Hace tiempo que las conservas dejaron atrás su papel de fondo de despensa para convertirse en alternativa de alta gastronomía gracias al trabajo de empresas con ganas de diferenciarse entre estantes de superficies comerciales homogéneos y sin valor añadido de ningún tipo. La industria y sus técnicas no dejan de evolucionar, como lo hacen las propuestas que cada vez más podemos encontrar en cualquier comercio o parada, y eso abre un magnífico escenario al consumidor a la hora de saborear en casa y de la forma más sencilla bocados excepcionales en formato de lata o tarro de cristal.
Las conservas gallegas son una fantástica opción para disfrutar de la mejor calidad en segundos. Aprovechando la mejor materia prima es posible elaborar conservas de forma artesanal, tradicional y sostenible capaces de mantener prácticamente intactos la textura y el sabor del producto, cuando de eso se trata claro. Frinsa es quizás uno de los mejores ejemplos a la hora de demostrar que se puede ofrecer un producto de conserva gourmet diferenciador por sí mismo.
Basta con echar un vistazo a su portfolio de productos para comprender la evolución que han sufrido conserveras como esta, surgida en 1961 en Ribeira, donde todavía hoy mantienen su sede central, hasta llegar a nuestros días. Estando donde está, sin duda el mejor producto de mar es protagonista. Pescado y marisco de verdad, obtenido con técnicas sostenibles y respetuosas con el medio como única garantía para el futuro, y sobre todo experiencia y conocimiento a la hora de manipularlo y hacerlo llegar hasta nuestras mesas.
Como especialistas en túnidos el bonito del norte es uno de los principales productos con los que trabajan, ofreciendo una gran variedad de formatos y presentaciones, desde la ventresca al natural hasta en aceite de oliva o escabeches elaborados con productos totalmente naturales (un mundo de posibilidades para los aliños). Siempre pescado en campaña, la conocida Costera del Cantábrico. También hay hueco entre sus estanterías para atún, sardinas, mejillones (otra de sus grandes especialidades, traídas de las bateas de la Ria de Arousa), berberechos, zamburiñas, chipirones, navajas, almejas, pulpo o bacalao. Y si se busca equilibrar todavía más nuestra dieta, la gama Proteína natural ofrece conservas a través de un proceso de enlatado en crudo propio y exclusivo capaz de mantener intactas las propiedades de la materia prima: muchas proteínas y pocas grasas.
Tradicionalmente asociadas con la falta de tiempo o de ganas de cocinar, las conservas son hoy más que un salvavidas culinario gracias al trabajo de conserveras comprometidas para ofrecer producto de primera que mantiene sus valores nutricionales durante mucho tiempo y sobre todo el sabor más auténtico y reconocible. Las conservas gallegas gourmet se convierten así en el aperitivo perfecto para compartir a cualquier hora del día, solo necesitas acudir hasta cualquier establecimiento físico Frinsa La Conservera o comprar el producto directamente pro Internet a través de su web y recibirlo en casa. Nunca fue tan fácil disfrutar del sabor de Galicia en cualquier lugar.
