Los alimentos, atendiendo a cuestiones como su seguridad o su vida útil, se pueden clasificar en diferentes gamas. La sexta gama de alimentos, que se suma a las cinco anteriores, es la de más reciente creación si es que se puede decir así, ya que se encuentra aun en definición dentro de la industria alimenticia. Vemos en detalle qué son los alimentos de sexta gama y sus características.
Qué son los alimentos de sexta gama
La sexta gama de alimentos, de reciente definición y que aún no cuenta con el desarrollo y concreción de las gamas anteriores, la constituyen todos aquellos productos alimenticios deshidratados parcialmente o liofilizados, siempre de origen vegetal (hasta la fecha), a los que se cambia la textura de la materia prima de la que proceden. Con frecuencia incorporan otros ingredientes naturales o no: colorantes, potenciadores de sabor, etcétera.
Se trata de una gama en la que no existe consenso y que, de forma general, surge del interés de cierta industria alimentaria a la hora de ofrecer productos novedosos y diferentes.
Ejemplos de alimentos de sexta gama
El ejemplo más clásico y de más recorrido de quinta gama es la soja texturizada, un producto que se obtiene deshidratando las habas de la soja para, posteriormente, rehidratada, obtener un producto que se ofrece como sustituto de la carne picada. Existen otras propuestas "de fantasía", cada vez más habituales, que consisten, por ejemplo, en la obtención de "espaguetis" a partir de la liofilización y texturización de ciertas algas, o en conseguir preparaciones vegetales de formas inverosímiles, como por ejemplo un cubito rojo con sabor a espinaca.
Ventajas y desventajas de los alimentos de sexta gama
La deshidratación parcial y más aún la liofilización (un proceso de deshidratación más eficiente que logra la eliminación de toda el agua libre del alimento) es una de las mejores estrategias de conservación. Al menos en los que refiere a la posible contaminación y proliferación de microorganismos (bacterias, hongos y levaduras) ya que, sin esa agua eliminada, dichos procesos son materialmente imposibles. Además, con la sexta gama se abre un mundo cuasi infinito de posibilidades a la hora de ofrecer (una vez rehidratado y en su caso texturizado el alimento) nuevos sabores, formas y recetas.
En cuanto a las pegas, si bien mientras esté liofilizado el alimento permaneceré estable sin que sean precisas condiciones especiales de conservación, en el momento de ser rehidratado dicho producto será, al menos, tan perecedero como un alimento fresco.