Ballast Point fue un faro histórico ubicado en la pequeña península del mismo nombre en la Bahía de San Diego (California), perteneciente hoy en día a la base naval de Point Loma. Derribado en 1960, el único recuerdo que queda de esa torre guía es una luz automática instalada en el mismo punto y la cervecera californiana fundada a mediados de los 90 como homenaje a ese lugar tan emblemático.
Ballast Point Brewing Company abrió sus puertas en 1996, aunque sus orígenes se remontan a 4 años atrás con la apertura de Home Brew Mart, una tienda de suministros para fabricantes caseros, que servía como punto de encuentro para apasionados de la cerveza artesana donde ponían en común sus inquietudes, avances y recetas. El denominador común de ambos proyectos fue Jack White -nada que ver con el guitarrista y cantante de The White Stripes- quien descubrió su amor por la cerveza durante su época universitaria en UCLA.
Su obsesión por los ingredientes, la continua búsqueda del equilibrio perfecto entre sabor y aroma, su afán de superación y su fascinación por la experimentación llevaron a Jack a convertir su hobby en una profesión y su pequeña tienda de artilugios cerveceros en una de las cervecerías más importantes de EEUU y del mundo, contribuyendo a que la ciudad de San Diego se convirtiera en una auténtica meca de la cerveza artesana estadounidense bajo el lema de Dedicated to the Craft.
Desde 1996, año en el que lanzaron su primera cerveza al mercado, la Ballast Point Special, la compañía ha ido evolucionando y creciendo hasta extenderse a otros puntos de la geografía norteamericana, incluyendo la Costa Este con la fábrica que inauguraron en Virginia en 2017. A pesar de esta expansión territorial y la creciente facilidad de encontrar cervezas de Ballast fuera de su entorno original, la empresa sigue estando muy arraigada en San Diego, ciudad de la que se sienten muy orgullosos y a la que intentan devolver todo el cariño y apoyo brindado a lo largo de los años, participando en numerosos proyectos comunitarios.
Ya sea en la Costa Oeste o la Este, todas las cervezas elaboradas por Ballast Point tienen una característica común, además de su excelencia y los estrictos controles de calidad a los que se las somete. Y ese es precisamente su amor por todo lo que rodea al mar y la vida marina. Sin ir más lejos, su logo muestra un sextante, un instrumento usado en navegación marítima para determinar la ubicación de un navío y procurar que mantuviera el rumbo adecuado, en este caso, para ayudarles a seguir su camino en busca de nuevas ideas, sabores y personas con las que compartir su cerveza.
Ballast Point Sculpin IPA, el buque insignia de la marca del sextante
Ballast PointPor el otro lado, la inmensa mayoría de las referencias de Ballast Point se inspiran en peces o animales marinos. Sin ir más lejos, el nombre de su buque insignia, la Ballast Point Sculpin IPA, se debe al pez sculpin, de la familia de los cótidos, también conocido como un charrasco espinoso. Este tipo de pez presenta espinas venenosas en sus aletas, capaces de proporcionar un buen picotazo a quien lo manipule, algo que los creadores de esta cerveza intentan reproducir con una gran dosis de lúpulo.
Esta cerveza fue lanzada al mercado por primera vez en 2005 y pronto se convirtió en todo un éxito. Con más de 29 galardones a sus espaldas en estos casi 15 años de vida (casi dos premios cada año, de media), incluyendo sendas medallas de oro en la World Beer Cup de 2010 y 2014, forma parte de la lista de las mejores IPAs de la historia por derecho propio, una cerveza de excelente calidad gracias a los más de 300 controles a los que se somete cada lote.
La idea original fue crear una única partida de esta cerveza que con el tiempo se ha convertido en una cerveza de iniciación, casi de culto, para muchos consumidores, y una referencia para muchos fabricantes. Se desarrolló combinando dos recetas caseras de dos miembros del Home Brew Mart original, Doug Duffield y George Cataulin, y aplicando el lúpulo en cinco fases diferentes de la elaboración. El resultado no pudo ser más espectacular, ya que el primer barril de Sculpin jamás fabricado se agotó en apenas 45 minutos.
Se trata de una cerveza obviamente amarga con sus 70 IBUs y un tanto engañosa, por su sabor delicioso, pero con un contenido alcohólico que puede tumbar a cualquiera: 7%. De cuerpo ligero y color dorado transparente, parece casi más una APA que una IPA. Destaca por sus sabores afrutados en los que destacan toque a albaricoque, melocotón, mango y limón, y sus aromas cítricos y resinosos, aunque se mantiene como una IPA clásica de las de antaño.
Ahora sirve como cerveza base para una amplia familia de IPAs a las que se les ha aplicado ligeras modificaciones. Así pues, ahora también podemos disfrutar de la Aloha Sculpin IPA, una versión mucho más turbia y tropical; la Grapefruit Sculpin IPA, con un toque aún más cítrico debido a la presencia de pomelo; o la Spruce Tip Sculpin IPA, una versión más invernal con notas a pino, frutos rojos y uva.