Freír es una técnica culinaria que consiste en cocinar un alimento mediante su inmersión en una grasa o aceite a alta temperatura. La temperatura del aceite en una buena fritura, puede oscilar entre los 150 y los 175ºC. Con la fritura, se consigue que la superficie del alimento adquiera una característica textura de apetecible color dorado. Se trata de un método rápido, muy versátil y sabroso, pero también mucho más calórico que otros métodos de cocción, debido a que el alimento tiende a absorber parte del aceite de la fritura.
Sobre el aceite...
Para realizar una fritura con éxito, es importante utilizar un buen aceite, sin mezclas, capaz de soportar la temperatura de fritura sin que este se degrade. El primer síntoma que podemos observar de la degradación de un aceite al someterlo a altas temperaturas, es el humo. La presencia de humo tiene lugar a una determinada temperatura característica de cada tipo de aceite, y es el llamado punto de humo. Es más que aconsejable no alcanzar nunca el punto de humo del aceite utilizado para freír.
Respecto a la reutilización del aceite; lo mejor es que el aceite utilizado para freír no sea reutilizado, pero en caso de que lo sea, este debe haber sido escrupulosamente filtrado. En cualquier caso nunca debe mezclarse aceite reutilizado con aceite nuevo.
¿Qué alimentos pueden freírse?
La fritura se usa generalmente para cocinar alimentos rebozados, como croquetas y escalopes. También se emplea para alimentos sin rebozar como es el caso de las clásicas patatas fritas o chips, o para determinadas masas como por ejemplo, los buñuelos o los churros.
¿Cómo desechar el aceite usado?
Por último y no por ello menos importante; el aceite usado jamás debe desecharse por el desagüe. Lo correcto es destinar una botella adecuadamente identificada, para el almacenaje del aceite usado. Cuando la botella esté llena, se podrá depositar en un contenedor municipal destinado a la recepción de estas botellas, o bien, llevar a un ecoparque.