa la expresión en un acontecimiento del siglo XVI, concretamente en el 6 de mayo de 1527. Las tropas del Sacro Imperio Romano Germánico de Carlos I de España y V de Alemania acababan de tomar Roma y, victoriosas, se dedican a saquearla (de ahí que se conozca en español como "saco de Roma", siendo saco el uso español de la palabra italiana sacco, saqueo). Parece que la exclamación alemana "bring dir’s" fuera pronunciada por las tropas ganadoras, ofreciéndole la ciudad de Roma a su emperador.
Cómo se realiza un brindis
Normalmente, el brindis lo hace el anfitrión o anfitriona de la convocatoria, aunque es verdad que, por ejemplo, en el caso de las bodas, son muchas veces los padrinos de los novios o sus amigos quienes alzan las copas primero. Hoy en día, si brindamos en un restaurante, en un bar o tras una comida en casa, con amigos o familia, también es posible que lo hagamos de manera más espontánea, sin tanto protocolo.
En teoría, solo debería estar de pie la persona que va a decir unas palabras, sea el anfitrión o anfitriona u otra persona que ha tomado la iniciativa, y el resto de los comensales deberían permanecer sentados y no beber hasta que el brindis haya terminado. Es decir, cuando quien habla termine de hacerlo, alce su copa y, con este gesto, inicie el choque de copas que ha propuesto.
Pero no vayamos tan rápido, que el primer paso del brindis, tras llenar la copa y ponerse de pie la persona que va a hablar, suele ser dedicar unas palabras de agradecimiento a quienes acompañan o convocan, en función de la ocasión. Ante una gran audiencia —como pudiera suceder en un banquete de boda— este paso se ha visto precedido en ocasiones por la acción de dar unos golpecitos varias veces seguidas la copa, buscando así hacer el silencio y atraer la atención.
Durante el segundo paso el orador u oradora dice unas palabras. En este momento, la bebida se mantiene baja. Cuánto se alargue este paso depende de las palabras que vaya a dedicar quien brinda a esta tarea, y es muy variable en función de la ocasión. Puede ir de una breve exclamación a un discurso (si este procede).
En tercer lugar, para cerrar el brindis, quien lo propone alza su copa, invitando a todos los demás acompañarle y, como decíamos previamente, chocar unas bebidas con produciendo el característico sonido entre vasos o copas.
Las mejores frases para brindar
"¡Salud!" es la expresión más empleada, incluso cuando brindamos sin hacer ningún tipo de agradecimiento o discurso. Se amplía a "a tu salud" o "a vuestra salud", cuando el brindis se refiere a una persona en concreto, a una pareja, a una familia… y el brindis va dirigido a ellos en concreto.
En España, es muy típico, acompañado de los movimientos de la copa o vaso, cuando se está entre amigos, una frase que indica los movimientos que ha de seguir la bebida: "¡Arriba, abajo, al centro y adentro!", produciéndose el brindis en el centro y bebiendo después de terminar la frase. También es muy común verbalizar la unión de las copas con un alegre ¡chin chin! que simule el sonido del cristal al chocar.
El brindis en el mundo
El brindis se puede plantear en la actualidad como una acción global, fácilmente entendible incluso con una barrera idiomática de por medio y a pesar de la diferencias y matices que existen en función del lugar del mapa en el que nos encontremos.
Como ritual, puede encontrarse en todo el mundo, adquirido como consecuencia de la colonización y, más tarde, por el intercambio derivado de la globalización. Así sucede en el caso japonés, con el ya tradicional "Kanpai", que se traduciría en algo similar a "vacía el vaso de la bebida que contiene¡". El mensaje, como en otros lugares del mundo es claro: cuando el vaso es corto y pequeño y contiene una bebida fuerte, el brindis implica beber todo su contenido y no dar solo un sorbo, como sucede con copas largas como las del champán.
En Georgia, por ejemplo, el brindis es muy importante y significativo, lo realiza quien convoca a la reunión, y tiene un nombre propio: tamadá. Y su máxima es que no se puede dejar nada de bebida en el vaso con el que se brinda, ¡y se brinda constantemente! Encontramos aquí la misma idea de tomar todo el contenido tras el brindis que caracteriza en caso japonés.
Como todo rasgo cultural, quien incorpora (una familia, un pueblo, una sociedad) a su costumbre lo emplea adaptándolo a sus creencias o lo alineado con otros ritos, añadiéndole significados propios. Por ejemplo, brindar con agua o con un vaso vacío está relacionado con la mala suerte, como en otros países se considera si no brinda y se toma el trago mirando a los ojos de los acompañantes.