Vizcaya es uno de esos enclaves donde la gastronomía más genuina se respira a cada paso, tanto literal como metafóricamente hablando. Una ciudad donde las sociedades gastronómicas son norma para la mayoría, donde se aprende a salir de pintxos casi antes que a andar y donde hacer el aperitivo con vermut es, para no pocos vizcaínos y sobre todo bilbaínos, prácticamente una obligación.
Siendo esto último así, ¿cómo es que la zona no tuviese uno propio? ¿Cómo era posible que no existiese un vermú de la tierra, hecho a partir de la abundante materia prima autóctona? La respuesta no la tenía el industrial Antonio Vence, poseedor de un viñedo en Sopuerta, pero sí la solución: elaborar el vermut Txurrut.
Txurrut, el vermú vizcaíno
La palabra que escogió para denominarlo procede del euskera y significa ¡pequeño sorbo¡, lo único que hace falta para darse cuenta de que estamos frente a un producto sin igual. Porque en su elaboración se emplea principal y esencialmente uvas de la variedad hondarribi zuri, empleadas en la elaboración del famoso txakoli.
A ellas se suma una combinación de una veintena de hierbas aromáticas y frutas cuidadosamente seleccionadas, como la naranja, el limón, el hinojo y el enebro, que bajo la supervisión del enólogo Imanol Sarasola maceran durante dos meses en las instalaciones de la destilería alavesa Manuel Acha.
Fotografía cortesía de TxurrutTras un meticuloso y paciente trabajo, en el que los métodos artesanales se combinan con novedosas técnicas, se obtienen tres variedades distintas.
En primer lugar la clásica y más popular, la Txurrut, notablemente agradable, fácil de beber e ideal para combinar en cócteles; a continuación la Txurrut Vintage, en la que ese sabor que recuerda al txakoli aparece con más fuerza tanto en versión roja como blanca; y finalmente la Txurrut Vintage Zuria, elaborada también con caldos de txakoli a los que se añade albariño.
Las diferentes versiones del vermouth se envasan en botellas decoradas por algunas de las plantas empleadas en la receta, obra de la diseñadora Nuria Ortega.