El empanado es un tipo de rebozado en el cual se emplea pan rallado, el cual forma una corteza exterior sobre el alimento, especialmente crujiente. El empanado proporciona una capa que protege al alimento frente a la fritura, manteniendo de este modo el interior del alimento tierno, mientras que la textura exterior permanece dorada y crujiente.
¿Qué alimentos pueden empanarse?
La técnica del empanado no está limitada a un determinado grupo de alimentos. El empanado, puede emplearse tanto para rebozar verduras, como carnes, masas o pescados. Sin embargo, esta técnica es especialmente habitual para el rebozado de croquetas, cachopos, librillos de lomo o pechuga de pollo, san jacobos y, valga la redundancia, filetes empanados.
¿Cómo se empana?
El empanado no es una técnica complicada. De hecho, se trata de una preparación bastante simple y socorrida. Para realizar un empanado de forma fácil y ordenada, es necesario disponer previamente los ingredientes en tres platos hondos: uno con harina, a poder ser, previamente tamizada; otro con huevo batido lo más homogéneamente posible, sin grumos ni espuma; y finalmente un último plato con pan rallado.
El alimento a empanar, debe estar seco antes de pasarlo por la harina, lo que se puede conseguir secando este con papel de cocina. El alimento seco, se pasa en primer lugar por el plato de harina, cubriendo con ella toda su superficie y, finalmente, sacudiendo el exceso de esta. A continuación, el alimento cubierto de harina, se pasa por huevo batido, hasta que quede completamente empapado por el huevo. Tras haber escurrido el exceso de huevo batido, se deposita el alimento en el último plato, el del pan rallado, cubriendo completamente el alimento con el pan rallado.
Para conseguir que el empanado sea todavía más crujiente, se puede recurrir al doble empanado. Como su propio nombre indica, el doble rebozado, o doble empanado, consiste básicamente en rebozar el alimento dos veces consecutivas. En este caso, en lugar de utilizar harina en un primer lugar, el alimento seco se pasa directamente por pan rallado que, para esta ocasión, debe estar finamente rallado. A continuación, el alimento se pasa por huevo batido y acto seguido, de nuevo por pan rallado, este último del grosor deseado.
Para finalizar, el alimento ya empanado de una forma u otra, se fríe en una generosa cantidad de aceite caliente, sin que llegue a humear, girándolo convenientemente hasta conseguir un dorado homogéneo.
Por último, el alimento ya frito se retira del aceite, secando el exceso de este con papel de cocina.